jueves, 26 de noviembre de 2015

6to. Aniversario de la Capilla AEP en Cardel, Ver. México.



¡Alabado sea Jesús Sacramentado!

Hoy, 26 de Noviembre, cumplimos seis años de haber inaugurado nuestra Capilla de Adoración Eucarística Perpetua en la ciudad de Cardel, en el estado de Veracruz, México.

¡Más de 52,000 horas durante la mañana, tarde, noche y madrugada
en que hemos adorado sin interrupción al Dios Vivo en Cuerpo y Sangre!

En cada una de estas 52,000 horas hemos estado presentes entre uno y 8 adoradores dando testimonio irrefutable del Misterio de Nuestra Fe, la Santísima Eucaristía.

Gracias Señor por habernos concedido la gracia de tener en nuestro pequeño pueblo tu Santa Morada, la cual nos prometiste, antes de ascender a tu Reino de los Cielos, diciendo: “No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros.”...

¡Y la Sagrada Eucaristía es el medio que escogió para volver
 y permanecer con nosotros para siempre.!

No hay encuentro más hermoso y lleno de infinito amor que el que podemos gozar cuando estamos nosotros, humildes pecadores, ante la presencia real y viva de nuestro Dios y Señor, es la “Ganancia más extraordinaria que un ser humano puede alcanzar” de la que nos habla San Agustín.

¡Cuántos milagros se han producido originados por la Divina Gracia de Dios
en el Misterio de la Santísima Eucaristía!

Son de conocimiento y reververancia universal, el Milagro de Lanciano, que es uno de los más trascendentales, pero los milagros que a diario Jesús Sacramentado nos regala como humilde y misericordiosa prueba de su infinito amor, esos que no tienen resonancia estridente ni fanfarrias exuberantes... ¡Esos son los que solo en nuestro silencio, se hacen presentes en nuestro corazón bañándonos el alma con la dulzura y paz del favor recibido y son muchos, incontables los que Jesús Sacramentado nos ofrece a diario en nuestra Capilla de Adoración Eucarística Perpetua!

¡Solo los que lo reciben y el que los da
conocen de su real existencia y se cumple así 
la eterna y nueva alianza entre Dios y el hombre!

Amigo que estás leyendo estas modestas líneas, te invitamos dondequiera que estés en este convulsionado mundo, para que te acerques a una Capilla de Adoración Eucarística Perpetua a dialogar con tu Dios Vivo y presente y que te espera con los brazos abiertos y su Divino Corazón Sacramentado clamando para que te decidas a venir a Él.

Asimismo, respetuosamente imploramos que los párrocos que aún no se han atrevido a establecer una Capilla de Adoración Eucarística Perpetua en su Parroquia que lo hagan YA, por su grey, para que tengan la bendición única del Dios Vivo; por el cariño que le puedan tener a San Juan Pablo II y cumplirle su más piadoso deseo que era el de que hubiera una Capilla de Adoración Eucarística Perpetua en todas las parroquias del mundo y sobre todo por Jesús que lo reclama desde los espacios vacíos del templo que aún no se llenan con su Eucarística morada de Adoración Perpetua.


¡Señor y Dios mío, Santísima Eucaristía, 
qué más puedo pedirte si lo tengo todo, 
te tengo a Ti!



Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado


¡¡¡Viva Cristo Rey!!!


miércoles, 18 de noviembre de 2015

Festividad de Cristo Rey



La fiesta de Cristo Rey es una de la celebraciones más importantes de la Iglesia Católica, siendo proclamada universalmente por el Concilio Vaticano II como el Cierre del Año Litúrgico.

El Papa Pío XI instauró esta festividad el día 11 de Diciembre de 1925, mediante la publicación de su Encíclica Quas Primas.

La mención de Cristo Rey es repetida muchas veces en las Santas Escrituras, refiriéndose al Poder Supremo de Dios en todas las áreas de la creación. Un claro ejemplo del nombramiento de Jesús como Rey lo encontramos en Mateo 25, 31-46. 

Otras Citas Bíblicas que nombran a Jesús como Rey de Reyes, Señor de Señores, Rey de todas la Naciones, Rey de Israel, Rey de los Judíos, las encontramos en: Tim 1, 17; Mat 27, 11; Juan 1,49; Rev o Apo. 1, 5 y 15, 3.

El origen sobre el Reinado de Cristo se expone en la Encíclica del Papa Pio XI publicada en 1925 y se ha dicho de ella que es posiblemente una de las peor entendidas y de las más ignoradas de todos los tiempos. La Encíclica cita a San Cirilo de Alejandría, donde se hace notar que el Reinado de Cristo no se obtiene con violencia: “Posee Cristo soberanía sobre todas las criaturas, no arrancada por violencia ni quitada a nadie, sino en virtud de su propia esencia y naturaleza.”

