miércoles, 30 de julio de 2014

Virgen de la Inmaculada Concepción.


¡Ningún evento, efeméride o acto milagroso tocó hoy mi alma, para recordarte hoy Madre piadosa, Madre amorosa, dulce encanto de todo mi corazón!... 

No para recordarte como la Inmaculada Madre de Dios, porque eso lo hago desde muy pequeño y lo haré hasta que feliz me llame la muerte para estar eternamente a tu lado, bendita Madre mía.

Hoy indeciso, ante una duda, vacilante, no encuentro el camino a seguir, tras los pasos de Jesús.

Los nuevos caminos de Renovación Evangelizadora, las nuevas formas exteriores de rendir culto a Dios, los movimientos Kerigmáticos y Carismáticos, tan en boga entre los jóvenes sacerdotes y la juventud mundial, son para mí como enormes olas que se estrellan contra los muros de mi fe y formación religiosa, que por más de siete decenios tardé en edificar.

No me mueven los nuevos cambios a abandonar la Iglesia Católica ni a crear cisma alguno en ella. ¡Jamás haría ninguna de las dos cosas!

Sigo creyendo y cumpliendo los Mandamientos de la Ley de Dios y los de la Santa Iglesia, en la medida que mi resistencia al pecado, sea más fuerte que las tentaciones del maligno. Esta es la lucha de la vida, entre el bien y el mal. 

Siempre trato de vencer al mal y si alguna vez mi debilidad humana me hace caer, Jesús amoroso y misericordioso me vuelve a levantar.

En este caso, Purísima y Santísima Virgen María, te imploro que intercedas ante tu Divino Hijo, Jesús Nuestro Dios y Señor para que me envié la luz de la inteligencia y sabiduría de su Espíritu Santo y pueda yo encontrar la salida a esta encrucijada, que humildemente, te expongo a continuación:


Estoy muy desorientado y confundido. He tratado de rendir mi culto a Dios en algunos eventos de Evangelización Renovada y mi fe no es la misma ni mi entrega es total, no me involucro enteramente en los modernos rituales de cantos que desconozco y movimientos corporales que me alejan de mi acostumbrada concentración espiritual.

Tal vez sea que el cambio no se produzca instantáneamente y lleve un tiempo para comprender y conocer, pero mientras eso sucede... ¿qué debo hacer? O quizá sea mejor, que siga adorando a Dios, alabándote a ti Virgen y Señora nuestra y venerando a los ángeles y santos, como lo he hecho desde que fui bautizado y tuve uso de razón. 

Rezando en silencio con la voz del alma, lleno de sagrado entusiasmo y fe, llegando a  rozar con mi mente y devoción los linderos del Reino Celestial. 

En completo silencio y mirando frente a frente a Jesús, Vivo en la Santísima Eucaristía, contarle mis penas y alegrías, pedirle humildemente que se apiade de los pobres, que sane a los enfermos, que proteja a los niños inocentes, que envié a su Espíritu Santo a que le de fuerza, física y espiritual, inteligencia y sabiduría a nuestro Santo Pastor Universal, el Papa Francisco, e igualmente a todos los cardenales, obispos, y sacerdotes para que puedan cumplir cabalmente y amorosamente la misión que Dios les ha encomendado.

Y en mi plática silenciosa también le pido que me dé su humildad, su paz, su paciencia y sobre todo que me permita cumplir su santa voluntad

Por último, por ser lo primero, le doy gracias por todos los beneficios, favores, y dones que sin merecer, me entrega cada día en mi vida y entre ellos el favor más grande  que me haya concedido, el haberlo conocido.


No sé Madre mía... ¿Cómo haré para decirle todo esto que te he expuesto, entre tanto bullicio de personas que  se mueven a tu alrededor, cantando canciones que no conozco y movimientos de bailes que no sé bailar?


Bendito alabado y adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!


miércoles, 23 de julio de 2014

Kerigma y/o Carisma


Encrucijada que encierra el significado, el simbolismo 
y la orientación religiosa de ambas palabras.

