Estamos en el tiempo litúrgico de Cuaresma, en donde los católicos expresamos, nuestro más fuerte sentimiento de penitencia y arrepentimiento, como expiación, por los pecados cometidos en agravio directo a nuestro Dios.
- Tiempo de reflexión: Reflexión es la acción de reflexionar, es decir, la actividad mental en la que el pensamiento se vuelve sobre sí mismo para ayudarnos mediante su previo consejo o advertencia, llegar a un juicio correcto.
- Tiempo de oración: es nuestra plegaria elevada a Dios mediante la intercesión de la Santísima Virgen María, de los santos apóstoles, de los santos mártires u otro ser humano consagrado por sus propios meritos y que vive eternamente en los cielos, por la divina gracia de nuestro Señor Jesucristo para la gloria de Dios Padre Todopoderoso.
- Tiempo de conversión: la acción y efecto que nos hace creer en lo que antes dudábamos o negábamos, que el amor y el bien son cualidades humanas existentes por naturaleza desde que fuimos bautizados y las que van creciendo o apagándose durante las diferentes etapas durante el camino de nuestras vidas.
Este es pues el propósito de la Cuaresma, tiempo de reflexión, oración y conversión, el estar debidamente preparados espiritualmente, para celebrar dignamente la pasión, la muerte y la resurrección de Jesucristo, Dios y Señor Nuestro.
La Pascua de Resurrección, culmen de nuestras celebraciones litúrgicas, es el misterio de nuestra fe, la certeza de nuestra salvación y el aseguramiento de la vida eterna.
Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado
¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!