miércoles, 25 de mayo de 2016

Celebración de la Fiesta de Corpus Christi o Corpus Domini


Corpus Christi 
es la Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo
de la real presencia de Jesucristo en la Eucaristía.

Este día recordamos la institución de la Eucaristía que se llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre.

Es una fiesta muy importante porque la Eucaristía es el regalo más grande que Dios nos ha hecho, movido por su anhelo de quedarse con nosotros después de la Ascensión.

A fines del siglo XIII surgió en Lieja, Bélgica, un  movimiento  eucarístico cuyo centro fue la Abadía de Cornillon, fundada en 1124 por  el Obispo Albero de Lieja. Este movimiento dio origen a varias costumbres eucarísticas, como por ejemplo:
  • La exposición y bendición con el Santísimo Sacramento,
  • El uso de las campanillas durante la elevación en la Misa
  • y la Fiesta del Corpus Christi.


Dos eventos extraordinarios contribuyeron a la institución de la Fiesta:


  • Las visiones de Santa Juliana de Mont Cornillon
Desde niña, Santa Juliana tenía una veneración especial al Santísimo Sacramento y siempre añoraba que tuviera una fiesta en su honor. Este deseo parece haberse intensificado por una visión que ella tuvo de la iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la falta de esta solemnidad. Ella comunicó esta visión a varios obispos y finalmente al Papa Urbano IV.
El Obispo Roberto Thorete se impresionó favorablemente y como en ese tiempo los obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus diócesis, invocó un Sínodo en 1246 y ordenó que la celebración se tuviera el año siguiente. El Papa también ordenó que Santo Tomás de Aquino escribiera el oficio para esa ocasión.


  • El Milagro Eucarístico de 0rvieto/Bolsena
En el año 1264, el Padre Pedro de Praga, Bohemia dudaba del Misterio de la Transustanciación del Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Sagrada Hostia. Dios se le manifestó en forma milagrosa, ya que cuando celebraba la Santa Misa en Bolsena, la Sagrada Hostia sangró, llenando el Corporal de la preciosa sangre.

La noticia del prodigio llegó pronto al Papa Urbano IV, que se encontraba en Orvieto, ciudad cercana a Bolsena. Hizo traer el Corporal, y, al constatar los hechos, instituyó la Solemnidad de Corpus Christi. Que debía celebrarse el Jueves después del Domingo de la Fiesta de la Santísima Trinidad.

Queridos hermanos, mañana Jueves 26 de Mayo universalmente, todos los católicos celebramos con esplendor, devoción y excelso amor la solemnidad más importante del Misterio de nuestra fe, el Santísimo Sacramento; que en sí contiene la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro redentor, Jesús Dios y Señor Nuestro.

Es un día de fiesta muy especial que merece una especial visita a la morada de Jesús vivo en el mundo, la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua

¡Hoy Jesús nos espera!

No con el amor de dar, sino con la humildad de recibir.  De recibir nuestra más pura y tierna adoración. Sublime y humilde alabanza al despojarnos de nuestras diarias letanías de rogar, de solicitar, de pedir... Es hora de la verdad del corazón, que lleve la expresión mas candorosa del alma que se deshace en mística quimera y se eleve como incienso invisible que anide en el corazón amoroso de Jesús Sacramentado.



Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡  Viva Cristo Rey  !!!

miércoles, 18 de mayo de 2016

Un Poco de Historia en la Evangelización de América


Indudablemente que Cristóbal Colón, en su primer viaje para el descubrimiento del Nuevo Continente, tenía entre su tripulación a uno o dos sacerdotes católicos, encargados de la espiritualidad de los navegantes exploradores.  

Siendo la empresa establecida con la cooperación económica de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, es obvio que ésta fuera consagrada a la fe católica, nombrándose a la nave capitana de la flota de Cristóbal  Colón, como la “Santa María”.

Toda la información recopilada para la preparación de este artículo ha sido obtenida de fuentes confiables, tanto históricas como tradiciones relatadas o escritas por testigos que vivieron en la época y lugar de los hechos. Es, pues, nuestro humilde deseo poner al alcance de nuestros lectores el Nacimiento de la Evangelización Católica en el Nuevo Continente.

