miércoles, 28 de agosto de 2013

San Agustín, Padre y Doctor de la Iglesia


El 28 de Agosto celebra la Iglesia la Fiesta Litúrgica de San Agustín de Hipona, Padre y Doctor de la Iglesia

Nace San Agustín en Hipona, África del norte (actual Argelia) el 13 de Noviembre del año 354, siendo sus padres Santa Mónica y un pequeño propietario pagano  llamado Patricio.

Desde pequeño es instruido por su madre en los conocimientos básicos de la religión cristiana, pero pasados unos años el joven se va alejando del cristianismo y su madre al comprobar esto, llena de sufrimiento, se refugia en constante oración para obtener su conversión. Recordando este episodio de su vida, San Agustín escribió: “Soy el hijo de las lágrimas de mi madre”...


El joven Agustín Aurelio sigue su vida demostrando especial interés en el estudio de la gramática y las letras, más su juventud y su fuerte predisposición sensual le llevan a disfrutar libremente de su inclinación pasional y a los 17 años se une a una mujer con la que tiene un hijo al que le llaman Adeodato. El gozo de placeres, felizmente no lo alejan del estudio y los complementa con los de filosofía y retórica.

Después de probar pertenecer a diferentes escuelas filosóficas decide practicar el maniqueísmo, la cual sostiene que el espíritu es el principio de todo bien y la materia el principio de todo mal.  Diez años después, abandonó este pensamiento. 

En Milán,  obtuvo la cátedra de retórica y fue muy bien recibido por San Ambrosio, Obispo de la ciudad. A quien el joven Agustín acudía para oír sus sermones, los cuales hicieron que cambiara la opinión que tenía acerca de la Iglesia, de la Fé y de la imagen de Dios.

Agustín estaba convencido de la verdad del cristianismo pero se resistía a convertirse y no obstante las súplicas de su madre le respondía que pronto lo haría pero ese pronto nunca llegaba.

Un amigo de Agustín, llamado Alipio, fue a visitarlo y le narró la vida de San Antonio, la cual le impresionó mucho, y mientras reflexionaba sobre esto y sus dudas sobre cuándo abrazaría la fe del cristianismo,  oyó la voz de un niño de la casa vecina que decía repitiendo: "toma y lee, toma y lee" ... entonces abrió un Evangelio que tenía en sus manos  y leyendo decidió convertirse, lo cual le comunicó a su madre, quien dio gracias a Dios. Agustín tenía 33 años.

San Agustín continuó estudiando y haciendo penitencia preparándose para su bautismo, y el día 24 de Abril del año 387 se bautizó junto con su amigo Alipio y su hijo Adeodato que tenía 15 años y quien moriría poco tiempo después.

Agustín se hizo monje buscando alcanzar el ideal de la perfección cristiana., pero deseando ser útil a su iglesia, regresó a Hipona y durante tres años se dedicó a servir a Dios con el ayuno,  la oración y las buenas obras; a la edad de 37 años fue ordenado Sacerdote y cinco años más tarde se le consagró como Obispo de Hipona.

La actividad Episcopal de San Agustín es enorme y diversa, ayuda a los necesitados, establece monasterios y asiste a tres Concilios, presidiendo dos de ellos. 

San Agustín es reconocido por la Iglesia como uno de los más notables y férreos defensores de la religión Cristiana. Sus escritos son en mucho los pilares donde se basa la Iglesia Católica para proclamar  la verdad de su fe y la divinidad de su procedencia, de su creación y de su misión en el mundo.

San Agustín escribió alrededor  de 68 libros  de diversos temas: autobiográficos, filosóficos, apologéticos, dogmáticos, morales y pastorales, monásticos y exegéticos. Siendo entre ellos uno de los más leídos y conocidos, su libro llamado “Confesiones”

San Agustín fallece el día 28 de agosto del año 430 a los 76 años de edad.


Queridos hermanos, humildemente hemos deseado hacer conocer a todos nuestros amables lectores y Adoradores Eucarísticos Perpetuos, la breve historia de uno de los santos más prominentes de nuestra Santa Iglesia Católica,  quien en verdad carece de muchos fervientes devotos que le ofrezcan una oración, pero nosotros los Adoradores Eucarísticos Perpetuos en nuestra próxima visita a Jesús Sacramentado, elevaremos una oración a nombre de San Agustín para agradecerle la fortaleza que supo infundir con su poderosa pluma a nuestra Santa Iglesia Católica, la fiel esposa de Dios.


Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!



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