miércoles, 23 de septiembre de 2015

La Humildad es el Camino a la Santidad y a Nuestra Salvación



Es tanto el uso que le hemos dado a la palabra humildad que la hemos pintado con una sombra de vulgaridad que nos impide reconocer su verdadero significado.

Etimológicamente, el término humildad deriva del latín “humilitas”,  que tiene varias acepciones: 
  • Conocimiento de las propias limitaciones y debilidades; 
  • Bajeza de nacimiento –de clase baja o de origen pobre-
  • Se aplica a la persona que tiene la capacidad de restar importancia a los propios logros y virtudes y reconocer sus defectos y errores.


Según la religión católica la Humildad es:

La virtud moral por la que el hombre reconoce que de sí mismo solo tiene la nada y el pecado. Todo es un Don de Dios, de quien todos dependemos y a quien se debe toda la gloria. 

El hombre humilde no aspira a la grandeza personal que el mundo admira porque ha descubierto que ser Hijo de Dios es un valor muy superior. Va tras otros tesoros. No está en competencia. Se ve a sí mismo y al prójimo ante Dios. Es así, libre para estimar y dedicarse al amor y al servicio sin desviarse en juicios que no le corresponden.

La humildad no solo se opone al orgullo sino también a la auto abyección (auto humillación) en la que se dejarían de reconocer los dones de Dios y la responsabilidad de ejercitarlos según su voluntad.

A continuación transcribo algunas frases célebres sobre la humildad, en las cuales pueden ustedes profundizar para obtener un criterio propio.

  • El cimiento de la oración va fundado en la humildad, y mientras más se abaja un alma en la oración, más la sube Dios. (Santa Teresa de Ávila)
  • El fundamento de la perfección cristiana según opinión común de los Santos Padres, es la humildad. (Cardenal Pecci)
  • La humildad y la caridad van juntas. Una glorifica la otra santifica (San Pío de Pietrecilna)
  • La oración es la humildad del hombre que reconoce su profunda miseria y la grandeza de Dios, a quien se dirige y adora, de manera que todo lo espera de Él y nada de sí mismo. (San Jose Maria Escriba de Balaguer)
  • No hay camino mas excelente que el del amor, pero por él solo pueden transitar los humildes. (San Agustín)
  • Si no hay humildad el amor permanece bloqueado, no fluye. (Su Santidad Francisco)
  • Sin humildad no hay virtud posible, ella es el fundamento y guardián de todas las virtudes y toda virtud se esfuma si desaparece la humildad. (San Bernardo)
  • Todo el que se ensalce será humillado; todo el que se humille será ensalzado. (Lucas 14, 11)

  • La humildad es el todo, nada hay sin ella.
  • humilde de verdadlleva en tu corazón grabado el nombre de Jesús, No para tenerlo a Él... sino para que Él te tenga y sea dueño de tu corazón.

  • Da todo lo que puedas y no recibas nada a cambio.
  • No trates de comprar un ropaje de humildad con fingidas humillaciones porque al final de tus días, cuando estés ante el Juez Divino, tu alma estará desnuda derramando lágrimas de su soberbia que la condenarán.


En tu vida terrenal no pidas el don de la humildad, la humildad nace de tus actos. Hazla tú con tus propios méritos para que cuando éstos florezcan y lleguen a los pies de Dios, Él te proclame bendito por tener en el alma escondida la íntima réplica de una pequeña luz, muy pequeña lucecita de tu gran humildad que nadie jamás en el mundo pudo ver. Porque tu humildad no la cultivaste ni para tus amigos, parientes, ni padres, ni hijos, ni esposa, ni hermanos, ni aún para tí mismo... sólo la hiciste, solamente, con todo tu amor, para la gloria de Dios.


Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!

miércoles, 16 de septiembre de 2015

¿A Quién se parecen los Hombres de esta Generación?


En esta forma se inicia el Evangelio correspondiente al día de hoy Miércoles 16 de Septiembre. (Lucas 7, 31-35).
"En aquel tiempo, dijo el Señor: ¿a quién se parecen los hombres de esta generación? ¿A quién los compararemos? Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: "Tocamos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis". Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijisteis que tenía un demonio; viene el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: "Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de publicanos y pecadores". Sin embargo, los discípulos de la sabiduría le han dado la razón."
Casi siempre tenemos dificultad en comprender el mensaje que quiere darnos Jesús en sus parábolas. En esta ocasión también podemos caer en la falta de percepción de la enseñanza que nos da Jesús.

