jueves, 12 de marzo de 2015

El Poder de Nuestra Fe.


¡Cuán a menudo hacemos oración y plegarias en busca de una solución a nuestro problema...  y no nos vemos favorecidos por la Divina Providencia en la resolución de lo que hemos solicitado!

En ese momento, nos embarga un sentimiento de amarga desilusión porque no hemos recibido la ayuda que pedimos y que esperábamos nos fuera concedida.

Meditamos sobre la forma en que hicimos la petición y no encontramos nada que fuera impedimento para que Dios, con su infinita misericordia nos pudiera complacer y un tanto desilusionados reprochamos la negativa Divina.

Ahora bien, veamos cómo y por qué no hemos obtenido el favor solicitado.

Dios no es una tienda de venta de consumibles ni una tienda de autoservicio en donde podemos adquirir lo que queremos tener.

Dios es nuestro Creador y Dueño de nuestra vida, tanto material como espiritual.

Primero debemos saber cómo pedirle las cosas a nuestro Dios, 
  • No debemos exigir, debemos siempre rogar, pero rogar humildemente sin poner como coadyuvante la cantidad de oraciones empleadas ni las veces que le hemos rendido adoración especial. ¡No! Dios no escucha al que se cree merecedor de su misericordia por lo que ha hecho sino por lo que está haciendo en el momento de su ruego.
  • Es deber imprescindible nuestra total confianza en la respuesta que obtendremos de Dios, sea ésta positiva o negativa a nuestras personales expectativas.  Es decir positiva cuando se cumple la solución a nuestro problema y negativa cuando no pasa nada o suceden hechos muy contrarios a lo que hemos solicitado.
  • Bien, Dios sabe lo que hace y lo que es bueno para nosotros. Él nunca va a permitir o proponer algo que vaya en contra nuestra, si nos dio la vida por el infinito amor que nos tiene, ¿Cómo crees que va a originar algo que nos sea dañino y malo?.... ¡Eso nunca pasará!
  • Siempre que te permitas dirigirte a Dios para solicitarle un favor verdaderamente especial tienes que decirle con honestidad y sinceridad que se haga la voluntad de Él y no la tuya. Dios sabe qué es lo que acontecerá con su decisión aunque tú no lo comprendas, al final una negativa se transformará en algo que será benéfico para tu vida tanto física como espiritual.
  • ¡Otra cosa muy importante!... Las respuestas de Dios no son “Respuestas Express” pueden tardar en lo que es para ti la duración del tiempo, pero para Él primero estás tú y tu salvación. Recuerda que Dios envió a su único Hijo, Nuestro Señor Jesucristo para salvarnos y darnos la vida eterna, por lo tanto su respuesta debe ser aceptada con humildad, con amor y con agradecimientoSobre todo con Agradecimiento, porque esta respuesta es un beneficio recibido de Dios.
  • Un punto de suma importancia es la Fe. La Fe es creer en lo que no vemos, ni oímos, ni sentimos… La Fe es algo más grande y divino que nos fue entregado por Dios como un don a través del Espíritu Santo, y si lo que hacemos en nuestra relación con Dios carece de verdadera Fe, no llegará ni una de nuestras palabras y ninguno de nuestros pensamientos al entendimiento de Dios.

Alguna vez alguien me preguntó ¿Qué es la Fe? Y sin pensarlo mucho le respondí: “Fe es decirle Mamá a tu mamá"...
después de una larga explicación esa persona entendió rudimentariamente lo que era la fe. Ahora tú pregúntate… 

¿Por qué sé que mi mamá es mi mamá?... 

Otra respuesta de la fe es la oración del CREDO, es un compendio total de la Fe, de nuestra Fe.
  • Por último, por no ser lo primero, siempre que quieras pedir algo a Dios, hazlo a través de un intercesor ya sea el santo de tu devoción o la Santísima Virgen María, madre de Dios. 
Personalmente siempre lo hago a través de la Inmaculada Virgen María Madre de Dios. Su ternura y amor de Madre siempre me han protegido y ayudado en toda mi vida desde que nací y hasta que sea el último día que Dios me permita transitar por este mundo.



Alabado y Adorado sea por Siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario