miércoles, 4 de mayo de 2016

La Vida de la Santísima Virgen María después de la Ascensión a los Cielos de su Divino Hijo Jesús


No son muchos los datos concretos que se relatan en el Nuevo Testamento de la Santa Biblia, con respecto a lo ocurrido a la Santa Madre de Dios después de la crucifixión de Jesús

Los testimonios consignados en las Sagradas Escrituras se refieren someramente  a cortas presencias de la Virgen María, en el acto en que Jesús es descendido de la cruz, la visión -con otras mujeres- de la gloriosa Resurrección de Cristo, y las continuas reuniones con los discípulos en el Cenáculo hasta la llegada del Espíritu Santo sobre todos los reunidos en oración alrededor de la Virgen María.

La información que a continuación proporcionamos a nuestros queridos hermanos está basada en 
  • Tradiciones y Leyendas sobre la Santísima Virgen María
  • Artículos escritos sobre el mismo tema por confiables y respetables Organismos Mundiales
  • Visiones y Relatos de Santos, recibidos del mismo Señor Jesucristo, resucitado.

Después de la Ascensión del Señor, María pasó días orando en unión con los discípulos de Jesús, esperando la llegada del Espíritu Santo, tal como se los había prometido el Divino Maestro. Ella los animaba a mantenerse unidos y les infundía la fuerza espiritual necesaria para perseverar en la fe y no desmayar hasta recibir el don tan esperado del Espíritu de Dios.

Una vez que el Espíritu Santo descendió en forma de lenguas de fuego sobre cada uno de ellos, incluida la Virgen María, en la Fiesta de Pentecostés, sus almas, sus mentes y toda su humanidad se vieron fortalecidas y sin temor alguno salieron a proclamar la Palabra de Dios.

Cuentan que el Apóstol Santiago, hermano de Juan y ambos hijos de Zebedeo, se despidió con mucho amor de la Virgen Santísima y besándole las manos le pidió que lo acompañara en su peregrinación. La virgen le respondió amorosamente que ella no lo abandonaría y que  cuando hubiera logrado la conversión de los paganos del pueblo que iba a redimir le construyera una capilla de Adoración. Y que ella se lo manifestaría en el momento en que debería el apóstol hacerlo.

Partió, pues, Santiago al país de los iberos, hoy España, y  estableció su misión en el lugar que hoy conocemos como Zaragoza. Cuentan las tradiciones que habiendo pasado algún tiempo el esfuerzo de evangelización de Santiago había rendido sus frutos; y estando reunido en oración con 8 de sus más cercanos discípulos, escucharon unos cánticos celestiales entonados por dos ángeles que descendían del cielo y en medio de ellos con una luminosidad esplendorosa aparecía la Santísima Virgen María. 


Santiago y sus discípulos asombrados se postraron ante tan sublime, divina y santa aparición. La virgen se posó en tierra sobre un cilíndrico pedestal de mármol como de aproximadamente un metro y sesenta y cinco centímetros de altura. Permaneció allí por unos instantes y luego desapareció elevándose al cielo tal como había llegado. Reaccionando de su éxtasis de la sagrada visión Santiago observó que el pilar no había desaparecido y estaba en el lugar en que la virgen se posara sobre él.

Entendió inmediatamente Santiago que era la Virgen María la que los había visitado para indicarles que ya podrían construir la capilla en el lugar que estaba señalado por el pilar de mármol; y enseguida empezaron la construcción del mismo.

Este acontecimiento ocurrido el 2 de Enero del año 40; fue la primera aparición de la Virgen María en vida y dio lugar a la veneración más grande del pueblo de España y luego de la comunidad católica de todo el mundo hispano, como la Santísima Virgen del Pilar.

La Virgen María fue aceptada por el Apóstol Juan como su madre, cumpliendo las palabras expresadas por Jesús en la cruz. Desde ese momento ella vivió en la casa de San Juan en Jerusalén. 
Luego de las continuas persecuciones que sufrían los cristianos, Juan decidió irse de esa ciudad, llevándose a María a la ciudad de Éfeso. La residencia de María en Éfeso está apoyada por escritores tales como Tillemont y Calmet.

No podemos dejar de mencionar las revelaciones de Anna Catherina Emmerick, a quien Dios le concedió muchos dones místicos, entre ellos, visiones, estigmatización, locución y éxtasis. En los últimos años de su vida solo se sustentaba de la Santa Eucaristía y fue beatificada el día 3 de Octubre de 2004, por el Papa Juan Pablo II.

La casa de la Virgen María en Éfeso fue descubierta gracias a las visiones de Anna Catherina Emmerick en 1881. Según sus escritos, la virgen preparaba sus alimentos en la cocina de fuego que estaba en el centro del cuarto y que había una fuente. Las excavaciones revelaron la existencia de cenizas y la fuente que continua fluyendo. Los exploradores se asombraron de la exactitud de las descripciones de Emmerick.

Esta casa en Éfeso, hoy Turquía, ha sido honrada con la visita de tres Papas, que nos permiten suponer que fue en un tiempo la casa de la Santísima Virgen María, Madre de Dios.

Queridos hermanos, estos relatos son negados por muchos que los rechazan como apócrifos; pero nosotros los católicos que creemos, por la fe que nos dio el Espíritu Santo, los aceptamos con inmenso amor a nuestra dulce y amorosa Madre de Dios y sobre todo porque para Nuestro Dios Todopoderoso no hay nada imposible ni en el cielo ni en la tierra. ¡¡¡Dios te salve María!!!



Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!


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