miércoles, 28 de marzo de 2012

¡México descubrió el Corazón del Papa!

Una vez más el pueblo católico de México demostró al Papa Benedicto XVI, al igual que lo hizo con su antecesor el Beato Juan Pablo II, que la innata alegría que se alberga en los Mexicanos y el gran amor que siente por el sucesor de San Pedro, bastaron para romper el rígido protocolo ceremonial y declarar también “Papa Mexicano” al segundo Obispo de Roma que visita esta tierra que por siempre bendijo la Santísima Virgen de Guadalupe.

Ciertamente, el Domingo 25 de Marzo del año 2012, en El Parque del Bicentenario situado a 12 Km de la ciudad de Guanajuato, a 34 de León y a 6 Km de Silao, a las 10 de la mañana, el Santo Padre ante una audiencia calculada en más de 350,000 personas dio inicio al sacrificio de la Santa Misa. Este acto litúrgico en conmemoración del sacrificio de Jesús en la Cruz fue una celebración ejemplar, llena de fe, orden y respeto. Digna demostración del pueblo católico a su pastor en la tierra y representante de Jesús por la voluntad de Dios Padre y con la bendición del Espíritu Santo.

En verdad fue hermoso y conmovedor el momento de la Consagración Eucarística donde la presencia de Jesús, en medio de un gran silencio, atravesó los corazones de todos los creyentes haciendo que en ese momento de arrobamiento y de fe las lágrimas humedecieran los rincones del alma bañando los ojos de muchos de los fieles allí congregados.


Ciento cincuenta mil Hostias Consagradas, el cuerpo y sangre de Nuestro Señor Jesucristo, fueron recibidas por un número igual de fieles de manos de más de 250 Sacerdotes.
La importancia de este histórico suceso tiene su raíz en la espiritualidad del mismo. No solo por el acto recordatorio de la pasión, muerte y resurrección de Dios hecho hombre, sino por la comunicación del sumo pastor con su grey por intermedio de su representante directo, Benedicto XVI. Es el reconocimiento cabal de una multitud que desde lo más profundo de sus corazones demuestra su inquebrantable fe en el Misterio de la Eucaristía. Es la reconfirmación del recibimiento del Espíritu Santo en nuestro bautizo, don divino de fe que la conserva y fortalece. Es el sello indeleble que marca nuestra sumisión a la voluntad de Dios y el respeto y obediencia a su vicario en la tierra.



Queridísimo y Santo Padre escogido por Dios y aclamado por los pueblos, basta con mirarte con los ojos del alma ya sea en tu cercana presencia o lejos tan lejos como en otro confín del mundo para sentir en el corazón que tu también nos amas de corazón.
Benedicto XVI, en tu primera visita a la tierra de la Virgen María, Nuestra Señora de Guadalupe, México descubrió que tu corazón, hermano es Mexicano y también Guadalupano.



Queridos hermanos en nuestra visita a Jesús Sacramentado en su eterna casa, la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua no dejemos de rezar para que Nuestro Papa siga por muchos años más cumpliendo su misión de Paz y concordia de amor y evangelización en todo el mundo para la Honra y Gloria de Dios Todopoderoso, Nuestro Señor y Creador.


ALABADO Y ADORADO SEA POR SIEMPRE JESUS SACRAMENTADO
¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!

miércoles, 21 de marzo de 2012

¿Por qué nuestra Religión es la Verdadera?

En días pasados tuvimos oportunidad de leer un artículo periodístico que trataba sobre las religiones más populares en nuestro mundo actual, refiriéndose a la cantidad de adeptos o seguidores de cada una de ellas, así como a sus fundamentos doctrinarios. Las religiones mencionadas eran, Cristiana (Católica), Musulmana o Islámica, Budista y Confucianista representadas por sus fundadores: Jesús, Mahoma, Buda y Confucio, respectivamente.


Leímos detenidamente el mencionado escrito y luego de meditar lo que manifestaba, llegamos a nuestra personal y humilde conclusión, que ponemos en su conocimiento no para imponerla sino para que les pueda servir como un punto de referencia para su propia conclusión.


La principal diferencia que encontramos en el origen de los fundadores de las religiones mencionadas fue que solamente Jesús tuvo un origen de Concepción y Nacimiento Divino. Jesús fue concebido por gracia y obra del Espíritu Santo y nació de la Santísima Virgen María.


La llegada de Jesús a este mundo fue anunciada con muchos años de anticipación por los mensajeros de Dios, los profetas, y cuyas profecías de este nacimiento están respaldadas por los Libros del Antiguo Testamento de la Santa Biblia.


Jesús es el único que se declara Hijo de Dios y al cual, Dios Padre reconoce como su “hijo muy amado”. Estas afirmaciones están contenidas en los libros del Nuevo Testamento de la Santa Biblia.
Jesús vino al mundo para sacrificarse por la salvación de toda la humanidad y murió en la cruz para cumplir su destino.

