miércoles, 6 de agosto de 2014

Jesús Eucaristía y la Virgen María.


La Santísima Virgen María fue la primera y más excelsa adoradora de Jesús en la Eucaristía


María es la perfecta adoradora de Jesús en el Santísimo Sacramento, que es la presencia real, verdadera de su cuerpo, sangre, alma y divinidad.

Jesús antes de ascender al cielo nos aseguró, que volvería con nosotros, diciéndonos: “No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros.” 

La Sagrada Eucaristía, es la forma que escogió para volver y permanecer siempre con todos nosotros. La Eucaristía es el cumplimiento de su divina promesa.

Después que Jesús, nuestro Señor, subió a los cielos,  María pasó el resto de su vida ante Jesús Vivo en la Eucaristía. Porque en ella, ya no había límite en el grado de unión divina que compartía con Él.

Por eso, cuando el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles, ellos estaban orando alrededor de María. Y el fuego del Espíritu de Dios era el mismo fuego que envuelve al corazón de Jesús en la Eucaristía, llenándolo de un infinito amor Divino.

El corazón amoroso de María es la puerta que nos lleva directamente a Jesús. Cuando rezamos el Rosario ante el Santísimo Sacramento, estamos amando a Jesús con el corazón de María.

El día de la Asunción de María al cielo, su corazón inmaculado se hace uno con el Sagrado Corazón de Jesús, para toda la eternidad, y por ende, donde está Jesús, ¡¡está también María!!.

Todos los santos, sin excepción, han centrado su amor a Jesús mediante la Adoración al Santísimo Sacramento e igualmente han tenido en sus corazones la alabanza amorosa a la Inmaculada Virgen María. He allí el divino dualismo, fruto de un mismo amor.

Existen muchos testimonios, escritos o hablados, que constituyen la certeza de nuestra fe. Hay uno, que aunque poco divulgado, la profundidad de su sentimiento, la pureza de su percepción y la riqueza de su contenido espiritual nos atraviesa como una flecha azul, nuestro humilde corazón:

“Lucía, la vidente de Fátima, refiere en sus memorias que el ángel de Portugal en su tercera visita les dio a los tres la Comunión. El ángel tenía en su mano izquierda un cáliz sobre el cual estaba suspendida una Hostia, de la cual caían unas gotas de sangre dentro del cáliz. El ángel dejó suspendido en el aire el cáliz, se arrodilló junto a ellos y les hizo repetir tres veces la oración “Santísima Trinidad”… después se levanta, toma en sus manos el cáliz y la Hostia. Me da la Sagrada Hostia a mí y la sangre del cáliz la divide entre Jacinta y francisco, diciendo al mismo tiempo: tomad y bebed el cuerpo y la sangre de Cristo, horriblemente ultrajado por la ingratitud de los hombres. Reparad sus crímenes y consolad a vuestro Dios. Y postrándose nuevamente en tierra, repitió otras tres veces con nosotros la misma oración: “Santísima Trinidad”… y desapareció.” 

Hay muchos santos que han vivido extraordinarias experiencias en sus vidas, relacionadas con la Santísima Eucaristía y la Virgen María. Para acrecentar nuestra fe y aumentar nuestro amor a la Eucaristía y a  María, les sugerimos leer la biografía o vida de los santos que a continuación indicamos, sin ser todos sino unos cuantos, muy pocos relacionados con el tema que hoy hemos tratado:



Juan Pablo II
Pío de Pietrelcina
Pedro Julián Eymard
Madre Teresa de Calcuta
Martín Lucía
Catalina de Siena
Teresa de Jesús
Margarita María de Alacoque
Clara de Asís
Juan María Vianney (Cura de Ars).


Queridos hermanos, Adoradores Eucarísticos Perpetuos, ustedes que ya han experimentado el éxtasis espiritual, que motiva el estar en presencia de Jesús Sacramentado, Vivo,  dándonos su infinito amor y teniendo como acompañante a su Santísima Madre, la Virgen María presente en la sagrada oración de su Santo Rosario, vayamos a propagar la Adoración Eucarística Perpetua a todo el mundo dando testimonio de nuestra fe, diciendo:

Dios está aquí, vivo, ¡Es verdad!.

 ¡¡¡El señor Jesús es mi Dios y mi Salvador!!!!



Alabado y adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!

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