miércoles, 3 de septiembre de 2014

¿Qué es ser Evangelizador?



Todos debemos, por nuestro compromiso Bautismal, ser Evangelizadores, pero no basta solo el don recibido del Espíritu Santo para convertirnos en verdaderos evangelizadores. 



¡Es una misión difícil y más en nuestro mundo actual!

Hay que prepararnos eficientemente, conscientes de lo que vamos a realizar, que será ni más ni menos que de llevar la Palabra de Dios a todos los seres humanos que la desconocen o que la conocen a medias...

Nuestra preparación debe encarar dos aspectos, el Espiritual y el Material, en términos globales:


  • Preparación Espiritual

Debemos de estar totalmente convencidos de que nuestra misión evangelizadora debe estar basada en el amor, tal como lo hiciera nuestro Maestro y Dios hecho hombre, Jesús de Nazaret.

El amor tiene que ser la fuente de la cual debemos continuamente beber para seguir las huellas de Cristo y no perdernos en falsos caminos.

El amor que debe inundar nuestro corazón, no tiene límites, ni de tiempo ni de cantidad, ni de selección, debe ser eterno, infinito y total.

Nuestro amor no es para darse hoy y mañana, en este mes, en este año, es para darse siempre hasta la muerte.

Nuestro amor no es para darse durante una hora, un día, una jornada, nuestro amor no tiene descanso, no tiene un alto, nuestro amor es para darse continuamente, sin fin, ni  término.

Nuestro amor no es para solamente unos cuantos seleccionados, nuestro amor es para todos,  para quien lo necesite  lo quiera o no lo quiera recibir.


Otro punto espiritual básico y no menos ni más importante que el amor...
¡Es la Fe!

“La fe es la garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades
que no se ven.“

La fe es la fuerza del Espíritu Santo que nos induce a creer en Dios y en todo lo que de Él emane, sin dudas ni vacilaciones, la fe es la confirmación de nuestras creencias religiosas.

Nuestra fe nos es imprescindible para la misión de evangelizar, ¿cómo podremos compartir con otros lo que no tenemos? La fe es pues, el testimonio espiritual, de la verdad de la palabra de Jesús.

Si tenemos poca fe o una fe débil, debemos de pedirla a Dios, con respetuosa insistencia, hagamos como lo hicieron humildemente, los Apóstoles: “Auméntanos la fe.” Solo tenemos que decirle: “Creo, ayúdame porque tengo poca fe.” Y para recibir la ayuda solo hay que pedirla. “Yo os digo: pedid y se os dará;  buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.” (Lc 11-9).

Son pues, nuestros Principios Espirituales para evangelizar: 

El Amor y La Fe.


  • Preparación Física o Material

Aunada a la Preparación Espiritual debemos poseer los carismas necesarios para la nueva Evangelización. Estos, entre otros, son los básicos: la Alegría, presente siempre en nuestro rostro


La alegría de saber que estamos entregando para el bien y su conocimiento,  al mismo Jesús, en nuestra misión. Y la firmeza en nuestro comportamiento y expresión corporal total. Para que nuestros hermanos vean en nosotros, como en una réplica humana, a nuestro Divino Salvador.

Quien tenga ya estos atributos y dones celestiales puede ya considerarse como probable evangelizador. Solo será necesario tener la unción sagrada de la Iglesia por intermedio de sus Representantes Pastorales y Parroquiales, la cual le identificará ante Dios Nuestro Señor como su humildes siervo digno de transmitir la Buena Nueva de la Salvación, anunciada por su Hijo muy Amado, el Mesías Esperado, Jesús Nuestro Señor.

Y sobre todo: 


“Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra Santificación." (1 Ts 4, 3)





Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!

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