Jesús resucitó entre los muertos y ascendió en cuerpo y alma al cielo donde está a la derecha de Dios Padre.


Todos estos dones con los que Dios Padre revistió a su unigénito no son, ni serán atributos que ningún otro ser podrá tener igual que Jesús, Dios Nuestro Señor.
Todas estas perfecciones infinitas que adornan a Jesús son las que nos impulsan a seguir sus pasos en el camino que Él nos señala en nuestro paso por este mundo terrenal.


Jesús es la Luz Eterna que nos guía al encuentro con nuestro destino, Dios Padre Omnipotente creador del cielo y la tierra.


Jesús es la llama de amor y de fe que envuelve en su raudal de santidad nuestro corazón cuando nos dirigimos digna y humildemente a Él.
Jesús es el padre amoroso que nos lleva de su mano mediante su ejemplo al encuentro con Dios.
Jesús es el hermano que moribundo en la cruz nos dio el consuelo de compartir a su Santísima Madre también como madre nuestra e Intercesora Celestial ante Dios.
Jesús es el amigo que comprende nuestros errores y con su infinita misericordia perdona nuestros pecados.
Jesús es Dios, Jesús es el Espíritu Santo, Jesús es TODO y nosotros no somos nada sin Él.



No lo decimos con palabras que nos salen de la boca, lo decimos con la certeza indeclinable de la fe que nos dio el Espíritu Santo el día de nuestro bautismo; el amor infinito que rebasó nuestra alma el día que recibimos su cuerpo y sangre el día de nuestra primera comunión y la reafirmación de nuestras creencias el día que nos investimos como soldados de Cristo el día de nuestra confirmación.


Por todo lo antedicho y por todo lo que significa Jesús en nuestras vidas no podemos tener otra conclusión que la que nos dicta nuestro entendimiento, alma y corazón: “nuestra religión católica y apostólica es la única y verdadera y que llegará el día en que la humanidad toda la profesará bajo la amorosa guía de un solo Pastor, Jesús nuestro Señor.”


Queridos hermanos, en nuestra próxima visita a Jesús Sacramentado demos gracias por ser miembros de esta iglesia que fundó Jesús para la gloria eterna del Padre Celestial.

Alabado y adorado sea por siempre Jesús Sacramentado.
¡¡¡Viva Cristo Rey!!!

miércoles, 14 de marzo de 2012

¿Somos Dignos del Amor de Dios?... ¿Cómo podemos tratar de serlo?

Ser digno de alguien o de algo es demostrar a través de nuestras acciones y nuestra conducta que somos merecedores de la retribución que ellas nos lo ameritan y otorgan por la facultad de sus propias leyes.



Ser dignos del Amor de Dios es cumplir voluntariamente y por amor a Él las leyes y mandamientos dispuestos por su infinita sabiduría y por los que debemos regir nuestras vidas.
Preguntemos a nuestros corazones en un examen de conciencia profundamente meditado si en verdad cumplimos diaria y cabalmente los mandamientos de Dios y los de nuestra Santa Iglesia Católica. Igualmente, si rechazamos rotundamente los pecados capitales y si del mismo modo no aceptamos las tentaciones del demonio, mundo y carne que son los principales enemigos de nuestras almas.

He aquí unas cuantas sugerencias que nos podrán ayudar a mejor evaluar nuestra relación con Nuestro Dios y Señor. No tratamos de individualizar, solamente generalizamos nuestras propias experiencias de pecadores y que por ignorancia o debilidad nos llevaron a ofender a Dios.

¿Siempre tenemos y consideramos a Dios primero, antes que todo? ¿Acaso no nos rendimos ante el amor familiar posponiendo nuestro amor hacia el creador?...¿No es verdad que muchas veces le negamos a nuestro prójimo la ayuda que nos pide pudiendo con algo a nuestro alcance socorrerlo?... No es cierto que muchas veces hemos dejado de asistir al Santo Sacrificio de la Eucaristía porque preferimos ir a festejos mundanos...

¡Cuántas veces hemos abandonado a nuestros padres por nuestras novias o novios!... En arranques de cólera, ¿no hemos deseado la muerte de algún semejante?... No habremos alguna vez impulsados por la lujuria participado en actos impuros con nuestro compañero o compañera... Quizá alguna vez nos hemos apropiado de un dinero u objeto que no nos pertenece... Hemos dicho tal vez cosas falsas que enlodan la reputación de alguien…..Con el pensamiento habremos deseado las propiedades ajenas guiados por la avaricia y la envidia……

¡Ojalá que de esta lista sean pocas las acciones en las que te hayas visto comprometido pero también ojalá te arrepientas sinceramente de ellas y no vuelvas a cometerlas!



No es fácil cumplir con todo lo indicado, hay que tener primero una fe inquebrantable en nuestros principios religiosos y un amor irrenunciable a Nuestro Dios y Señor. Nuestra fe y nuestro amor deben involucrar a todo nuestro ser, cuerpo, mente, alma y corazón. Si la tarea se nos hace dura y casi imposible tenemos en el Espíritu Santo una gran ayuda. ¡Pidamos con fe y Él nos dará la Fortaleza, la Sabiduría y el Entendimiento para salir victoriosos de nuestra lucha contra el mal y el pecado!

Hermanos tratemos de que nuestros compromisos con Dios estén siempre acompañados de responsabilidad y dignidad y de un inmenso sentimiento de puro amor. Mañana que nos corresponda asistir a Nuestra Capilla de Adoración Eucarística Perpetua a cumplir con nuestra hora de devoción con Jesús Sacramentado oremos con amor y dignidad por nuestros amigos y enemigos y por toda la humanidad para que algún día podamos ser “DIGNOS DEL AMOR DE DIOS”.


ALABADO Y ADORADO SEA POR SIEMPRE JESUS SACRAMENTADO
¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!

miércoles, 7 de marzo de 2012

Agravios cometidos contra la Eucaristía



El pecado más abominable es el que se comete contra la Santísima Eucaristía porque se incurre en contra del Cuerpo y Sangre de Jesús, Dios Vivo.

Quien lo comete y no se arrepiente de corazón y no es perdonado por un sacerdote podría negársele la Gracia de contemplar la luz del rostro de Nuestro Señor. Sólo Dios, con su infinita misericordia puede perdonar al pecador contumaz.
¿Qué mueve al hombre a realizar tan indigno acto en contra de su creador?... No encontramos respuesta que pueda generalizar el motivo de tan repugnante sacrilegio. Las causas pueden ser varias, desde una irracionalidad provocada por dominación satánica hasta la falta absoluta de respeto ético y moral de la persona cegada por condiciones extremas de soberbia, avaricia y falta total de entendimiento y fe.

Las faltas cometidas en contra del Santísimo Sacramento están señaladas por los cánones de la Santa Iglesia Católica y varían en su grado según la magnitud de la ofensa. Es responsabilidad de los Obispos y párrocos el velar por la conducta que deben observar los fieles en su relación espiritual y física con la sagrada fórmula. Deben hacerles conocer la forma apropiada de cumplir con los rituales dictados por la Jerarquía Eclesiástica superior mediante cursos prácticos sobre la materia, o boletines informativos al respecto.


Existe entre nosotros un desconocimiento lamentable sobre cómo debemos demostrar nuestro respeto y veneración total para con la Sagrada Eucaristía. No hemos terminado de entender que la Eucaristía es el Cuerpo y Sangre de Jesús y que debemos adorarla y venerarla porque es Dios mismo. ¡Cuántas faltas cometemos durante el sacrificio de la Santa Misa sin siquiera darnos cuenta de ellas!. Por ejemplo en el momento más solemne de la celebración Eucarística, cuando el sacerdote procede a la Consagración, muchos de nosotros entramos en esos momentos al templo y andamos caminando buscando al santo que le vamos a rezar, olvidando que es el mismo Dios quien está presente ante nosotros. Igualmente cuando vamos a recibir la Sagrada Comunión y formarnos en orden y respetuosamente, tratamos de ingresar en la fila ya formada en lugar de ir hasta el final de la misma y colocarnos en el sitio que nos corresponde. Y ni qué decir de aquellos que después de recibir el Cuerpo y la Sangre de Jesús en el camino a nuestro sitio, vamos saludando a los parientes y amigos como si estuviéramos en una pasarela teatral.

Las acciones antes señaladas no son considerados sacrilegios, pero al ser cometidas por miembros de nuestra Santa Iglesia Católica equivalen a los actos que cometen los satánicos paganos que se roban y ultrajan las Hostias Consagradas. ¡Es dura la comparación!... pero es válida, porque tanto ofende a Dios la acción del creyente como la del no creyente.


En el mundo actual estamos observando que la democratización y modernización de nuestro comportamiento nos está llevando al relajamiento de las reglas de nuestra conducta espiritual para con Dios. Lo que antes estaba prohibido, hoy se ignora y si lo notamos nos hacemos como que no nos damos cuenta. No es que seamos fundamentalistas, pero, Hermanos, algunas cosas se pueden actualizar pero el amor y respeto a Dios, ¡jamás!
Hermanos, oremos piadosamente y de todo corazón pidamos al Espíritu Santo que proteja a nuestra Capilla de Adoración Eucarística Perpetua de los agravios que entes sin fe, sin alma y sin razón trataran de realizar en contra de la Sagrada Eucaristía.


ALABADO Y ADORADO SEA POR SIEMPRE JESUS SACRAMENTADO
¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!