miércoles, 1 de febrero de 2012

El Silencio

El Diccionario lo define como la ausencia de ruido o sonido. Pero sin embargo su concepto es más que eso. El silencio es la predisposición del espíritu a percibir a través de él las vibraciones íntimas de nuestro Yo superior. Es la relación excelsa que existe entre un acto o acción que nos transmite su esencia para deleite del alma.


Así vemos como ciertas órdenes de religiosos optan por el silencio total para poder comunicarse entre ellos no con la palabra sino con la dulce armonía del bendito silencio que traspasa el oído y se clava en la mente. En sus miradas se reflejan sus sentimientos de amor al hermano.


Otro aspecto del valor del silencio lo encontramos cuando asistimos a un concierto, la orquesta no empieza su actuación si en el teatro no se observa el más absoluto silencio, es la preparación espiritual que necesita el Director, los músicos y el público para abrir sus almas a la interpretación y audiencia del recital musical.


También en los hospitales se invoca observar el silencio mediante cuadros en las paredes que invitan a tal actitud de respeto hacia el lugar donde yacen en dolor seres humanos víctimas de una enfermedad.


Y del mismo modo en muchas actividades de nuestra vida cotidiana expresamos con el silencio nuestra sincera manifestación de comprensión para con el hermano que experimenta un mal momento en su vida.


Hemos tratado de emplear estos sencillos ejemplos para recordarles que el silencio es una manifestación de un ser humano hacia otro u otros seres humanos. Ahora trataremos de expresar lo que es el silencio en nuestra relación con Dios Nuestro Señor.


En aquellos momentos en que Nuestro Señor Jesucristo, durante su vida pública, confrontaba enormes problemas, se retiraba a la soledad y en silencio exponía al Padre sus tribulaciones, y el Padre amoroso le daba la consolación y fortaleza de su infinita bondad.



Igualmente nosotros, pobres pecadores, cuando nos vemos agobiados por nuestros pecados o por situaciones que nos llevan a él, acudimos a orar en silencio y pedirle a Dios Padre Todopoderoso que por la intercesión de su amado hijo nos perdone y nos libre de los males que nos aquejan. Y Dios que es infinito en su misericordia nos escucha y nos perdona.



Pero he aquí que nuestra silenciosa plegaria lleve los esenciales atributos de sincero arrepentimiento y promesa de alejarnos del pecado y que no vaya a ser que perdonados volvamos a la senda del mal, una y otra vez, sin respetar juramentos y promesas, ganándonos así nuestra eterna condenación.



Queridos hermanos, para terminar deseamos repetir que un lugar donde se nos exige el más absoluto silencio es en La Capilla de Adoración Eucarística Perpetua, La Casa Sagrada de Jesús Sacramentado. Que más demostración de respeto y veneración por medio del SILENCIO que la que debemos a nuestro Dios y Señor.


Es inadmisible cierta actitud de algunos adoradores que dentro de la capilla gesticulan grotescamente distrayendo a los otros adoradores y sobre todo faltando el debido respeto que le debemos a la Sagrada Eucaristía.





Otros asistentes a la capilla, por ignorancia o desconocimiento, piensan que esta es un lugar de descanso y solaz, quitándose los zapatos y estirándose largamente, esto es una irrespetuosidad, y no lo debemos permitir.


Hay otras personas que entran a la capilla a dar recados a los que están orando y salen de inmediato sin hacer la correspondiente genuflexión, esto tampoco es correcto. Ninguna conversación entre adoradores es permitida dentro de la capilla.


Por último mencionaremos los celulares, que deben de apagarse antes de ingresar a la capilla. Para lo que hemos colocado un Aviso en la puerta de entrada, recordándoles que los deben de apagar.



Estas pequeñas pero grandes faltas que hemos señalado nos impiden tener la íntima relación con Jesús Sacramentado, mediante el silencio, que es una de las más preciosas ofrendas que un ser humano pueda dar al mismo Dios en Persona.


ALABADO Y ADORADO SEA POR SIEMPRE JESUS SACRAMENTADO


¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!

1 comentario:

  1. NUNCA TE ARREPIENTAS DE NINGUN DIA DE TU VIDA
    LOS DIAS BUENOS TE DAN FELICIDAD
    LOS DIAS MALOS TE DARAN LA EXPERIENCIA
    AMBOS SON EXCENCIAS DE LA VIDA
    LA FELICIDAD NOS MANTIENE DULCES
    LOS INTENTOS NOS MANTIENEN FUERTES
    LAS PENAS NOS HACEN MÁS HUMANOS
    LAS CAIDAS NOS HACEN SER MAS HUMILDES
    EL EXITO NOS MANTIENE BRILLANTES
    PERO SOLO DIOS NOS MANTIENE CAMINANDO!!
    NUNCA LLEGARE A SER LA MEJOR, PERO DIOS SABE QUE LUCHO POR SER LA MEJOR DE LAS MADRES.. DIOS ME LOS BENDIGA HOY MAÑANA Y SIEMPRE.. TU AMIGA LUPITA VELEZ DE CD. CARDEL VERACRUZ.

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