miércoles, 28 de abril de 2010

Campaña por la Adoración Eucarística Perpetua


En estos últimos días, grupos de hermanos inflamados por el fuego divino, han empezado en Cardel y alrededores, la misionera y ardua labor de buscar entre los seres honestos y dignos, adoradores al Santísimo para nuestra Capilla de Adoración Eucarística Perpetua en la Parroquia San Francisco de Asís.


Van de puerta en puerta, llevando el mensaje de paz y amor que Dios les ha infundido, para que le adoremos más personas, en las madrugadas, en las mañanas, en las tardes y en las noches durante todos los días del año, a cada hora ininterrumpidamente, sin fallar una sola. Tanto en invierno como en verano, inmersos en el frio o en el calor, pero con la fe en nuestros corazones y con la decisión férrea de nunca jamás, dejarlo solo.





Almas benditas, las de estos hermanos, que solo buscan como recompensa el poder servir y adorarle a Él, que nos dio la salvación eterna por el sacrificio de su Hijo Unigénito, Jesucristo Nuestro Señor.
Encomiable labor la de estos indesmayables seguidores de Cristo y sus divinas enseñanzas. Algo como esto les esta diciendo Jesús: “Hay muy pocos pescadores para la gran pesca de almas en el mundo”. Son los elegidos y benditos por Dios, y Él siempre les acompañará y guiará sus pasos para que puedan cumplir cabalmente con su misión.

Hermanos no se entristezcan, ni pierdan sus valores y la fe y recuerden las palabras que dirigió Jesucristo a sus apóstoles y que también se aplican a ustedes:


“Mirad que yo os envió como ovejas en medio de lobos. Sed pues prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas.“


“Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros rechaza a mí me rechaza, ahora bien, quien me rechaza a mí, rechaza a Aquel que me envió.“


Hermanos todos, los que están leyendo estas palabras, oremos por nuestros hermanos misioneros Lucía Pérez Lagos, Alma Ortiz Ramírez y Dulce Pérez Napoleón quienes acompañados por otros adoradores van sembrando la semilla de nuestro inmenso amor a Jesús y también ¡unámonos a ellos para propagar nuestra fe!





Roguemos para que los frutos de su trabajo, sean nuevos adoradores que participen con nosotros en una Adoración que brote de nuestros corazones y le diga a Dios Nuestro Señor:




¡Aquí estamos todos juntos para alabarte y glorificarte y jamás solo dejarte, hasta que nos llames a tu lado y de allí en adelante adorarte por toda la eternidad!





¡Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado!

jueves, 22 de abril de 2010

La Adoración

¿Sabemos exactamente que es la Adoración?... ¿Cómo debemos adorar?... ¿Cuándo debemos adorar?...

La Adoración es el grado mas alto de la Oración, es el extremo del Amor.


Hay muchas y variadas formas de Adoración pero hay que estar conscientes que ella está destinada y dirigida solo a Dios Todopoderoso. La Adoración es la forma excelsa de la oración y debemos hacerla con toda nuestra fe, con todo nuestro espíritu, con toda nuestra alma, en sí… con todo nuestro ser.
Estamos adorando a Dios, nuestro creador, nuestro Padre Celestial, no podemos darle un poco ni un pedacito, es darle TODO, entregarnos TOTALMENTE a Él. Por eso cuando adoramos al Señor, debemos estar compenetrados totalmente en nuestro objetivo que es el de darle a nuestro Dios todo lo que Él espera de nosotros.
Nuestra forma de Adoración es particular y debemos realizarla como mejor podamos y como mejor nos sintamos al hacerla. Debemos sentir dentro de nosotros la inmensa alegría de poder estar dirigiéndonos al Padre; en nuestra Adoración charlamos directamente con Dios y Él nos responde con su voz que llega a nuestras almas inflamándonos con el fuego de su amor divino.


¡Qué gracia tan inmensa nos da Dios a nosotros pobres pecadores de perdonarnos todas nuestras ofensas y permitirnos que le hablemos cara a cara y con su infinita misericordia escuche nuestros ruegos y nos los haga realidad!



La Adoración es la respuesta de nuestro espíritu al Espíritu de Dios. La Adoración es una experiencia particular en cada creyente y se origina en el momento en que tenemos comunión con Dios. La Adoración es reconocer la grandeza divina y la debilidad humana.
La Adoración, como hemos dicho, es la oración sublime, y como tal debemos estar siempre practicándola. Debemos orar con fe y constancia, no hay hecho ni pensamiento válido si no está confirmado por la oración:


“Ora y se te escuchará, ora y agradecerás haber sido escuchado, ora y tendrás las puertas abiertas para pedir, agradecer y seguir haciendo el bien”.