En nuestra personal y humilde interpretación nos permitimos ofrecerles nuestro sentir,  sin otro fundamento,  que el de nuestra fe espiritual guiada por la Gracia del Espíritu Santo.

Jesús nos presenta la escena de unos niños que tocando sus flautas les dicen a otros: “¿Por qué no bailan?... y cuando cantamos lamentaciones, ¿por qué no lloran?"

Entonces, ¿cómo podremos calificar la actitud de los niños que no reaccionan ante la música y el canto? Nuestra respuesta sería que no tienen interés en lo que perciben, o ignoran lo que deben hacer. Expresado en una palabra: Indiferencia.

A ellos se parecen los hombres de nuestra generación, que no obstante oír el llamado de Jesús de cambiar sus placenteras costumbres que los llevan al pecado, son indiferentes a la invitación al baile y al canto que los llevaran al camino de su salvación...

En la segunda parte de la parábola Jesús se refiere a aquellos fariseos que condenan a Juan porque no comía ni bebía vino y a Jesús lo acusan de comelón y borracho porque come y bebe vino.

He aquí que los hombres de nuestra generación se parecen a los fariseos que llenos de orgullo y soberbia solo buscan el mal que les conviene exaltar para su propio provecho sin considerar que el bien también puede estar presente en lo que a ellos no conviene divulgar.

Juan no comía y no bebía porque mediante el ayuno y la abstención de la bebida fortalecía su espiritualidad para poder cumplir el anuncio de la llegada del Mesías, Jesucristo Hijo de Dios.

Y Jesús comía y bebía con sobriedad para beneficio de la parte de su humanidad. Su parte de divinidad no necesitaba ni del comer ni del beber por ser Hijo de Dios y Dios Verdadero.

Y los hombres de nuestra generación son como los fariseos, que solo ven lo que les produce placer y dinero aunque venga del mal de las cosas, ignorando el bien que también estas mismas les pueden proporcionar, siendo iguales en orgullo y soberbia que los fariseos.

En conclusión, seamos humildes y pidamos a la Santísima siempre Virgen María interceda por nosotros  ante su Divino Hijo Jesucristo Nuestro Señor, para que mediante la humildad lleguemos a ser santos  y dignos hijos de Dios. 


Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!



miércoles, 9 de septiembre de 2015

Fiesta de la Natividad de la Virgen María


8 de Septiembre de todos los años...

¡¡¡De la Virgen María es su cumpleaños!!!


No hubo cohetones ni bombardas festejantes, tal vez en una iglesia de un pequeño pueblo un Párroco alegremente en su avanzada ancianidad. Repicaba las campanas llamando a sus escasos feligreses para celebrar la Santa Eucaristía en conmemoración de la Fiesta de María, la dulce Virgen María, la Madre de Dios.

En muchas de las grandes ciudades, con las grandes catedrales y sus grandes Obispos, no se acordaron que era el cumpleaños de la Reina del Cielo y sin embargo la Santísima Virgen María, desde el cielo sonreía diciendo: 

“Pobrecillos mis hijitos en la tierra, con tantas desgracias y tantos pesares no encontraron en sus mentes un recuerdo, una plegaria por el cumpleaños de su humilde Madre Celestial. Yo le pido a mi Hijo, Jesús adorado, que los perdone por haberse olvidado de su Madre, porque son pequeñitos, muy pequeñitos y aun no saben bien amar.”

En efecto, ayer 8 de Septiembre se celebró un año más del natalicio de la Santísima Virgen María. Acontecimiento que fue instituido por la Iglesia Oriental en el siglo VI, para luego ser también instituido en el siglo VIIi por la Iglesia Occidental.

En este veneradísimo día, según las tradiciones, nace en Jerusalén, la Virgen que nos prometieron los profetas en las Sagradas Escrituras, como la joven doncella, escogida por Dios para ser la Madre Purísima de su Único Hijo, Jesucristo, Nuestro Señor y Redentor.

Ella es la que concibió por obra y gracia del Espíritu Santo y en su cuerpo el Verbo se hizo Carne

María fue el Sagrario Viviente donde Jesús recibió la sangre y aliento de vida de la Inmaculada y Santísima Mujer que nos devolvió el paraíso terrenal que Eva nos hizo perder.

