A continuación transcribimos algunas de las mencionadas citas Bíblicas.
- “Les aseguro que si no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los cielos. El que se haga pequeño como este niño será el más grande en el Reino de los cielos.” (Mt 18, 1-4)
- “No les impidan a los niños que se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos.” (Mt 19, 13-15)
- “Dejen que los niños se acerquen a mí.” (Mc, 13-16)
- “El que recibe a este niño en mi nombre me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe a Aquel que me envió.” (Lc 9, 46-50)
- Un día Jesús se sintió inundado de gozo en el Espíritu Santo y dijo: “Yo te alabo, Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes, y las revelaste a los pequeñuelos. Si, Padre, porque tal ha sido tu beneplácito.” (Lc 10, 21)
Jesús amó entrañablemente a los niños y durante su vida pública, fueron muchos los milagros que obró en niños enfermos y hasta muertos ya, resucitándolos. Hechos que constan también en las sagradas escrituras.
Es pues en nuestros días que no podemos concebir los pecados que se cometen contra los niños como los abusos sexuales, la pederastia y la pedofilia que son actos ejecutados por los seguidores de Satanás y que Dios no perdonará si no existe un verdadero arrepentimiento de corazón por el mal hecho. Porque si un infanticidio es el crimen cometido al privar de la vida a un niño, el atentar contra su candor e inocencia es un crimen mil veces más repudiable.
¡Vil y desgraciado el ser que mancilla a un niño y no se arrepiente de su maldad y peor aún, si la vuelve a repetir!.
No queremos ser ejecutores de la justicia, no es nuestra facultad hacerla. Dios y su Divinidad como Juez Justo determinará en el juicio final el castigo que merecen aquellos que pecan sin jamás arrepentirse de sus pecados.
Hermanos, nuestro escudo y defensa contra las arremetidas de satanás, es la oración.
Oremos para que este mundo nuestro se de cuenta que está en el camino equivocado y vuelva al camino que Nuestro Señor Jesucristo nos señaló.
Oremos para que los seres humanos reconozcan que Jesús es nuestra salvación y sin El nuestro final será la condenación eterna.
Oremos con el corazón y el alma, con fe y sin desmayo, siguiendo las súplicas que nos hace en cada una de sus apariciones nuestra Santísima Virgen María, Madre de Dios. Que ella sea nuestra intermediaria ante su divino hijo para que tenga misericordia de esta humanidad pecadora.
Oremos hora tras hora, día tras día, mes tras mes, año tras año sin fatiga ni desaliento hasta que Dios nos diga: "tu camino terrenal ha terminado" y merezcamos que también nos diga "ven hijo mío al Reino de los cielos para toda la eternidad"
Hermanos, nuestra Capilla de Adoración Eucarística Perpetua te espera con las puertas abiertas de par en par para que platiques con Jesús Sacramentado, Dios vivo, que te espera un minuto, una hora, o el tiempo que tu quieras ofrecerle retribuyéndole con verdadero amor el infinito amor que Èl siente por ti.
ALABADO Y ADORADO SEA POR SIEMPRE JESUS SACRAMENTADO
¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!