lunes, 12 de octubre de 2015

Un Ejemplo para Seguir e Imitar


A propósito del Sínodo de la Familia que fue abierto por el Papa Francisco este pasado 4 de Octubre del 2015, en el que destacó clara y enérgicamente, la indisolubilidad del matrimonio, que la familia se compone de un hombre y una mujer y condenando el divorcio; me permito reseñarles este bello episodio Matrimonial Colectivo llevado a cabo el pasado mes de Septiembre en una pequeña Parroquia de un más pequeño pueblo, de los que hay muchos en muchísimos países de este mundo.

La humildad del párroco así como de los mismos contrayentes nos impulsan a mantener en el anonimato el lugar y nombre de la parroquia, mas la realización del Sacramento del Matrimonio es un hecho que es nuestra obligación divulgarlo, como testimonio ejemplar, que debemos seguir e imitar.

Después de muchos meses de ardua tarea de ir concientizando a las muchas parejas existentes en el pueblo y que vivían en unión libre, se llegó a la verdad de que eran 13, las que habían decidido unirse en sagrado matrimonio.

Las excusas y motivos para no aceptar la invitación de recibir la bendición matrimonial de Dios fueron muchas y variadas, algunas fueron solucionadas por la intervención directa del Señor Párroco:

  • ¿Que no puedo, porque no soy bautizado?... ¡Pues te bautizamos!
  • ¿Que no estoy confirmado?... ¡Pues te confirmamos!
  • ¿Que no tengo dinero para dar el óbolo a la parroquia?... ¡Pues es gratis y no cobramos en las bodas colectivas!


Y así muchas evasivas y pocas convicciones que ni la positiva disposición del sacerdote, ni los ruegos de uno de los miembros de la pareja, pudieron modificar la negativa del reacio o de la reacia.

¡¡¡Así se llegó al número de 13 parejas y se fijó en dos meses
el lapso de preparación para llevar a cabo la ceremonia!!!

Charlas prematrimoniales, preparación para los No-Bautizados o No-Confirmados, obtención de documentos indispensables requeridos, nombramiento de padrinos para cada pareja y el ensayo del ceremonial, sin excluir ninguna acción Litúrgica del Sacramento del Matrimonio Religioso.

Tuvimos la voluntad de Dios de ser invitados a la Misa de la Celebración Matrimonial por uno de los contrayentes, amigo nuestro.

¡Y llegó el día señalado!

Concurrimos al templo con la debida anticipación y fuimos recibidos por dos amables hermanos designados para recibir a los asistentes, nos preguntaron por el nombre de la pareja contrayente y habiendo obtenido nuestra respuesta nos llevaron al lugar donde nos correspondía según un listado que tenía una de ellas.

Y así lo hacían con cada persona que llegaba. Los que no eran invitados fueron acomodados en las naves laterales del templo. ¡Quedé muy sorprendido de un orden predeterminado que no esperaba!

A la hora estipulada empezó la Misa y el sacerdote bendijo e invitó a cada una de las parejas formadas en el atrio del templo a pasar a la nave principal de la Iglesia. Colocándose las parejas en dos filas, una, de las contrayentes y en la otra, los contrayentes dándose frente a una con la otra.

Desde el comienzo hasta el final de la Misa y de la Ceremonia Matrimonial, el procedimiento empleado por el Sacerdote con cada pareja, fue el mismo que se emplea en una Boda particular de una sola pareja. Las ceremonias del Cambio de Anillos, la Bendición de las Arras, la Colocación del Lazo por los padrinos, y otras más, hasta la del Párroco después de recibida la Bendición Matrimonial y anunciándole que el Novio puede besar a la Novia.

Todo este ceremonial fue realizado con el respeto y dignidad que no había jamás visto en una Boda Colectiva, que en este caso no por ser colectiva, dejó de tener el valor sagrado que tiene por ser un Sacramento de la iglesia católica instituido por el mismo Jesucristo Dios y Señor Nuestro.

No está de más indicar que entre las edades de las parejas contrayentes había una pareja mayor --muy mayor-- y otra muy joven, pero todas inmensamente felices de haber podido constituir una verdadera familia católica bendecida por Dios.

Nuestras humildes felicitaciones a los contrayentes, al párroco y la comunidad de este pequeño pueblo que nos dio una muestra de que Querer es Poder, cuando está inspirado en el amor celestial.

Que este pequeño ejemplo sirva de guía a todas las comunidades católicas del mundo para que se organicen Bodas Colectivas en sus respectivas parroquias, para que reine la paz y el amor en cada familia y que así contribuyan al progreso social de cada país y para la gloria de Dios Padre Todopoderoso.


Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!

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