jueves, 7 de abril de 2011

Sentimientos… Expresiones del Alma


Sentimiento es experimentar en una acción física una reacción moral o espiritual que puede ser buena o mala.


En ocasión de la Cuaresma queremos señalar algunas preguntas sobre nuestros sentimientos y que nuestras respuestas nos sirvan como un examen de conciencia para conocer el tamaño de nuestra fe y la magnitud de nuestro amor a Dios.


  • ¿Creemos de verdad y de corazón cuando rezamos nuestro “Credo” o solo repetimos las palabras sin sentimiento alguno?

  • Cuando asistimos a Misa, ¿lo hacemos por costumbre u obligación, sin considerar que en este Acto Litúrgico estamos conmemorando el Sacrificio de Nuestro Redentor?

  • Cuando confesamos nuestros pecados ¿los consideramos como una ofensa a Dios y tenemos el verdadero sentimiento de arrepentimiento y dolor de haber pecado?

  • Al dar una limosna o apoyo a un necesitado ¿lo hacemos para satisfacer nuestro ego o porque al dar sentimos de corazón que estamos alegrando a Jesús Nuestro Señor?


  • En los momentos antes de recibir la Sagrada Hostia ¿sentimos con todas nuestras fuerzas espirituales que vamos a recibir en verdad el Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor o estamos pendientes de saludar o que nos saluden los amigos en el templo?

  • ¿Somos solamente católicos de nombre porque fuimos bautizados o somos católicos de tiempo completo cumpliendo con todos los mandamientos de Dios y de nuestra Santa Iglesia Católica?

  • ¿Sabemos que con nuestros golpes de pecho o ayudando a diferentes labores en nuestra Parroquia no alcanzaremos la vida eterna, y ésta la lograremos, si todas nuestras acciones solo son realizadas por amor a Jesús?

  • Cuando pedimos a nuestro Padre Celestial alguna gracia o favor ¿lo hacemos con exigencia impostergable y si no se nos cumple de inmediato nos embarga un sentimiento de injusta carencia de fe católica en lugar de exclamar siempre después de nuestras súplicas: “Hágase Señor tu voluntad”?...

Hermanos, podríamos continuar hasta llenar cientos de páginas con otras tantas preguntas, pero solamente deseamos terminar con la siguiente:

¿Crees tú, que Jesús está verdaderamente presente en la Sagrada Fórmula en tu Capilla de Adoración Eucarística Perpetua?

Si es así para tí... respóndete con sentimiento de honestidad y verdad:


¿Por qué si estás ante Dios Vivo le ofendes con actitudes irrespetuosas, como:

Al entrar o salir de la capilla, no lo saludas o despides de Él hincándote de rodillas.



  • Durante tu hora santa, bostezas y te estiras grotescamente adoptando sentimientos de aburrimiento.

  • Te acercas a otros adoradores para comunicarles algo sin pedir primero a tu Dios y Señor un permiso de rodillas.

  • Te quitas los zapatos porque tus pies lo requieren,…… y Dios no requiere respeto.

  • Llegas tarde y hasta algunas veces ni te presentas a tu hora sin avisar a nadie de tu ausencia para que seas puntualmente reemplazado.

  • Te ofendes cuando por un acto flagrante de irrespetuosidad se te llama la atención, amenazando a Dios, tu Dios y Señor, de no volver a participar en tu Hora Santa.

  • ¿Harías todas estas cosas, si por ejemplo, estuviera el Papa en persona frente a tí en la capilla de Adoración Perpetua?... ¡seguro que no!... entonces, ¿por qué sí lo haces ante Jesús Sacramentado, Dios Vivo hecho hombre?...


Respóndele a Dios, ¡a Él se lo debes todo!


Dios nuestro, te ruego que siembres en los corazones de todos aquellos hermanos alejados la semilla de la fe y la rocíes con el agua pura de tu amor eterno, para que vuelvan a Tí.


Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado.


¡¡¡Viva Cristo rey!!!

3 comentarios:

  1. Buenos Dias...Bendito alabado y adorado sea siempre nuestro señor Jesùs... Gracias mi señor por permitirme conocer a gente especial como lo son mis compañeros de la Capillita de adoraciòn, muy especialmente al Ing. Hiug.. quie es el que crea todo este alimento para nuestras almas tan necesitadas de mensajes y palabras tuyas mi señor bencdicelo bendice a su esposa y su familia. Gracias padre bueno por todas tus bendiciones. De: Alba Ortiz Ramirez.

    ResponderEliminar
  2. Padre amado, te doy gracias por todas tus bondades y misericordias para con mi vida, te doy gracias porque hasta aquí has tenido cuidado de mi y jamás me has abandonado. En esta hora reconozco que no puedo más, reconozco que las cargas de la vida me han hecho perder la sonrisa, me han hecho perder la paz en mi corazón, mi mente ha sido atacada por pensamientos negativos y por lo tanto reconozco que no puedo más. Por tal razón en esta hora vengo delante de ti, deposito cada uno de esos sentimientos y pensamientos que no me dejan prosperar en mi vida espiritual, deposito en tus manos todas mis preocupaciones, me libero de ellas y pongo mi confianza en ti, sabiendo que tú siempre tienes el control de todo. Confío en que tú actuaras de la mejor manera y según tu voluntad. Ayúdame a confiar y a tener paciencia, derrama una vez mas de tu paz sobre mi corazón y mi mente, que cada día haya en mi el deseo y la voluntad de buscarte, quiero estar cerca de ti porque reconozco que necesito mucho de tu presencia. Ayúdame Señor. Te doy gracias de antemano, porque sé que tu obrarás, te doy gracias porque puedo sentir tu presencia abrazándome fuertemente, te doy gracias porque puedo confiar en ti, gracias Señor, gracias por tomar mis cargas y hacerlas tuyas, se que en ti puedo descansar, Gracias amado Padre, en el Nombre de Jesús, amén”.
    Bendiciones a todos los Adoradores y no Adoradores.. su amiga en Cristo Lupita Vèlez.

    ResponderEliminar
  3. Señor, Jesús, Tú viviste en una familia feliz,
    haz de cada uno de nuestros hogares una morada de tu presencia,
    un lugar cálido y dichoso.
    Venga la tranquilidad a todos sus miembros, la serenidad a nuestros nervios,
    el control a nuestras lenguas,
    la salud a nuestros cuerpos.

    Que los hijos sean y se sientan amados
    y se alejen de ellos para siempre
    la ingratitud y el egoísmo.
    Inunda, Señor, el corazón de los padres
    de paciencia y comprensión,
    y de una generosidad sin límites.

    Extiende, Señor, un toldo de amor
    para cobijar y refrescar, calentar y madurar
    a todos los hijos de nuestras casas y a los
    de todas las casas del mundo.

    Danos el pan de cada día, y aleja de nuestras casas
    y, sobre todo, de nuestros corazones,
    el afán de exhibir, brillar, aparecer;
    líbranos de las vanidades mundanas
    y de las ambiciones que inquietan y roban la paz.

    Que cuantos se acerquen a nosotros y a nuestros hogares
    se sientan acogidos con sincera alegría;
    que seamos capaces de dar y recibir,
    de compartir nuestro tiempo y nuestros bienes,
    y de vivir y comunicar la confianza y la paz
    que sin duda reinó en el hogar de Nazareth.

    Te lo pedimos a Ti, Señora de los Hogares,
    cuyo silencio no es ausencia, sino presencia
    atenta a los hermanos.
    Comunícanos la fortaleza de tu fe,
    la altura de tu esperanza
    y la profundidad de tu amor. AMEN

    ResponderEliminar