Somos muchos los cristianos y católicos que nos hallamos desorientados ante los constantes anuncios sobre el verdadero fin de estos movimientos o tendencias religiosas,  que recientemente han aparecido en el ámbito de nuestras creencias.

La Iglesia Católica avala directamente la legitimidad de las dos vertientes, la Kerigmática y la Carismática. El Concilio Vaticano II abrió las puertas a ambas corrientes.

Para nuestra propia ilustración y la de todos nuestros asiduos lectores, hemos recopilado toda la información cabal y respetable, disponible en los medios de información actuales, y exponemos los hechos sin que ello signifique nuestra aceptación o nuestro rechazo de los mismos. 

Nuestra determinación será el resultado de nuestra exhaustiva y más profunda investigación y reflexión y será íntima y personal

Es con el mismo propósito que se las ofrecemos, para su conocimiento, valoración y para la conclusión que ustedes decidan en forma íntima y personal.

Kerigma

El término kerigma, proviene del griego (anuncio, proclamación) y significa proclamar como un emisario.

Se trata de un Género Literario Bíblico de inclinación oratoria que actualmente podría ser considerado en cierta manera como de propaganda. Esta palabra se aplica a la proclamación de los cristianos, que se inicia después de la muerte de Jesús, hacia el año 30.

En el lenguaje Eclesial, Kerigma es la proclamación de la Noticia de Dios, de la Buena Nueva, de la Palabra Poderosa de Jesucristo que convierte y que salva.

En síntesis Kerigma es anuncio, enseñanza y forma de comunicación de lo sagrado. Las formas cristianas después del apostolado asumen el Kerigma dentro de toda forma de predicación. Formas como profecía, tradición, consolación y exhortación están contenidas en el anuncio expreso de la predicación cristiana. 

El anuncio de Cristo para nuestra salvación tiene muchas manifestaciones espirituales que no quedan solo en el contenido del kerigma sino en la fuerza sobrenatural del mensaje.




Carisma

Cualidad o don que tiene una persona para atraer a los demás por su presencia o forma de hablar.

En la iglesia cristiana es la gracia o don concedido por Dios a algunos seres humanos para que realicen determinadas funciones para el bien general de la comunidad.

La palabra Carismático se aplica a todas las personas que experimentaron “El Bautismo del Espíritu Santo” esto significa recibir algunos dones espirituales.
En los últimos años ha habido gran crecimiento carismático especialmente en la Iglesia Pentecostal. 


También han surgido movimientos carismáticos  entre las iglesias No-Pentecostales, (Católica Romana, Luterana, Metodista, Presbiteriana, Anglicana y otras más.)

El Bautismo Neo-pentecostal se refiere a una segunda experiencia de llenura del Espíritu Santo en los creyentes. A esta podríamos llamar la doctrina angular de la fe Neo-pentecostal y  es muy distinta a la conversión,  según los Evangelios Tradicionales. 

Existen muchos grupos carismáticos en muchas iglesias, que con su espíritu de renovación atraen a muchos, sobre todo a los jóvenes y sin alejarlos de sus principios y dogmas básicos los alejan de los principios tradicionalistas de su original fe.

Queridos hermanos pidamos con humildad al Santo Espíritu de Dios que ilumine nuestro entendimiento y nos guíe por el camino que Jesús nos ha señalado para nuestra salvación y nos de también la fortaleza para seguir invocando la intercesión, en nuestras súplicas de la Santísima Virgen María, Madre de Dios y nuestra también.


Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!

miércoles, 16 de julio de 2014

¿Y Tú, ... Qué Clase de Terreno eres?


El Evangelio de San Mateo Capítulo 13, vers. 3 – 9, nos muestra como Jesús, narra a sus discípulos la Parábola del Sembrador

El sembrador ha salido a sembrar; al ir sembrando, unos granos cayeron cerca del camino;  vinieron las aves y se los comieron. Otros granos cayeron entre piedras y, como había poca tierra, brotaron pronto. Pero cuando salió el sol, los quemó y, por falta de raíces, se secaron. Otros granos cayeron entre espinos; crecieron los espinos y los ahogaron.  Otros, finalmente cayeron en buena tierra y produjeron, unos el ciento, otros el sesenta, y los otros el treinta por uno. El que tenga oídos, que entienda.

El mismo Jesús les dijo: (Mateo 13, 18 – 23)

Escuchen ahora la explicación del sembrador:
Cuando uno oye la Palabra del Reino, pero no la escucha con atención, viene el malo y le arranca lo que encuentra sembrado en el corazón: esto es lo sembrado en la orilla del camino.
Lo sembrado en tierra pedregosa es la persona que al principio oye la palabra con gusto, pero no tiene raíces y dura poco. Al sobrevenir las pruebas y la persecución por causa de la palabra, inmediatamente sucumbe.
Lo sembrado entre espinos es la persona que oye la palabra, pero las preocupaciones materiales y la ceguera propia de la riqueza ahogan la palabra y no puede producir fruto.
Por el contrario, lo sembrado en buena tierra es el hombre que oye la palabra, la medita y produce fruto: el ciento, el sesenta y el treinta por uno.

La tierra al pié del camino, es el terreno en el cual caen las semillas de la Palabra de Dios, y que las aves se comen y que sin poder dar frutos, porque no llegan siquiera a germinar. Es igual al hombre que recibe la Palabra de Dios y no le presta la debida atención. Es el que sin conocer ni entender,  rechaza en su corazón la invitación que le hace Dios.


La semilla que cae en terreno pedregoso, es la que por tener poca tierra, germina rápidamente, pero no echa raíces, sale el sol y la seca. Es la persona que se entusiasma superficialmente con la Palabra de Dios, pero esta queda en sus sentidos materiales y no llega su reflexión a su corazón, que es  el cimiento de su vivencia y creencia espiritual. Por lo tanto tempranamente muere sin dar fruto. 


Cuando los granos caen en tierra llena de espinos, al crecer los espinos, los ahogan matándolos. Este terreno es semejante a los hombres que oyen la Palabra de Dios, pero su apego a los deleites materiales, a  los placeres mundanos y a la riqueza, ahogan la palabra  y no pueden producir fruto.


Por último la semilla que cae en terreno preparado y fértil es igual a los hombres que oyen y saben escuchar la Palabra de Dios. La meditan en conciencia y al creer en ella la hacen parte de sus vidas,  produciendo frutos, unos el ciento, otros el sesenta y los otros el treinta por uno.


Y tú, hermano Adorador Eucarístico Perpetuo ¿A qué terreno  perteneces?


Respóndete a ti mismo, estas preguntas, con la verdad y obtendrás la respuesta.




  • ¿Asistes a tu Hora Santa por obligación o convicción? 
  • ¿Está Jesús Sacramentado antes que todo en tu vida personal, familiar y social?
  • ¿Cuando vas a la capilla lo haces para adorar y dar gracias antes que pedir?
  • ¿Oras con respeto a tu Dios y Señor, Jesús Eucaristía, sin estar pendiente del tiempo que has permanecido en la capilla?
  • ¿Tienes más de una hora semanal dedicada al Santísimo Sacramento de la Eucaristía?
  • ¿Cuántos hermanos has catequizado haciéndolos Adoradores Eucarísticos Perpetuos?
  • Finalmente, ¿es tu voluntad  inquebrantable, ser Adorador Eucarístico Perpetuo, hasta el último segundo de tu vida terrenal?
  • Dios ya sabe tus respuestas, y tú, ya sabes qué terreno eres para la Semilla de Dios.



Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!


miércoles, 9 de julio de 2014

¡Dios y Señor Mío, En Ti Creo!


El 3 de Julio celebramos al Apóstol Santo Tomás, el incrédulo, por   “No Creer hasta Ver”.

Jesucristo Resucitado en persona, tuvo que mostrarle las llagas de sus manos y la de su costado, invitándole a que introdujera sus dedos y su mano en las heridas de su Pasión. 

No fue necesario que Santo Tomás lo hiciera, por lo visto y escuchado, cayó de rodillas diciendo: “Señor y Dios mío”.  

A lo que Jesús respondió; “Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.” (Juan 20, 24-29).