Nuestra historia empieza con el arribo de Cristobal Colón a “Las Indias”, como se creía en ese entonces, que era el objetivo de los expedicionarios en busca de una nueva ruta para llegar a Las Indias. Era el día 12 de Octubre del año 1492, cuando en verdad se descubrió un nuevo continente, llamado hoy América

En la mañana del 12 de Octubre, Colón desembarcó en la isla que hoy es Watting del grupo de Las Bahamas, Indias Occidentales. Los descubridores le pusieron por nombre San Salvador y los habitantes oriundos le llamaban Guanahani. Parece que en este primer viaje, venía un sacerdote como capellán, el Padre Pedro de Arenas.

En el segundo viaje, Colón llegó a la que hoy es la isla de Puerto Rico, el 19 de Noviembre de 1493. El objetivo de este viaje fue explorar, colonizar y predicar la fe católica en los territorios que se habían descubierto en el primer viaje así como los que se descubrieran y sometieran en éste y futuros viajes.

En este viaje venía el Sacerdote Bernardino Boyle como representante Papal; el Papa Alejandro VI, atendiendo una petición de los Reyes Católicos daba a Fray Boyle amplios poderes en las tierras descubiertas por el navegante genovés.  En la misión del Padre Boyle le acompañaron 12 religiosos, entre los que cabe destacar a Fray Ramón Pane,  uno de los religiosos encargados de intentar una rápida cristianización del aborigen; y es así como se establece la Primera Evangelización en las islas del Nuevo Continente.

La evangelización de tierra firme del continente descubierto por Colón se establece con la llegada de Hernán Cortés a Veracruz el Viernes Santo 22 de Abril de 1519. Venían con Cortés dos sacerdotes: Fray Bartolomé Olmedo, religioso mercedario y el clérigo Juan Díaz, capellán de la armada de Cortés. Juan Díaz ofició la Primera Misa en la tierra firme del Nuevo Continente, después que erigió la Santa Cruz.

El 13 de Agosto de 1523 llegaron a la Nueva España, los tres primeros franciscanos los cuales habían obtenido licencia del emperador de España para pasar a Las Indias a proclamar el Evangelio, pero sin misión Papal. Ellos fueron, Fray Juan de Trecto, Fray Juan de Ahora y Pedro de Gante, hermano lego.

El 25 de Enero de 1524, salieron del Puerto de Sanlúcar, Barrameda, 12 franciscanos enviados por el Ministro General de la Orden de San Francisco, bajo la dirección y obediencia de Fray Martín de Valencia, desembarcando en San Juan de Ulúa el 13 de Mayo de 1524.

Así fueron los inicios de la Evangelización Católica en América la cual creció por todo el continente como el grano de mostaza de la parábola de Nuestro Señor Jesucristo. (Mateo 13, 31-33).

Demos gracias a Dios y a la Santísima Virgen de Guadalupe por estos españoles católicos que trajeran a nuestras tierras la fe y el amor de nuestra Santa Religión.



Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!


miércoles, 11 de mayo de 2016

La Santísima Trinidad


El tema de la Santísima Trinidad es difícil de entender en nuestra capacidad humana, pero estudiando y leyendo lo que muchos eminentes teólogos y especialistas han escrito sobre el particular, así como investigando las propuestas aprobadas sobre la Santísima Trinidad en los Concilios Ecuménicos, en especial el Concilio Ecuménico de Nicea, el de Constantinopla y recientemente en el Concilio Vaticano II; también puede servirnos de apoyo lo que expresa el Catecismo de la Iglesia Católica sobre esta materia.

Esta humilde opinión no pretende ser dueña de la total verdad sobre el más importante fundamento de nuestra fe, la Santísima Trinidad.
La Trinidad es el término empleado para significar la Doctrina Central de la religión cristiana; la verdad que:  

En el Altísimo hay tres personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Estas tres personas, son verdaderamente distintas una de la otra; de este modo, en palabras del Credo de Atanasio: 
“El Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios, y sin embargo, no hay tres dioses,  sino uno solo"

El Misterio de la Santísima Trinidad es el Misterio de la Fe y de la vida cristiana; es el Misterio de Dios en sí mismo. Es pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe, es la luz que los ilumina. Es la enseñanza fundamental y esencial en la jerarquía de las verdades de fe.

