miércoles, 17 de diciembre de 2014

¡Navidad!, ¡Nacimiento de Jesús!, ¡Llegada de Nuestro Redentor!


Estamos en la Tercera Semana de Adviento, tiempo de preparación para la venida al mundo de Nuestro Salvador.

Es necesario que meditemos profundamente el significado de este magno acontecimiento que está siendo un tanto desvirtuado por el concepto materialista de un mundo cegado por el poder del dinero.

En estos días la preparación de la mayoría de las gentes consiste en elaborar un plan para festejar la Navidad, ¿qué vamos a comprar para regalar?... ¿qué vamos a comprar para la cena de Año Nuevo?...  o ¿qué vamos a comprarnos?,  para complacer nuestra vanidad y vestirnos con las mejores galas que nuestra economía lo permita.

Y nos preguntamos: ¿qué vamos a hacer para prepararnos para conmemorar debidamente la llegada a este mundo de Jesús, que nace para darnos la vida eterna con su sacrificio? 

Indudablemente nos alegramos porque nace en Belén de la Inmaculada Virgen María el Hijo de Dios, pero no aquilatamos la magnitud del acontecimiento....


¡¡Es Dios que nos está entregando a su Divino Hijo para que nos salvemos
y con su vida, pasión, muerte y resurrección nos conceda también
el derecho de la vida eterna a todos los seres humanos!!


Este acontecimiento, anticipado  desde muchos siglos atrás por los profetas, tal como lo indica la Santa Biblia, es la señal divina del futuro nacimiento del Mesías, Salvador de la humanidad. Eso es lo que debemos jubilosamente celebrar con la unción y respeto que tal acto merece. Para eso la iglesia establece el Tiempo de Adviento, las cuatro semanas previas a la navidad.


¿Y como debemos prepararnos?

  • Primeramente debemos estar conscientes de que ¡Es a Dios Hijo a quien vamos a recordar ese bendito día!... que no es un niñito cualquiera el que nació en Belén hace mas de 2000 años. Es Dios hecho hombre por la misericordiosa voluntad e infinito amor del Padre,  Dios Todopoderoso, que nos lo entrega para que podamos encontrar en el recién nacido  su perdón y salvación.

  • Dediquemos unos momentos de reflexión y oración cada día del tiempo de adviento, que ya está por terminar, y reflejemos  en lo más hondo de nuestra espiritualidad lo que nuestro corazón debe verdaderamente sentir a la llegada de Jesús y con ella el motivo trascendental de esa gloriosa y santa llegada.
  • En la navidad recordamos naturalmente el nacimiento de Jesús, pero igualmente recordamos su cumpleaños. Y ¿qué acostumbramos hacer cuando es el cumpleaños de alguien a quien amamos o estimamos?... Les damos un regalo, que identifique nuestro amor y aprecio. ¿Verdad? ... Entonces por qué en esta próxima Navidad, que el cumpleaños de Jesús Nuestro Señor, no le regalamos algo que sea de su agrado?
  • ¿Por qué no le damos nuestro corazón, por intermedio de la Santísima Virgen María, pidiéndole que nos consagre al Sagrado Corazón de Jesús?
  • ¿Por qué no le entregamos todo a Jesús, nuestros pensamientos, nuestras palabras y obras?
  • ¿Por qué no le damos una sonrisa y alegría cuando le adoramos en oración?
  • ¿Por qué no hacemos una obra de caridad cristiana a un hermano necesitado y se la dedicamos al Señor en su cumpleaños?
  • ¿Por qué no perdonamos al que nos ha ofendido, sin guardar rencor ni memoria de la ofensa recibida?... De seguro este acto será del agrado de Jesús.
  • ¿Por qué en su cumpleaños no le damos a Jesús Sacramentado una hora de adoración en la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua?


Hay tantas cosas que podemos darle como ofrenda a Jesús Dios y Señor Nuestro, en la fecha de su cumpleaños, que ¡No se compran con dinero, sino con el amor que los buenos cristianos tenemos guardados en el corazón!

Para terminar con nuestra preparación, ¡¡No olvidemos a la Santísima Virgen Inmaculada Madre de Dios, quien con su humilde , en el día de la Anunciación, nos abrió la puerta de la salvación y trajo al salvador al mundo!!

Digámosle amorosamente: 

¡Bendita Tú eres entre todas las mujeres y 

Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús!,

Danos el calor de tu infinito amor y protección, 
cobijándonos entre tus brazos, así como lo hiciste
 con tu Divino Hijo el día que nació.

¡¡Somos todos tuyos!!, 

¡¡Somos Hijos de Dios!!.




Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!




Para establecer una 
Capilla de Adoración 
Eucarística Perpetua
en su comunidad,
Comunicarse a :    
lucy.barradas@hotmail.com
Cel. 924 11407 09         

 Lucy Barradas,       
Misionera de Nuestra Señora 
del Santísimo Sacramento



No hay comentarios:

Publicar un comentario