miércoles, 8 de octubre de 2014

Estamos Endureciendo Nuestros Corazones


Sin lugar a dudas nuestro comportamiento diario con respecto a las acciones que se desarrollan alrededor de nuestro entorno son el camino que nos está conduciendo a la insensibilidad y a la pérdida de nuestros valores éticos y morales.

La globalización, la vorágine de espectáculos decadentes que nos muestran ciertos medios de comunicación y la neo cultura de la entronización del dinero y los bienes materiales son los directos responsables de la actual crisis por la que atraviesa el mundo en que vivimos.

La vida del ser humano se ha devaluado terriblemente, su valor es casi nulo ante el poder de los bienes materiales, la vida no vale nada ante el valor que otorgamos al poder político, a la sumisión ante la idolatría al dinero

Ya no existe límite moral que detenga la hecatombe que necesariamente tendrá que llegar si no revertimos nuestros errores. Somos los únicos responsables del producto de nuestros actos, y aun,  conociendo el fin que estamos destinando a nuestra alma, seguimos obstinados en condenarla eternamente a cambio de unos instantes de morbosidad pecaminosa.

Pensemos y recapacitemos, si aún nos queda algo de bien y moralidad en nuestro intelecto, no podemos continuar con nuestra destrucción. Desterremos de nuestras mentes todo el horror que nos muestran algunos medios de comunicación, como asesinatos a sangre fría, como si fuera un acto de rutina normal. 

Crímenes premeditados efectuados en ejecuciones múltiples de seres humanos, muchas veces sobre seres inocentes. Imágenes de seres humanos decapitados en horrendos testimonios "en vivo".  Matanzas en aras del vicio y del narcotráfico. Muertes impulsadas por el odio y la venganza. 

¡Qué repugnante mezcolanza de muerte y locura!

Y todo ello detallado minuciosamente como si el que los publica, gozara con su publicación y el lector se deleitara en su lectura.

Estamos llegando al extremo de la perversidad y como si nada pasara, adormitados por el sopor de nuestra irresponsabilidad, nos dejamos llevar hacia el matadero de nuestras vidas y a la pérdida irremediable de nuestra salvación.

Quizá muchos de los que leen estas palabras, se espantarán de la crudeza de las mismas, pero tenemos que señalar lo que está mal, ya los tiempos no están para admoniciones ni consejos tibios, ¡Es hora de demostrar con desnudez, la barbarie y salvajismo en las que estamos viviendo! Porque aunque no participemos activamente en los hechos, somos testigos de los mismos y por lo tanto estamos involucrados por ellos y si no hacemos nada en contra de tal atrocidad, somos tan culpables como los que las ejecutan.

¿Y que debemos hacer para detener esta barbarie mundial?

Unirnos todos los que detestamos el mal y queremos el bien. 

¡La Unión hace la Fuerza!


Debemos empezar desde nuestra familia, célula fundamental de la sociedad, introduzcamos en ella el amor, la verdad y la decencia, hagámoslo con el ejemplo y la bendición de Dios. 

No bastarán solo las palabras, es necesario practicarlo continuamente, diariamente, enseñemos a respetar y a que nos respeten. Y necesaria y primordialmente busquemos en Dios la ayuda, sabiduría y fortaleza para llegar a cumplir nuestro cometido, con la oración la conseguiremos, orad, orad en todo momento que Dios nos escuchará y jamás nos abandonará.

Nuestras asambleas de fieles, son el núcleo de la unión del pueblo y llámense, parroquias, congregaciones pastorales o movimientos sociales, son los indicados a formar el frente popular para combatir el mal. Corresponde a sus líderes organizar y llevar a cabo esta misión restauradora en nuestro país y en nuestro mundo.

A nuestros hermanos Cristianos los invitamos a continuar con el llamado de Evangelización a que nos hace Jesús, Nuestro Señor, por medio del Papa Francisco.

¡Adelante hermanos!

Si Dios está con nosotros...
¿Quien podrá contra nosotros?



Alabado y Adorado sea por Siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!


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