miércoles, 17 de octubre de 2012

Los Dogmas Católicos, el Credo y Nuestra Fe.


Los Dogmas Católicos son las verdades absolutas reveladas por Dios.

El Credo es el símbolo de nuestros principales Dogmas.

Nuestra Fe es creer en la verdad y el símbolo que emanan de Dios.

Esta es la Trinidad del Año de la Fe, son los lados equiláteros que encierran en un triangulo divino la Voluntad de Dios, La Luz de la Iglesia y el alma del cristiano creyente.

Fe divina es la que se le debe a Dios y fe católica es la que se le debe a la Iglesia. Ambas son inmutables. La fe divina tiene la suprema certeza de las verdades reveladas por Dios, (Fide divina) y la fe católica es cuando la Iglesia la garantiza con su proclamación con el apoyo de la autoridad del Magisterio infalible de la Iglesia, (de Fide definita).

El Credo es la transcripción fiel de los principales dogmas, en palabras es la explicación verdadera y absoluta de su esencia divina que representa la sólida e inamovible base de nuestra Iglesia.

El Credo de los Apóstoles es el corto, es llamado de los apóstoles, porque es considerado como la síntesis fiel de la fe de los apóstoles. Su gran autoridad proviene del hecho que es el símbolo que guarda la Iglesia Romana, la que fue sede de Pedro, el primero de los apóstoles, y a la cual él llevó a la doctrina común. Habitualmente se reza en el tiempo de Cuaresma.



El Credo de Nicea es más largo por ser más explícito y es el que rezamos todos los domingos en la Santa Misa. Debe su autoridad a que proviene de los dos primeros concilios ecuménicos y sigue siendo hoy el símbolo común de todas las Iglesias de Oriente y Occidente.






                         CREDO DE NICEA – CONSTANTINOPLA

Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y la tierra, 
de todo lo visible e invisible. 
Creo en un solo Señor, Jesucristo, 
Hijo único de Dios, nacido del Padre
antes de todos los siglos: 
Dios de Dios, Luz de Luz, 
Dios verdadero de Dios verdadero, 
engendrado, no creado, 
de la misma naturaleza del Padre, 
por quien todo fue hecho; 
que por nosotros, los hombres, 
y por nuestra salvación bajó del cielo, 
y por obra del Espíritu Santo 
se encarnó de María, La Virgen, 
y se hizo hombre;
 y por nuestra causa fue crucificado 
en tiempos de Poncio Pilatos; 
padeció y fue sepultado, 
y resucitó al tercer día, 
según Las Escrituras, y subió al cielo, 
y está sentado a la derecha de Dios Padre; 
y de nuevo vendrá con gloria 
para juzgar a, vivos y muertos, 
y su reino no tendrá fin. 

Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida, 
que procede del Padre y del Hijo, 
que con el Padre y el Hijo 
recibe una misma adoración y gloria, 
y que habló por los profetas. 

Creo en la Iglesia, que es una, 
santa, católica y apostólica. 

Confieso que hay un solo Bautismo 
para el perdón de los pecados. 

Espero la resurrección de los muertos 
y la vida del mundo futuro. 
Amén.


Con certeza irrefutable podemos notar que el Credo en su unidad de oración se divide en tres partes que en esencia representan a Dios Padre, A Dios Hijo y al Espíritu Santo, testimonio de Dios de la Santísima Trinidad. 

¡Qué sabiduría infinita se desliza de la verdad divina de esta oración!,

No podemos negar que es creación de Dios y de su Santa Iglesia. El rezar el Credo con fe y devoción, nos ilumina la mente para poder comprender los Misterios Dogmáticos de nuestra religión.

¡Dios está aquí, en nuestros corazones, en nuestras almas y  en todo nuestro ser!

Jesús Sacramentado nos ha traído en sus brazos a este remanso de  fe, que es esta oración, piedra angular donde se asienta inamovible nuestra Iglesia, creación de Dios Omnipotente para todos nosotros sus alabadores en esta tierra y sus eternos adoradores allá mañana en su morada celestial.


ALABADO Y ADORADO SEA POR SIEMPRE JESÚS SACRAMENTADO



¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!



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