De este Hecho Bíblico, se presume que se originó el dicho popular “Ver para Creer”.  Como también la propagación universal de la letanía “Señor y Dios mío”, que muchos católicos expresamos en el momento de la Consagración, durante el Oficio de la Santa Misa. Por último Jesús nos promete la dicha eterna a todos aquellos que creemos sin necesidad de ver.

A continuación trataremos de explicarnos estos tres hechos motivados por la incredulidad de Santo Tomás Apóstol.

  • Ver para creer: 

Creer es Considerar posible o probable una cosa, aunque sin llegar  tener una seguridad absoluta.

Ver es entender o darse cuenta de un hecho, de una realidad, o de una situación.

Por lo tanto la frase,  ver para creer, quiere decir, gramaticalmente, “Entender o darse cuenta de algo o alguna cosa, de la que no teníamos una seguridad absoluta.” 

Esta es la definición materialista basada en la percepción física de nuestros sentidos. Por ejemplo, nos dicen que existe una casa construida solo con envases metálicos de refrescos; nuestra mente analiza lo escuchado y lo considera probable o posible, pero no tenemos la certeza absoluta de que la casa exista a menos que nos traslademos al lugar y veamos la casa, nuestra mente ya no la considera probable, sino que tiene la  concluyente realidad de que existe; la ha visto por lo tanto ha creído.

  • ¡¡¡Señor y Dios mío!!!

Rotunda expresión de firme creencia después de haber visto. 
Corroboración de lo probable  por la realidad.
Agua de purísima nitidez que solo imaginas, 
y la puedes saborear cuando la llegas a beber.

Melodía de trino celestial que arrulla con su nombre tu fértil imaginación y que solo la llegas a gozar cuando la puedes escuchar.

Suavidad de caricia aterciopelada que se esconde en un rapto de tu quimera sensorial y que solo puedes, arrobado palpar, cuando tú sientes el leve murmullo al contacto de los labios de tu madre, que en un beso, te da, todo su amor maternal.

¡Qué dulce, perfumado y romántico es el aroma de la madreselva en flor!, pero solo lo conocía por la letra del tango, hasta que un día caminando, me encontré colgando de una barda una madreselva en flor y aspiré el delicado olor que me imaginaba, y pude comprender la delicia que encerraba en sus letras lo que expresaba esa vieja canción.

  • Dichosos los que creen sin haber visto.

Sentencia expresada por Jesús Resucitado, cuando Tomás creyó después de ver las llagas de Jesús.
Santo Tomás Apóstol tuvo que ver para creer, tal como se los dijo a los otros discípulos, cuando estos le contaron que Jesús Vivo se les había aparecido, no estando Tomás presente.

Palabras llenas de esperanza y de confortación, para aquellos que guiados por la fe creemos en la Resurrección del Hijo de Dios sin haberlo visto.

¿Cuál será la dicha que nos tiene prometida nuestro Dios? Solo Él con su infinita sabiduría y también con su infinito amor nos dará lo que nadie vio ni oyó, y ni siquiera pudo imaginar.

Queridos hermanos, esperemos en Jesús, confiemos en el Espíritu Santo y creamos, con la fe que nace espontánea de nuestros corazones, en el Padre, Dios Todopoderoso…  y así, confiando en la nueva alianza del hombre con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y acompañados de la Santísima Virgen María, demos gloria eterna a la Santísima Trinidad, porque no necesitamos ver para creer, porque a Jesús Sacramentado, sin verlo con los ojos, lo sentimos en nuestros corazones con la luz de la fe que se derrama en nuestras almas y mentes, el  fuego sagrado del Espíritu de Dios. 


Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!

miércoles, 2 de julio de 2014

"¿Y ustedes, quién dicen que soy Yo?”... (Mateo 16, 13–15)


“Y ustedes... 
¿Quién dicen que soy Yo?”
(Mateo 16, 13 – 15)


Esta es la pregunta que hizo Jesús a sus discípulos. 


Ahora, 

les preguntamos a todos ustedes, Hermanos Adoradores Eucarísticos Perpetuos: