Si yo quisiera agradar a mi Dios no cometería tantos pecados contra Él, pero aún sabiendo que hago mal, ahogo mi voluntad por alguna causa que no puedo reconocer y mi querer se convierte en No querer.
Muchas veces quisiera ayudar al pobre ó al hermano hambriento y recoger un pedazo de pan de mi alacena y dárselo al primer pobre hambriento que encuentre en la calle o tal vez salir de casa corriendo en busca de un necesitado y darle una moneda de mi repleta bolsa, pero en la pereza en que se adormita mi espíritu niego a mi querer y me escondo en el no querer.
Cuantas veces quisiera visitar a un enfermo en un hospital y llevarle con mi presencia un poco de esperanza que alivie su mal, más al entretenerme en cosas vanas de un placer pasajero, ahogo mi intención en el egoísta mal del no querer.
En ocasiones quisiera entrar a una iglesia y rezar por los que sufren, por los que han perdido la fe, pero el entusiasmo por un espectáculo baladí me aleja del umbral del templo y en mis pasos que me apartan de mi querer sus huellas sin retorno dibujan mi no querer.
Otras muchas veces quisiera sellarme los labios y no divulgar el pecado de un hermano y mas vale el protagonismo de sentirme acusador y propago con maldad su falta, y mi conciencia agoniza en mi no querer.
No se cuántas veces quisiera pedir perdón por una ofensa o injuria cometida y humilde reconocer mi mal proceder pero mi soberbia se cobija en mi no querer.
Oh Dios mío, cuanto más pudiera yo confesar de mis quisieras que son destruidos por mis no quereres, por eso, arrepentido y con la fortaleza que me da la fe en Ti, humildemente quisiera,
¡Sí!... QUISIERA:
- Que me des la virtud de la caridad para hacer el bien sin considerar a quien se lo hago y sin esperar recompensa alguna, y que mis acciones sean agradables a Tí Señor y Dios mío.
- Que me des paciencia para soportar todas las pruebas que te dignes poner en mi camino con el único fin de cumplir tu voluntad.
- Que me des la continencia para poder abstenerme de todos los pecados carnales y poder entregarte un corazón sin mancha y un alma inmaculada el día que Tú decidas que el peregrinar en este valle de lagrimas haya terminado para mi.
- Que me des modestia para no ensalzarme por mis virtudes sino que vea en ellas el fruto de tu amor.
- Que me des entendimiento para comprender la grandeza de tu amor por la humanidad al sacrificar a tu Unigénito, Nuestro Señor Jesucristo, para que nos redimiera y nos abriera las puertas de tu reino, Señor.
- Que me des mansedumbre para que donde se me ofenda dé yo en cambio bendición, y así poder seguir tus pasos como en la crucifixión en que clamaste al Padre por el perdón a tus ofensores.
- Que me des fortaleza para que nunca deje de asistir a adorarte en la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua y me des la fe para que cada día mi amor por Ti sea tan inmenso y brillante como la luz de todas las estrellas del universo y que todos reconozcan tu omnipotencia, amor y misericordia eterna.
- Por ultimo, y como Tú lo dijiste, los últimos serán los primeros, que les des a todos los adoradores de la Capilla de Adoración Perpetua de Cardel la fuerza de voluntad y la fe para que jamás dejen de participar en la hora santa que tienen reservada para Ti Dios mío.
Dios mío quisiera amarte mucho más para que no exista en mi ni el "no puedo" ni el "no quiero". Gracias infinitas por todo lo que dispones para este humilde siervo que solo ansía adorarte por toda esta vida y si Tú lo permites, allá en el cielo por toda la eternidad.
¡Alabado y adorado sea
Jesús en el Santísimo Sacramento!
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