El Papa Benedicto XVI ha señalado como lo hizo su predecesor San Juan Pablo II, que el Reinado de Cristo no se basa en el poder humano, sino por el amor y servicio a los otros.

Por último es necesario señalar que Poncio Pilato mandó a escribir un cartel con la inscripción de “Jesús Rey de los Judíos”, tal vez con la intención de justificar su temerosa neutralidad y hacer caer la responsabilidad de la crucifixión de Cristo en el pueblo judío, pero sea cual fuere el propósito que escondía la señalización indicada en el rótulo que coronaba la cruz del sacrificio del Hijo del Hombre, fue y será por toda la eternidad la sentencia que Santifica al Hombre y Glorifica al Hijo de Dios como Rey en el cielo y en la tierra.

El pueblo cristiano y la iglesia han querido demostrar su gran amor y lealtad de humildes vasallos del Rey Divino, erigiendo monumentos en varias partes del mundo y que simbolizan la imagen de Cristo Rey.

Hay que precisar que el monumento más alto erigido en el mundo para la gloria de Jesucristo es, el monumento a Jesucristo Rey del Universo, en la ciudad de Polonia Swiebodzin-

La figura mide 33 metros, que corresponden a los 33 años que vivió Cristo. A ellos se suman los 3 metros que mide la corona, de nuevo una cifra simbólica que representan los tres años que Jesús se dedicó a predicar. Si se suman los 16.5 metros que mide la plataforma que le sirve de apoyo, el monumento en total mide 52.5 metros.

Zawadski es el nombre del sacerdote que dirigió la construcción de la obra que empezó en el año 2000 y fue terminada en Noviembre del 2010. El sacerdote asegura que el propio Cristo le guió en su obra.

¡Qué obra tan maravillosa en lo que se refiere a su construcción!...

Pero es como un gramo de la arena y cemento que se emplearon para la edificación comparado con el amor que Cristo Rey, Jesucristo Señor y Dios Nuestro, nos entrega diariamente a todos los que esperamos, confiamos y creemos en Él.

Este próximo Domingo 22 de Noviembre celebraremos la Fiesta de Cristo Rey, dispongamos nuestras almas y corazones a darle a Jesús la prueba más grande de nuestro amor que es 

Cumplir su Santa Voluntad y amarlo a través del amor que damos a nuestro prójimo. 



Alabado y adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!



miércoles, 11 de noviembre de 2015

El Credo, Profesión de Fe y Base de la Doctrina de la Iglesia Católica.


El CREDO más antiguo y ampliamente conocido en la Iglesia Católica es el llamado “Credo de los Apóstoles”,  no porque hubiera sido escrito por los Apóstoles, sino porque era el utilizado por los Apóstoles en las primeras épocas del cristianismo. Principalmente en la introducción de los Catecúmenos antes de ser bautizados. Es conocido también como símbolo de los Apóstoles y es considerado el resumen fiel de la fe de los apóstoles.

Una de la versión del Credo más utilizadas, es el Credo de Nicea, formulado por primera vez en el año 325, en el Primer Concilio de Nicea, y su subsecuente ampliación definitiva en el Concilio de Constantinopla (381). Es la profesión de la fe cristiana, común a la Iglesia Católica.

El Credo se dice en los Domingos y en las Solemnidades. Es a juicio del sacerdote que preside la Santa Misa, la elección de una u otra forma, si bien lo más apropiado por su origen histórico sería:
  • Profesar el Credo corto o de los Apóstoles, en los Tiempos Litúrgicos relacionados con el Bautismo (Cuaresma y Pascua)
  • Y el Credo largo o Niceno-Constantinopolitano, en el resto del año.


Cada domingo recitamos en la Santa Misa el Credo, después de haber oído el Santo Evangelio. El sentido de recitar el Credo es, tras escuchar la Palabra de Dios, y la explicación de esta Palabra por el sacerdote, como respuesta a esta Palabra, hacemos una declaración de nuestra fe

Esto es porque la fe nace de la escucha de la Palabra de Dios, es nuestra respuesta personal a esta palabra, la “Obediencia de la Fe". Solamente una persona que ha escuchado a Jesús puede después creer en Él.

Recitar con fe el Credo es recordar nuestro Bautismo y entrar en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, es entrar también en comunión con toda la iglesia que nos transmite la fe y en cuya profundidad maternal creemos.

Este es el testimonio de nuestra fe:

Creo en Dios Padre Todopoderoso, Dios existe no tenemos dudas, no necesitamos pruebas.

Creador del cielo y de la tierra. Dios es el principio y fin de todas las cosas. Dios lo puede todo es omnipotente.

Creo en Jesucristo, su único hijo, nuestro señor, Cristo "Mesías" Hijo de Dios. Es el nombre con el que Dios se rebeló a Moisés.

Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de Santa María Virgen, Jesús fue engendrado y no creado, y ratificamos que la madre es la Santísima Virgen María y no ponemos en duda que fue, es y será Virgen, antes, en y después del parto.

Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,  es en esto que Jesús nos redimió, sufrió mucho y murió por amor.
Descendió a los infiernos y al tercer día resucito entre los muertos. No se refiere al infierno donde están las almas condenadas, sino al lugar donde llegaban las almas de los justos antes de haber sido redimidas por Jesús. Y como lo predijo, resucitó al tercer día, venciendo a la muerte.

Subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso,  subió a los cielos en su divina ascensión y está en la gloria por ser consustancial con el Padre y está en todas partes por ser también Dios.

Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y muertos,  es el juicio inmediato a nuestra muerte donde seremos juzgados por nuestras obras.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de dones que procede del Padre y con el Hijo recibe una misma adoración, siendo Dios en una de la personas de la Santísima Trinidad.

Creo en la Santa Iglesia Católica. Es santa porque fue fundada por Cristo y es única y la verdadera.

La comunión de los santos. Estamos todos unidos en la tierra, en el purgatorio y en el cielo. Todos somos Iglesia e hijos de Dios y Santos porque la Santidad nos viene del Padre.

El perdón de los pecados. No somos perfectos y somos pecadores, pero por nuestra confesión en verdadero arrepentimiento y por la infinita misericordia de Dios se nos perdonarán nuestras ofensas a Dios.

La resurrección de la carne y la vida eterna. Y aquellos que merezcan el cielo tendrán un cuerpo glorioso como Jesús resucitado y vivirán eternamente en la gloria de Dios Padre junto con el Hijo, el Espíritu Santo, y la Santísima Virgen María, madre de Dios.



Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!

jueves, 5 de noviembre de 2015

La Palabra de Jesús es Contundente


"En aquel tiempo mucha gente acompañaba a Jesús; Él se volvió y les dijo: “Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío  …… Lo mismo vosotros, quien no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío.”     Santo Evangelio según San Lucas (14, 25-33)

Estas son palabras terribles a nuestros oídos. Pensamos con pensamientos infiltrados por el egoísmo de nuestra naturaleza más terrenal que espiritual. Es la lucha antagónica entre lo material y lo divino. Es nuestra duda de seres humanos y la divinidad eterna que llevamos sembrada en nuestras almas.

Muchos de nosotros que nos consideramos fieles cristianos, no hemos querido analizar siquiera estas palabras de Jesús, Dios y Señor Nuestro. Es una confrontación intima que no deseamos experimentar porque ciertamente vacilaríamos sin llegar a una decisión final. ¿Primero Dios que mi madre?... ¿que mis hijos?

Mas esta es la prueba rotunda de la fe y del amor que tenemos para con nuestro Dios y Creador. De la mucha fe y amor que tuvo Abraham en aceptar el sacrificio de su hijo Isaac y de la poca que tuvo el joven rico cuando se le pidió que vendiera todos sus bienes y el dinero obtenido lo repartiera entre los pobres, mas el joven se puso triste y se alejó porque tenía muchas riquezas.


Desde la tranquilidad en donde estamos leyendo estas líneas, nos es muy fácil pensar que sí haríamos lo que Jesús nos pide. Pero llegado el momento de la encrucijada ¿qué haríamos?...


¿Verdaderamente, abandonar a nuestra muy amada y querida madre
y seguir el llamado de nuestro Dios?

Piénsalo con la honradez y verdad de tu corazón; ¿cuántas veces no hemos dejado de asistir al Santo Sacrificio de la Misa en Domingo o Día de Precepto, porque teníamos enfermo en cama a un familiar nuestro?... Esta es una decisión no muy difícil de tomar, es solo una hora y sin embargo relegamos a Dios. 

¿Cuál será entonces nuestra decisión cuando el abandono
del ser amado sea definitivo y total?

El Reino de los Cielos es un lugar al que llegaremos por nuestros propios méritos, por nuestras acciones y nuestro cumplimiento estricto con todos los mandamientos de Dios.

El camino hacia la vida eterna es estrecho y lleno de dolor y sacrificio seguimos a Jesús con nuestra cruz a cuestas, azotados por enfermedades, lacerados por la pobreza, revestidos por las falsas murmuraciones y el odio de los que nos desprecian y nos humillan.

Gozo enorme, felicidad incomparable y amor eterno a Dios por habernos puesto en su camino para que viviendo los sufrimientos que Jesús Nuestro Señor sufrió en su pasión, podamos ser dignos algún día de contemplar la divina luz de su rostro y alabar y adorar a Dios Padre Todopoderoso por toda la eternidad, acompañados de la Santísima Virgen María, Madre de Dios.



Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!