No confundamos a San Juan Bautista -primo de Jesús, quien dio testimonio de que era el Hijo de Dios cuando, aún en el vientre de su madre Isabel, saltó de alegría durante la visitación de la Virgen María a Isabel- y a San Juan Apóstol y Evangelista, discípulo muy amado de Jesús a quién nombró como Representante de toda la humanidad como hijo de la Santísima Virgen María, cuando Jesús crucificado y próximo a morir le dijo: “Ahí tienes a tu madre”.
Hoy 29 de Agosto la Iglesia Católica conmemora el Martirio de San Juan Bautista por orden de Herodes aunque la fiesta establecida por la liturgia para recordar a San Juan Bautista es el día 24 de Junio.
San Juan Bautista precursor de Jesús, predicaba la venida del Hijo de Dios de quien decía “Al que viene después de mí no soy ni siquiera digno de atarle las correas de sus sandalias.” Y también proclamaba: “Yo bautizo con agua pero el bautizará con el fuego del Espíritu Santo.”
San Juan Bautista dio testimonio de Jesús cuando lo bautizaba en el Jordán, mientras que se cumplían las profecías, el Espíritu Santo en forma de paloma se posó sobre la cabeza del bautizado y del cielo se dejó escuchar una voz poderosa que decía: “ESTE ES MI MUY AMADO HIJO”. Y Juan proclamó: “He ahí el Cordero de Dios”.
Tiempo después, hallándose Juan Bautista prisionero por órdenes de Herodes a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado. Porque Juan le decía a Herodes: “No te es lícito estar casado con la mujer de tu hermano”.
Herodías odiaba a Juan Bautista y deseaba matarlo, pero no se atrevía por el respeto que Herodes sentía por él. El momento oportuno se presentó cuando en el palacio se celebraba el cumpleaños de Herodes con la asistencia de muchos dignatarios de la corte.
Dentro de los festejos se presentó un baile a cargo de la hija de Herodías terminado el cual y por su excelente ejecución fue premiado con aplausos y la total satisfacción personal de Herodes, quien llamó a la bailarina y le dijo que le pidiera lo que ella quisiera, que él se lo daría.
La joven fue donde su madre y le preguntó que le pediría al rey, y Herodías sin titubear le dijo dile que te traiga en una bandeja la cabeza de Juan Bautista. Así lo hizo la joven y Herodes con mucha pena no tuvo otra opción que cumplir con su promesa y ordenó a uno de sus guardias que cumpliera con lo que había solicitado la joven bailarina.
Después de unos momentos le fue entregada en una bandeja la cabeza de Juan Bautista a la joven quien a su vez se la entregó a su madre Herodías.
Cuando los discípulos de Juan se enteraron de los hechos fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.
Desde su nacimiento hasta su muerte San Juan Bautista nos ha demostrado su humildad y valentía. Humildad para reconocer la grandeza de Dios y de Jesús Nuestro Señor, a quién respetaba y amaba con verdadera humildad.
Valentía para oponerse a los violadores de las leyes humanas y divinas y señalar a los culpables aún con el pago de su propia vida.
Hermanos, que el temor de combatir a aquellos que ostentan el poder y se justifican en él para quebrantar las leyes de Dios y del hombre no nos haga cómplices de sus actos, Dios está con Nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado
¡¡¡Viva Cristo Rey!!!