La oración es el camino hacia la santidad.

¿Cuándo debemos adorar a Dios?... Todo momento es oportuno para adorar a Nuestro Señor, siempre que lo hagamos con el amor, devoción, propiedad y respeto que Él se merece.



Se puede orar en grupo, en la Santa Misa, o en cualquier acto Litúrgico, y Dios jamás dejará de escucharnos. Pero hay una Adoración en la cual se recrea nuestra alma y corazón con el gozo más excelso… y es la Adoración al Santísimo Sacramento.



En esa Hora Santa que dedicamos enteramente a Jesús Vivo, en la que le entregamos íntegramente nuestro ser, es el momento más apropiado para hacerla. En esta única e incomparable oración platicamos directamente con Jesús y Dios Vivo y Él nos responde con todo el amor que tiene para todos nosotros. Y nos llenamos de fe, de amor, de Dios y de paz. Y si esta oración la realizamos en horas nocturnas, pareciera que nuestro recogimiento es mayor, por algo Jesús escogía las horas de la madrugada para orar y la víspera de su sacrificio en el Huerto de Getsemaní, fue en la madrugada que oró sus últimas oraciones como ser humano sin dejar de ser Hijo de Dios.



En conclusión, toda oración hecha con nuestro corazón llega al corazón de Nuestro Señor y su fin es el de reconocer en Él a nuestro Padre Eterno que siempre nos ha de escuchar y perdonar. Por eso hermanos oremos, y sigamos orando, porque la oración es el camino más directo a Dios.

Queridos hermanos si aun no se han decidido…
¡Háganlo ya!
¡Ahora!


¡Únanse a la Adoración Eucarística Perpetua anotándose como adoradores solamente por UNA hora en cualquier día de la semana y en la hora que ustedes elijan!

¡Dios los llama, no lo abandonen!

jueves, 15 de abril de 2010

Nuestra Misión.


Así como Jesús escogió a sus discípulos y luego los hizo apóstoles, así por la inspiración del Santísimo, Dios Nuestro Señor por intermedio de los promotores de la Adoración Eucarística Perpetua escogió a nuestros líderes y capitanes.


La misión de los apóstoles fue enseñar la Palabra de Jesús y evangelizar a todos aquellos que no creyeran en Él… exactamente esa es la misión que los lideres y capitanes deben continuar, reevangelizar a los hermanos para convertirlos en Adoradores Perpetuos del Santísimo Sacramento y que con sus oraciones y ejemplo de vida cristiana y de amor a Jesús Sacramentado sean los que promuevan la llegada de nuevos Adoradores.



Cristo llama a cada uno de nosotros para ser su discípulo. Mi papel puede ser no tan importante y tan llamativo como el de otros. Pero en el plan del creador cada ser humano tiene una vocación distinta. ¿Tengo absoluta conciencia de esto y me esfuerzo para usar mis talentos y lo mejor de mi habilidad en las circunstancias en que Dios me ha colocado? respóndele a el, con honestidad.


Si soy líder… ¿he sabido guiar a mis capitanes para que con amor, paciencia y llenos de fe puedan cumplir su misión con sus adoradores?



Si soy capitán… ¿he podido mantener su perseverancia en su adoración al santísimo sin que hayan habido deserciones?, o ¿no los he reemplazado cuando me avisaron que no podían asistir a su hora santa?


Si soy adorador… ¿cuántas veces me ha ganado la apatía y la pereza y me he inventado excusas para faltar o llegar tarde a mi turno de adoración?



Sí, hermanos, si hemos fallado de pensamiento y omisión, pues no somos perfectos. Uno de los misterios de la Divina Providencia es el uso maravilloso que Dios puede hacer de las criaturas imperfectas. Los apóstoles constituyen un ejemplo: hombres corrientes, con talento corriente y una muy magra educación, fueron los encargados de propagar el mensaje de Jesús por todo el mundo.

Aparentemente, no parece ser una elección muy acertada. Pero todos, con excepción de Judas, respondieron al llamado y cooperaron con la gracia de Dios. ¿Hay entre nosotros otro Judas?... no lo creo.

Dios quiere usarnos también a nosotros, ya que Él desea que difundamos su Reino en la tierra.




No lo defraudemos, sigamos firmes y con fe demos a Jesús el testimonio que Él tanto espera de nosotros: ¡¡¡Nuestro amor, Nuestra adoración y de ser necesario Nuestra vida!!!