La Encarnación del Hijo de Dios revela que Dios es el Padre Eterno y que el Hijo es consubstancial al Padre, es decir que es en Él y con el mismo y único Dios.

La misión del Espíritu Santo, enviado por el Padre en nombre del Hijo y por el Hijo, junto al Padre, revela que Él es, con ellos, el mismo Dios único; 


Con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria.

El Espíritu Santo procede del Padre en cuanto a fuente primaria y, por el don eterno de éste al Hijo, del Padre y del Hijo en comunión.

Por la gracia del Bautismo “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” somos llamados a participar en la vida  de la Bienaventurada Trinidad.

La fe católica es ésta: 


"Que veneremos un Dios en la trinidad, 
y la trinidad en la unidad, 
no confundiendo las personas,  
ni separando las substancias, 
una es la persona del Padre, 
otra la del Hijo y  otra la del Espíritu Santo;
pero, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
una es la divinidad, 
igual la gloria, 
y coeterna la majestad"

Las Personas Divinas, inseparables en su ser, son también inseparables en su obra. Pero en la operación divina cada una manifiesta lo que es propio en la Trinidad, sobre todo en las Misiones Divinas de la Encarnación del Hijo y el Don del Espíritu Santo.

A la inteligencia humana le es muy difícil comprender el Misterio de la Santísima Trinidad. El esfuerzo racional de los teólogos --entre los que tenemos a Santo Tomas de Aquino-- ha tratado de ilustrarlo de la manera siguiente:

Las Tres Personas Divinas no se distinguen ni por su naturaleza, ni por sus perfecciones ni por sus obras exteriores, se distinguen únicamente por su origen.


  • No se distinguen por su naturaleza porque tienen una naturaleza en común, la Naturaleza Divina. Así no son tres dioses sino Un Solo Dios.

  • No se distinguen por sus perfecciones, porque éstas se identifican con la naturaleza divina. Así ninguna de las Tres Personas es más sabia o poderosa, sino que todas tienen infinita sabiduría y poder; ni la una es anterior a las otras, sino que todas son igualmente eternas.

  • No se distinguen por sus obras exteriores, ya que teniendo las tres la misma omnipotencia, lo que obre una respecto a la criatura, lo obrarán las otras dos.

  • Se distinguen únicamente por su origen, porque 
    • El Padre no proviene de ninguna persona; 
    • El Hijo es engendrado por el Padre 
    • Y el Espíritu Santo procede a la vez del Padre y del Hijo. 

      Esto es lo que impide que una persona se confunda con la otra.


Pidamos con fe y humildad al Espíritu Santo, nos conceda los dones de la sabiduría y la inteligencia, para que estas, aunadas a nuestra sed de conocer más a Dios, nos permita acercarnos a Él y amarlo como Él nos amó, nos ama y nos amará por toda la eternidad.



Bendito y Alabado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!



miércoles, 4 de mayo de 2016

La Vida de la Santísima Virgen María después de la Ascensión a los Cielos de su Divino Hijo Jesús


No son muchos los datos concretos que se relatan en el Nuevo Testamento de la Santa Biblia, con respecto a lo ocurrido a la Santa Madre de Dios después de la crucifixión de Jesús

Los testimonios consignados en las Sagradas Escrituras se refieren someramente  a cortas presencias de la Virgen María, en el acto en que Jesús es descendido de la cruz, la visión -con otras mujeres- de la gloriosa Resurrección de Cristo, y las continuas reuniones con los discípulos en el Cenáculo hasta la llegada del Espíritu Santo sobre todos los reunidos en oración alrededor de la Virgen María.

La información que a continuación proporcionamos a nuestros queridos hermanos está basada en 
  • Tradiciones y Leyendas sobre la Santísima Virgen María
  • Artículos escritos sobre el mismo tema por confiables y respetables Organismos Mundiales
  • Visiones y Relatos de Santos, recibidos del mismo Señor Jesucristo, resucitado.

Después de la Ascensión del Señor, María pasó días orando en unión con los discípulos de Jesús, esperando la llegada del Espíritu Santo, tal como se los había prometido el Divino Maestro. Ella los animaba a mantenerse unidos y les infundía la fuerza espiritual necesaria para perseverar en la fe y no desmayar hasta recibir el don tan esperado del Espíritu de Dios.

