miércoles, 20 de abril de 2011

Milagro en la Cena del Jueves Santo


La última Cena demuestra que la Eucaristía es el memorial del acontecimiento definitivo de la vida de Jesús.


La última Cena de Jesús y la Eucaristía están plenamente vinculadas con los acontecimientos de la Pasión, Muerte y Resurrección, donde Jesús, Profeta, se manifiesta como Cristo.


La última Cena es la Institución de la Eucaristía, que es el Milagro de Milagros, el más grandioso acto de amor de toda la historia hecho por Dios por intermedio de su amadísimo hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de los pecados y la salvación de toda la humanidad.


A la entrada de la noche, próxima ya la hora de la Cena Pascual, Jesús se reunió con sus discípulos en la habitación que escogiera para ese fin. Al sentarse a la mesa dijo: “De todo corazón he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de sufrir. Porque os digo que Yo no la volveré a comer hasta que ella tenga su plena realización en el Reino de Dios.”



No hay palabras que puedan expresar el significado de la última Cena para nuestra pequeña inteligencia, solo la Fe y la Gracia del Espíritu Santo nos lo pueden revelar.


Mientras estaban comiendo, tomó pan y lo bendijo, lo partió y dándoselo a sus discípulos dijo: “Tomad y comed, ESTO ES MI CUERPO el que se da para vosotros. Haced esto en memoria mía.” Así, Jesús mostró cuán profundo era su amor por nosotros dándonos en la Sagrada Eucaristía el regalo de sí mismo y de su amor total.


Luego tomó la copa de vino, dio gracias y la presentó a sus apóstoles, diciendo:
“Bebed de él todos, porque ésta es la sangre mía de la Alianza, la cual por muchos se derrama para remisión de los pecados.” “Haced esto cuantas veces bebáis, para memoria mía.”


Una vez que hubo otorgado a sus discípulos estos supremos dones, Jesús les impuso otro mandamiento cuya observancia había de ser la marca distintiva del verdadero cristiano: “Que os améis unos a otros, así como Yo os he amado"


He aquí en esta corta recapitulación de la Ultima Cena en que Jesús nos deja:
  • La Institución de la Sagrada Eucaristía.

  • El establecimiento del Sacerdocio.

  • El reconocimiento de su Pasión, Muerte y Resurrección.

  • El perdón de los Pecados.

  • La creación de la Nueva Alianza.

  • Un mandamiento nuevo de amarnos unos a otros.

  • Y por sobre todas las cosas nos deja el testimonio de su inmensa misericordia y de su infinito amor por todos nosotros.



  • ¿Quién mas podría heredarnos semejantes dones?.. Solo nuestro Dios, Dios de Bondad y Dulzura , Dios de Perdón y Reconciliación, Dios Unico y Dios Verdadero, y finalmente nos da su promesa inquebrantable de algún día recibirnos en su reino y tengamos la dicha infinita de Glorificarle y Adorarle por toda la eternidad.


    Que inmensamente dichosos debemos de sentirnos de tener un Dios como Nuestro Dios, roguémosle para que mediante su omnipotencia haga que todos los seres humanos le amen y adoren para que cielos y tierras le adoren y bendigan como dice la letra de una hermosa canción.

    Este es el humilde deseo en esta Celebración del Jueves Santo de la Adoración Eucarística Perpetua de Cardel.



    ALABADO Y ADORADO SEA POR SIEMPRE JESUS SACRAMENTADO.


    ¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!

    2 comentarios:

    1. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
      porque ha visitado y redimido a su pueblo.
      suscitándonos una fuerza de salvación
      ...en la casa de David, su siervo,
      según lo había predicho desde antiguo
      por boca de sus santos profetas:
      Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
      y de la mano de todos los que nos odian;
      ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza
      y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
      Para concedernos que, libres de temor,
      arrancados de la mano de los enemigos,
      le sirvamos con santidad y justicia,
      en su presencia, todos nuestros días
      Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
      porque irás delante del Señor
      a preparar sus caminos,
      anunciando a su pueblo la salvación,
      el perdón de sus pecados.
      Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
      nos visitará el sol que nace de lo alto,
      para iluminar a los que viven en tiniebla
      y en sombra de muerte,
      para guiar nuestros pasos
      por el camino de la paz....
      Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
      Como era en el principio, ahora y siempre,
      por los siglos de los siglos. Amén
      Ing. le mando un fuerte abrazo, y que dios siga
      fortaleciendo su vida espiritual..Dios bendiga este bendito espacio.

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    2. ENVIADO POR EL PADRE OSCAR CHAVARRIA.
      En este Jueves Santo, día de la Institución del Sacerdocio y de la Eucaristía, les invito a orar por todos los Sacerdotes, y en especial que el Señor, me haga vivir el Paso, la Pascua, de su entrega Amorosa en la Eucaristía, en su Pasión, Muerte y Resurrección.
      Que perdone mis pecados, debilidades y negaciones y que pueda con Él pasar de la muerte a la Resurrección, y así entregarle lo que soy, lo que hago y lo que tengo.

      ORACIÓN POR LOS SACERDOTES
      Omnipotente y Eterno Dios:
      dígnate mirar el rostro de tu Cristo,
      Eterno y Sumo Sacerdote,
      y por amor a Él, ten piedad de tus sacerdotes.
      Recuerda, oh Dios misericordioso,
      que no son sino débiles y frágiles criaturas.
      Mantén vivo en ellos el fuego de tu amor.
      Guárdalos junto a Ti,
      para que el enemigo no prevalezca contra ellos,
      y para que en ningún momento
      sean indignos de su sublime vocación.
      ¡Oh Jesús!, te ruego por tus fieles y fervorosos sacerdotes;
      por tus sacerdotes tibios e infieles;
      por tus sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones;
      por tus sacerdotes que sufren la tentación;
      por tus sacerdotes que sufren soledad y desolación;
      por tus jóvenes sacerdotes;
      por tus ancianos sacerdotes;
      por tus sacerdotes agonizantes;
      por las almas de tus sacerdotes
      que padecen en el Purgatorio.

      pero sobre todo,
      te encomiendo a los sacerdotes
      que me son más queridos:
      al sacerdote que me bautizó,
      al que me absolvió de mis pecados;
      a los sacerdotes a cuyas Misas he asistido
      y que me dieron tu Cuerpo y Sangre en la Sagrada Comunión;
      a los sacerdotes que me enseñaron e instruyeron,
      me alentaron y aconsejaron;
      a todos los sacerdotes a quienes
      me liga una deuda de gratitud.
      ¡Oh Jesús!,
      guárdalos a todos junto a tu Corazón
      y concédeles abundantes bendiciones
      en el tiempo y la eternidad.
      Así sea

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