¡Bendito y Alabado sea por siempre Jesús Sacramentado!













jueves, 8 de abril de 2010

Padre Patricio Hileman, ¡Misionero de Corazón!




Un hombre elegido por Dios, hecho en Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, escogido por los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, respetado y admirado en toda Latinoamérica y ahora ya conocido y querido por todos los adoradores del Santísimo Sacramento en Ciudad Cardel, Veracruz, México.






El Padre Patricio es un hombre de fuerte constitución física, joven, alto, bastante alto, sencillo, afable, de mirada sincera que refleja la inmensidad de un corazón que palpita al compás de la inspiración y protección de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento. Nació el Padre Hileman en la república Argentina, en la ciudad de Buenos Aires. Desde muy jovencito germinó en su noble corazón la semilla del apostolado misionero, el cual se lo dio íntegramente a Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, ordenándose como sacerdote.







Varios años lleva el Padre Patricio en su apostolado misionero, desde que le fue encomendada por el Santo Padre Juan Pablo II la misión de fundar en Latinoamérica 1000 capillas de Adoración Eucarística Perpetua. Actualmente lleva ya alrededor de 120 capillas constituídas en México, de las cuales cerca del 50% se encuentran en el estado de Veracruz.






El Padre Patricio Hileman viaja constantemente por ciudades, pueblos y villorrios de toda Latinoamérica, instalando en ellas las capillas donde se adora a JESUS vivo, presente en la Hostia Sagrada, día y noche, durante los 365 días del año en forma perpetua.





En esta encomiable misión le apoyan otras y otros fieles misioneros, entre los cuales, no podemos dejar de mencionar a la hermana Lucy Barradas, quién fue junto con el Padre Arturo López Islas los que hicieron la obra de Fe más destacada en nuestro pueblo, al fundar la capilla de Adoración Eucarística Perpetua, en la parroquia de San Francisco de Asís, en Cardel, Veracruz el día 26 de Noviembre del año 2009.


El día 5 de Abril del presente año, Dios nos dio la Gracia de enviarnos al Padre Patricio Hileman para que conociéramos a uno de sus hijos más protegidos por El y su Santa Madre en la advocación de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento.






Dios nuestro y Señor nuestro, te damos gracias por habernos hecho esta inmerecida distinción con la visita de este humilde y gran sacerdote misionero, que no busca más recompensa que poder servirte y adorarte.

Todo el pueblo de Cardel te rogamos bendigas al Padre Hileman y le des la fuerza física y la firmeza espiritual para que logre cumplir su misión única y principal la de alabarte, glorificarte y adorarte por toda la eternidad.

jueves, 1 de abril de 2010

Viernes Santo

El Viernes Santo es una de las más importantes Celebraciones Litúrgicas del catolicismo. En este día recordamos la muerte de Jesús en la cruz.

Es el día trascendental de la Semana Santa. En este día siguiendo la tradición no se celebra la Eucaristía, se adora la Cruz y se da lectura a la pasión según San Juan.

Junto con otras ceremonias propias de este día se reza el Vía Crucis o Camino de la Cruz, donde en catorce episodios llamados estaciones, se recuerdan los pasos de Jesús al recorrer el camino a su crucifixión, muerte y sepultura.


Las estaciones del vía crucis son las siguientes:

Primera estación. Jesús es condenado a muerte.

Segunda estación. Jesús con la cruz a cuestas.

Tercera estación. Jesús cae por primera vez.

Cuarta estación. Jesús se encuentra con su Madre.

Quinta estación. El cirineo ayuda a Jesús a llevar la Cruz.

Sexta estación. La verónica enjuga el rostro de Jesús,

Séptima estación. Jesús cae por segunda vez.

Octava estación. Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.

Novena estación. Jesús cae por tercera vez.

Decima estación. Los soldados se reparten las ropas de Jesús.

Undécima estación. Jesús es clavado en la cruz.

Duodécima estación. Jesús muere en la cruz.

Decimotercera estación. Jesús es bajado de la Cruz y entregado a su Madre.


Decimocuarta estación. Jesús es puesto en el sepulcro.


Es así como los católicos guardamos luto en nuestros corazones, al recordar el sacrificio del Hijo de Dios por nuestra redención.

Acompañémoslo en este día y en absoluto silencio de recogimiento espiritual, digámosle con la voz del alma que no está solo, que siempre estaremos con él las 24 horas del día, todos los meses y todos los años hasta que tengamos la dicha de adorarlo en el cielo por toda la eternidad.

¡¡Viva Cristo Rey!!