Una vez que el Espíritu Santo descendió en forma de lenguas de fuego sobre cada uno de ellos, incluida la Virgen María, en la Fiesta de Pentecostés, sus almas, sus mentes y toda su humanidad se vieron fortalecidas y sin temor alguno salieron a proclamar la Palabra de Dios.

Cuentan que el Apóstol Santiago, hermano de Juan y ambos hijos de Zebedeo, se despidió con mucho amor de la Virgen Santísima y besándole las manos le pidió que lo acompañara en su peregrinación. La virgen le respondió amorosamente que ella no lo abandonaría y que  cuando hubiera logrado la conversión de los paganos del pueblo que iba a redimir le construyera una capilla de Adoración. Y que ella se lo manifestaría en el momento en que debería el apóstol hacerlo.

Partió, pues, Santiago al país de los iberos, hoy España, y  estableció su misión en el lugar que hoy conocemos como Zaragoza. Cuentan las tradiciones que habiendo pasado algún tiempo el esfuerzo de evangelización de Santiago había rendido sus frutos; y estando reunido en oración con 8 de sus más cercanos discípulos, escucharon unos cánticos celestiales entonados por dos ángeles que descendían del cielo y en medio de ellos con una luminosidad esplendorosa aparecía la Santísima Virgen María. 


Santiago y sus discípulos asombrados se postraron ante tan sublime, divina y santa aparición. La virgen se posó en tierra sobre un cilíndrico pedestal de mármol como de aproximadamente un metro y sesenta y cinco centímetros de altura. Permaneció allí por unos instantes y luego desapareció elevándose al cielo tal como había llegado. Reaccionando de su éxtasis de la sagrada visión Santiago observó que el pilar no había desaparecido y estaba en el lugar en que la virgen se posara sobre él.

Entendió inmediatamente Santiago que era la Virgen María la que los había visitado para indicarles que ya podrían construir la capilla en el lugar que estaba señalado por el pilar de mármol; y enseguida empezaron la construcción del mismo.

Este acontecimiento ocurrido el 2 de Enero del año 40; fue la primera aparición de la Virgen María en vida y dio lugar a la veneración más grande del pueblo de España y luego de la comunidad católica de todo el mundo hispano, como la Santísima Virgen del Pilar.

La Virgen María fue aceptada por el Apóstol Juan como su madre, cumpliendo las palabras expresadas por Jesús en la cruz. Desde ese momento ella vivió en la casa de San Juan en Jerusalén. 
Luego de las continuas persecuciones que sufrían los cristianos, Juan decidió irse de esa ciudad, llevándose a María a la ciudad de Éfeso. La residencia de María en Éfeso está apoyada por escritores tales como Tillemont y Calmet.

No podemos dejar de mencionar las revelaciones de Anna Catherina Emmerick, a quien Dios le concedió muchos dones místicos, entre ellos, visiones, estigmatización, locución y éxtasis. En los últimos años de su vida solo se sustentaba de la Santa Eucaristía y fue beatificada el día 3 de Octubre de 2004, por el Papa Juan Pablo II.

La casa de la Virgen María en Éfeso fue descubierta gracias a las visiones de Anna Catherina Emmerick en 1881. Según sus escritos, la virgen preparaba sus alimentos en la cocina de fuego que estaba en el centro del cuarto y que había una fuente. Las excavaciones revelaron la existencia de cenizas y la fuente que continua fluyendo. Los exploradores se asombraron de la exactitud de las descripciones de Emmerick.

Esta casa en Éfeso, hoy Turquía, ha sido honrada con la visita de tres Papas, que nos permiten suponer que fue en un tiempo la casa de la Santísima Virgen María, Madre de Dios.

Queridos hermanos, estos relatos son negados por muchos que los rechazan como apócrifos; pero nosotros los católicos que creemos, por la fe que nos dio el Espíritu Santo, los aceptamos con inmenso amor a nuestra dulce y amorosa Madre de Dios y sobre todo porque para Nuestro Dios Todopoderoso no hay nada imposible ni en el cielo ni en la tierra. ¡¡¡Dios te salve María!!!



Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!