Donde está Jesús... está María, los corazones de ambos, por ser del mismo origen divino, laten al unísono al ritmo del amor. Este amor eterno e infinito está centrado en la humanidad y se derrama sobre todos los hombres que aman a Dios.

Por este principio de divina dualidad la Santísima Virgen María es la perfecta intercesora del hombre con Dios. Ella lo demuestra continuamente en sus manifestaciones de presencia, en las diferentes apariciones, en las cuales su ternura y amor nos las quiere revelar y transmitir.

¡Festejemos, pues, hermanos el día del divino Nacimiento de la Virgen María en cada uno de nuestros corazones y que en cada latido se escuche el rumor amoroso de un himno de alabanza para nuestra esplendorosa, hermosa, bellísima y purísima Madre Celestial

Y en plegaria que traspase la ingratitud y el olvido, digámosle con el alma sumergida en el arrobamiento que nos causa el amor que le profesamos:



“Tú eres mi dulce María, 
la luz de mis ojos, el aire que respiro, 
la aurora que ilumina mis tinieblas, 
el suave y dulce remanso donde mi pensamiento,
bebe a gotas el deleite de elevar mi humildad,
el ensueño de besar las huellas
 que dejan tus pisadas.

Oh, Reina mía, en este día 
y todos los días de mi vida,
permite que con mis palabras
pueda un ramito de violetas formar
un humilde recuerdo que te diga,
jamás Madre mía te he de olvidar."




Alabado  y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!



miércoles, 2 de septiembre de 2015

Señor: "¡¡¡Perdónalos Porque No Saben Lo Que Hacen!!!"


Hoy vengo Señor Jesús Sacramentado a solicitarte humildemente que perdones a quienes te ofenden diariamente en tu propia casa y ante tu Divina presencia. Discúlpame por emplear en mi rogativa una frase tuya que dirigiste a Dios Padre, cuando clavado en la cruz pedías perdón para aquellos que te martirizaban.

Hoy también, mi sufrimiento -que no se puede comparar al tuyo en la Santa Cruz- lleva la marca del sello indeleble del dolor del desengaño que me causan aquellos, que un día te juraron lealtad y completa sumisión a Tí Dios Vivo presente en la Santísima Eucaristía.

Te pido indulgencia por las ofensas que cometen contra Ti, que eres nuestro buen Dios, que eres la luz del amor y que perdonas, aunque el dolor de las heridas que te causan sus agravios,  laceran tu amoroso Corazón Sacramentado.

Perdónalos porque no saben lo que hacen, cuando:

  • Solo te visitan en tu casa, la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua, cuando les aflige una necesidad.
  • Obtienen tu Gracia Divina, no te la agradecen como Tú te lo mereces y aun mas, no vuelven hasta que otra adversidad les acomete.
  • No cumplen con su compromiso de adorarte solamente una hora a la semana, y te posponen a tí, Dios Verdadero, por compromisos familiares, sociales o de cualquier otra índole.
  • Estando en tu presencia real, se duermen o ignoran con modales impropios que están ante la presencia de Dios Vivo.
  • Se pasan la hora viendo quien entra o quien sale de la Capilla.
  • Con avaricia que repugna están pendientes del tiempo pasado ante Jesús para terminar con la “obligación” de estar en tu compañía.

No deseo perturbar más a mi alma y a mi mente con el recuerdo y vivencia de los muchos actos de ofensa perpetrados por algunas personas que dicen amar a Jesús. Que estos pocos ejemplos sirvan de recordatorio para que jamás los volvamos a repetir.

Por último, por no ser lo primero, de rodillas Jesús mío, Dios de mis amores, te pido también que a mí me perdones porque soy también responsable de las ofensas que mis hermanos cometen contra Tí, 
  • Porque no supe enseñarles debidamente lo que es Jesús Sacramentado,
  • No encontré la fuerza espiritual de guiarlos por el camino de la alabanza, respeto y adoración que Jesús Nuestro Señor se merece. 
  • No tuve la entereza de corregir los errores antes que se convirtieran en pecados de ofensas al santísimo sacramento.


Perdón Señor, perdón Señor, perdón Señor.


Dame Señor tu divina protección y haz que tu Espíritu Santo derrame una gota de sus benditos dones sobre mi alma atormentada para cumplir con tu santa voluntad de servir y servirte para la gloria de Dios Padre Todopoderoso.


Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!