miércoles, 26 de septiembre de 2012

Los Arcángeles, Espíritus Celestiales de Origen Divino


Los Arcángeles constituyen uno de los Nueve Coros Celestiales de la Jerarquía Angelical. Su principal misión es la de adorar, alabar y servir a Dios.
Junto con los Ángeles, ocupan el último y penúltimo  lugar respectivamente del Coro Celestial. Los Serafines y Querubines se encuentran en el primer y segundo lugar de la misma escala.

Dentro de los siete Arcángeles que forman el penúltimo Coro podemos nombrar a San Miguel, San Gabriel y San Rafael, los cuales son nombrados en varios libros de la Sagrada Biblia.

A continuación escribimos una pequeña  reseña de estos tres Arcángeles más conocidos.

San Miguel

Su nombre se traduce a: ¿Quién como Dios? Es el más nombrado de los tres y es el Jefe de los Ejércitos Celestiales. Su acción más notable fue la de haber derrotado al demonio cuando el ángel Luzbel se rebeló contra Dios, expulsándolo del cielo y arrojándolo a las profundas tinieblas del infierno.
El honor  y veneración a San Miguel, como testifican los Padres de la Iglesia, ha sido parte esencial de la vida de la iglesia desde sus inicios. El emperador Constantino atribuyó a este arcángel, las victorias sobre sus enemigos y por ello construyó cerca de Constantinopla una magnífica iglesia en su honor. Ésta se convirtió en lugar de peregrinación y muchos fueron los que recibieron gracias por intercesión de San Miguel.

Es también reconocido en la Iglesia Católica Universal su poder para desterrar la fuerza maligna del demonio cuando mediante la tentación pretende hacer caer al ser humano en el pecado. Hay muchos testimonios que comprueban que ante la invocación del nombre de San Miguel Arcángel el demonio desiste de sus malvadas intenciones.



San Gabriel

El que gobierna o Mensajero de Dios.  Utilizado por Dios en varias ocasiones entre ellas la más destacada es la de la Anunciación a la Santísima Virgen María de la encarnación del Hijo de Dios por obra del Espíritu Santo. También fue el encargado de anunciar a Zacarías que Isabel, su mujer, tendría un hijo al que llamaría Juan. (San Juan Bautista)

Se le conoce como patrono de las comunicaciones y de las embarazadas y protector de los niños por nacer.


San Rafael

El que cura o sana.  Su nombre no solo se refiere a la salud del cuerpo sino también del alma. Las historias bíblicas donde es mencionado, han dado a San Rafael Arcángel  el papel de sanador. Representa el aspecto de Dios que ayuda al ser humano a mantener el balance de las emociones y la salud del cuerpo.

San Rafael es el Santo Patrón de los hospitales y de los enfermos y lo es también de los médicos y enfermeras.


Como información adicional,  aunque no sean reconocidos por la Iglesia  Católica, a continuación indicamos los nombres de los otros Arcángeles que no aparecen en la Biblia: Barachiel; Saeltiel; Jehudiel y Uriel.

La Iglesia Católica celebra la festividad de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael el mismo día, el 29 de septiembre, es decir dentro de tres días a partir de la fecha de esta publicación.


¡Aprovechemos pues cualquier ocasión propicia para pedir los favores 
por los cuales se distinguen estos fieles servidores de Dios, 
mediante su angelical intercesión!


Recordemos y no olvidemos que nuestros ruegos y oraciones solamente llegaran a Dios si llevan la fortaleza de nuestra fe y el más puro amor de nuestras más buenas intenciones. Y que todo en nuestras vidas tiene como fin honrar y glorificar a Dios Nuestro Señor.


Alabado y adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo rey!!!



miércoles, 19 de septiembre de 2012

El Año de la Fe: 11 Octubre 2012 - 24 Noviembre 2013


Hemos creído conveniente hacer esta publicación para que aquellos lectores que no estén aún enterados de este acontecimiento, lo hagan por este medio.

Reproducimos las palabras del Papa Benedicto XVI mediante las cuales anunció la celebración de este importante evento de la Iglesia Católica:

“Quiero anunciar en esta Celebración Eucarística que he decidido convocar un Año de la Fe. Este Año de la Fe comenzará el 11 de Octubre de 2012, en el 50º Aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará el 24 de Noviembre de 2013, solemnidad de Cristo Rey del Universo. Será un momento de gracia y compromiso por una conversión a Dios cada vez más plena, para reforzar nuestra fe en Él y para anunciarlo con alegría al hombre de nuestro tiempo". (Homilía de la Santa Misa del 16 de Octubre de 2011)

Los objetivos de este Año de la Fe están basados en los documentos de los Años de la Fe: El primero convocado por el Papa Pablo VI en el año 1967 y el actual por el Papa Benedicto XVI.
El fin es confirmar nuestra fe rectamente expresada y redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada.

El camino a seguir para obtener los resultados esperados nos han sido delineados por el Concilio Vaticano II.

El Catecismo Católico es el medio certero para cumplir con los propósitos señalados, en él se concentra la fe de toda la iglesia desde sus principios hasta la actualidad. 

En el Catecismo hallamos:

º La fe que profesamos (Credo)

º La fe que celebramos (Liturgia)

º La fe que vivimos (Moral)

º La fe que rezamos (Oración)

El Papa Benedicto XVI propone al Catecismo como la herramienta que nos proporciona la ayuda para cimentar la fe, especialmente para aquellos encargados de enseñarlo (los Catequistas) a los niños y jóvenes en todas las parroquias del mundo.

Hagamos desde ya el compromiso de celebrar el Año de la Fe cada día,  alimentando nuestra fe con el celestial ejemplo primero, de la Virgen María, de los Apóstoles, Santos y Mártires, tratando de imitar sus vidas regidas principalmente por su indeclinable Fe en Dios. Y que los frutos obtenidos hagan de nosotros ¡mejores seguidores de Jesús Nuestro Señor!

Demostremos a quienes nos atacan,
  • Que la fortaleza de nuestra fe es superior a sus ataques.
  • Que Dios está con nosotros y 
  • Que nuestra verdad, como la luz,  se impondrá a las tinieblas del error.


Queridos hermanos, no olvidemos que la fe debe ser siempre apoyada con nuestras buenas acciones para el bien del hermano necesitado, para el del compañero en desgracia, para el amigo alejado, en fin para todo aquel que requiere nuestro amor. Porque una fe sin acción... ¡es una fe muerta!.

Adoradores Eucarísticos Perpetuos, ¡divulguemos la buena noticia del próximo Año de la Fe y pidamos a Jesús Sacramentado que a su término  el dueño de la mies, Dios Padre, recoja en abundancia los frutos de nuestro trabajo para su honra y gloria eterna.


Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado.

¡¡¡Viva Cristo rey!!!



miércoles, 12 de septiembre de 2012

Jesús, El Hijo De Dios, Es También El Mesías


Etimológicamente la palabra en español Mesías se deriva del hebreo mashiáj que quiere decir “ungido”. El término griego viene de khrisma (unción) y es khristos que significa también Ungido.

Mesías se refiere en las antiguas escrituras a un Rey por venir de la dinastía de David, el cual liberaría a los judíos y se le llamaba así por la costumbre de ungir con aceite cuando se proclamaba a los reyes.

El Tora, Libro Sagrado de los judíos, menciona la venida de un mesías que liberaría a los judíos de la servidumbre extranjera y que según el génesis podría ser reconocido cuando llegase por las profecías mesiánicas escritas sobre él. Para la religión judía el mesías aun no ha llegado y continúan esperándolo.

Los cristianos llaman a Jesús Cristo o sea el Mesías. La Biblia hace referencias a facetas del Mesías que coinciden con la vida de Jesús de Nazareth.

La afirmación implícita de Jesús de ser el Mesías  mostrada en sus palabras y acciones en el transcurso de su vida es el testimonio más contundente de una verdad indiscutible para los católicos.

A continuación reseñamos algunas de las palabras y acciones que escritas en la Biblia corroboran lo antedicho en el párrafo anterior:

“Juan se enteró en la cárcel de lo que hacía Cristo, por eso envió a sus discípulos a preguntarle: ¿eres Tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro? Jesús les contestó: “vayan y cuéntenle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan sanos, los sordos oyen, los muertos resucitan y una buena nueva llega a los pobres” (Mateo 11, v.2 al 6)

En el pasaje de la conversación de Jesús con la samaritana. “La mujer contestó: yo sé que el Cristo está por venir. Él, al llegar, nos enseñará todo. Jesús le dijo: “Ese soy yo, el que habla contigo.” (Juan 4, v. 25 y 26)

"Jesús les preguntó: y ¿ustedes quien dicen que soy Yo? Simón contestó: Tú eres el Cristo, el hijo del Dios Vivo. Jesús le respondió: feliz eres, Simón Bar-jona, porque no te lo enseñó la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Enseguida, Jesús ordenó a los discípulos que no le dijeran nada a nadie que Él era el Cristo. (Mateo 16 v. 15 al 17 y 20)

Son más los pasajes Bíblicos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo, que testimonian fehacientemente que Jesús es el enviado de Dios, el Mesías esperado para la salvación de la humanidad.

Jesús nos demuestra con su vida, muerte y resurrección que Él es el Cristo redentor. Así como el Padre Todopoderoso lo reconoce como su hijo muy amado, el cordero que con su sacrificio perdonó el pecado del mundo. El que mediante el misterio de la Santa Eucaristía nos abrió las puertas del cielo.

El eterno perdonador de nuestras ofensas, el amoroso amado que nunca nos abandona en nuestros infortunios, el hermano santo que nos tiende la mano y nos ayuda a levantarnos cuando caemos heridos por el mal. El que nos dio a su madre, la Santísima Virgen María, como madre e intercesora nuestra. Por último el que dio su propia vida para darnos un rincón de su corazón donde cobijarnos y obtener nuestra redención.

Queridos hermanos, ¿acaso podemos ignorar el llamado de Jesús cuando nos invita a concederle una hora de nuestra compañía a la semana, entregándole sesenta minutos de corazón porque somos felices haciéndolo, porque le amamos y no porque nos lo obligue un compromiso mundano?...

En nuestra próxima visita a Jesús Sacramentado en la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua, de rodillas entreguémosle por completo nuestra adoración, nuestra vida y nuestro corazón.


Alabado y adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo rey!!!



miércoles, 5 de septiembre de 2012

La Biblia, la Palabra de Dios inspirada por el Espíritu Santo.


La Biblia, del griego biblos, Libros, se formó de la recopilación de varios Libros del pueblo hebreo escritos en hebreo, arameo y griego. La escritura de la Biblia tardó aproximadamente 1000 años, desde el 900 A.C. hasta el 100 D.C.

La Biblia esta dividida en dos partes, el Antiguo Testamento que consta de 39 libros y es la historia del pueblo hebreo. Y el Nuevo Testamento, llamado así por los cristianos, y que consta de 27 libros, que relatan la Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

La Biblia es para nosotros los creyentes la Palabra de Dios por ser indudable para nosotros su inspiración divina y es también la principal Fuente de Fe y Doctrina de Cristo.

La versión de la Biblia actual reconocida por la Iglesia Católica es la traducida al latín por San Jerónimo, (conocido como el Padre de las Ciencias Bíblicas) por encargo del Papa Dámaso I a fines del Siglo IV. Esta versión se ciñe mucho al texto hebreo, y se impuso definitivamente en el siglo VII, es conocida con el nombre de Vulgata porque su intención primaria fue hacerla llegar al vulgo es decir hacerla popular ya que el latín era la lengua que hablaba el pueblo en esa época.

La Biblia es la Palabra de Dios y en la Santa Misa Católica es escuchada por los fieles con respeto, alabanza y glorificación a Dios Padre y a su Hijo Jesús Señor Nuestro, ya que al terminar su lectura el Sacerdote poniendo en alto el Libro de las Sagradas Escrituras a modo de confirmación dice:

Palabra de Dios

Y la asamblea toda responde:
Te alabamos Señor

O también después de la lectura del Evangelio:
Gloria a ti señor Jesús

Ante la santidad divina de las Sagradas Escrituras la iglesia católica celebra el mes de Septiembre como el Mes de la Biblia con la intención de que durante este mes todas las comunidades cristianas realicen actos destinados a reforzar nuestra fe por medio de la lectura, comprensión y práctica de las  palabras de Dios escritas en la Biblia.

El motivo por el cual la iglesia ha escogido Septiembre como el Mes de la Biblia se debe a que el 26 de Septiembre de 1569 se terminó de imprimir la Biblia en español llamada también la Biblia del oso, porque su tapa tiene un oso comiendo miel desde un panal.

Hay que destacar en el Nuevo Testamento los Evangelios de los cuatro apóstoles, Marcos, Mateo, Lucas y Juan. Quienes escribieron la Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. También es notable la comunicación Epistolar de San Pablo a los cristianos de diferentes pueblos. 

Como también es la visión del mundo futuro escrita por San Juan en el último libro del Nuevo Testamento llamado el Apocalipsis.

Es pues necesario que los miembros de la iglesia católica le dediquemos un poco más de atención, estudio y valorización espiritual a las Sagradas Escrituras...
  • Porque en ellas se encuentra la Palabra Viva de Jesús y la divina inspiración del Espíritu Santo.
  • Porque con el conocimiento de las enseñanzas de nuestro redentor podremos ponerlas en práctica y cumplir con la tarea de evangelizar según el amoroso consejo de Dios hecho hombre que durante su permanencia en este mundo nos ordenó divulgar la Buena Nueva de la única religión creada por Él mismo.


Hermanos ya existen en muchas Parroquias Centros Bíblicos que nos capacitan para el conocimiento de la Palabra de Dios, ¡acudamos a estos encuentros, deseosos de beber la sabiduría divina de la misma fuente y ser verdaderos seguidores de Jesús para la gloria de Dios, Nuestro Señor!





Alabado y adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo rey !!!