miércoles, 22 de febrero de 2012

¡Hablemos con Dios!

¿Sabemos hablarle a Dios?... Muchos pensamos que sí, pero ¿no estaremos equivocados en la manera que lo hacemos?... ORAR no es hablar, orar es rogar o pedir, hablar es articular palabras para darse a entender de lo que pensamos o sentimos.



Conozco una persona que durante 60 años estuvo orando y rezando creyendo que hablaba con Dios. Pero hace apenas cinco años, cuando ingresó a la Adoración Eucarística Perpetua, y conoció a Jesús Sacramentado, a Dios Vivo, aprendió a hablar con Él. Supo por la intercesión del Espíritu Santo que hablar con Dios era decirle a Dios de todo corazón lo que sentimos y pensamos para que Él, con su comprensión infinita, nos escuche y nos de la respuesta que satisfaga por entero a nuestras dudas e inquietudes.


Hablar con Dios es el íntimo coloquio entre el hijo y el Padre, enterándolo de nuestras alegrías y sufrimientos, de nuestros bienes y males para que Él nos de el consejo paternal que se desprende de su sabiduría y de su amor infinito por nosotros pobres pecadores.


Hablar con Dios es darle Gracias por toda la felicidad que nos proporciona al dejarnos que Jesús, su amado Hijo, nos tome de la mano y nos lleve por el camino que nos conduzca a nuestra santidad, que es su voluntad divina.


Hablar con Dios es abrir nuestros corazones y dejar que nuestro espíritu se postre de rodillas y humildemente le ofrezca los frutos que de nosotros Él, ansioso y paciente espera.


Hablar con Dios es sentir en el alma la luz eterna de su Paz Celestial.


Hablar con Dios es en resumen repetir las palabras que Jesús en el Huerto de Getsemaní dijo: “Hágase tu Voluntad y no la mía.”


Hermanos, aprovechemos la proximidad de la Cuaresma para renovar nuestros votos de amor a Nuestro Redentor y decirle con integridad de verdad que somos totalmente suyos y que nos permita ayudarle a cargar la Cruz de su Martirio enviándonos las pruebas que según su justa voluntad merezcamos para ser dignos de aliviar su sufrimiento.

La meditación es la Luz espiritual interior que nos ayuda a concentrar nuestros pensamientos en una capa superior del entendimiento a la cual podemos tener acceso mediante el dominio de nuestra voluntad.

Es una de las puertas que nos abre la comunicación con Dios y nos deja percibir sus palabras con pleno conocimiento de lo que desean manifestarnos.


Meditemos profundamente en nuestro coloquio espiritual con nuestro Creador y hallaremos nuestro destino final dictado por nuestra fe y la voluntad de Nuestro Dios y Señor.


Hermanos hoy empezamos la Cuaresma, los cuarenta días en que nos prepararemos espiritualmente para celebrar la pasión, muerte y resurrección de nuestro Redentor, Jesús Dios Y Señor Nuestro.




Hablemos con El cuantas veces nos sea posible y demostremos con hechos de penitencia santificante nuestra voluntad de erradicar de nuestras vidas el pecado y poder ofrecerle al Señor un corazón puro que sea digno de compensar el sacrificio que hizo Él por nosotros en la Cruz.


Hoy ante su divina presencia en la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua, digamos cuanto le amamos y cuanto nos duele ser la causa de su dolor en la Cruz y cerrando los ojos meditemos estas palabras para que brillen en su inmaculado Corazón y pueda sentir la Luz de Nuestro verdadero y eterno AMOR.




ALABADO Y ADORADO SEA POR SIEMPRE JESUS SACRAMENTADO

¡¡¡ VIVA CRISTO REY !!!

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