miércoles, 5 de diciembre de 2012

¡Diciembre, Mes Bendito!


¡Diciembre Mes Bendito!
Nacimiento de Jesús Nuestro Señor y Día de la Inmaculada Virgen María,  Santísima Madre de Dios.

Celebremos este mes con el inmenso regocijo de la alegría y felicidad de recordar  dos de los acontecimientos más notables de nuestra santa religión:

El nacimiento del Hijo de Dios hecho hombre, nuestro Divino Redentor quien por voluntad del Padre entregó su vida para la salvación de toda la humanidad.

Él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo,

El creador de la nueva alianza de Dios con el hombre,

El fundador de la única y Santa Iglesia Católica,

El que venció a la muerte para abrirnos las puertas del Reino de Dios.

 Es Jesús quien concentra y reúne todo el amor y misericordia de Dios Padre y es Jesús el que nos da ese mismo amor y misericordia por el infinito y eterno amor que nos tiene a todos los seres humanos. Jesús es pues la más pura y altísima expresión absoluta del  Amor.

Es tiempo de Adviento,  de preparación para celebrar en la Nochebuena la primera llegada al mundo del Rey de Reyes. Es tiempo de amor, de paz, de humildad y fe. Dispongámonos a preparar nuestras almas y espíritus orando devotamente para que el día del nacimiento del niño Jesús podamos ofrecerle todo nuestro amor en paz y con la humildad  de nuestra inquebrantable fe.

¡Que los villancicos nos acaricien los sentidos con su armoniosa musicalidad y que nos hagan recibir una Santa y Feliz Navidad!

¡Que el Espíritu Santo y los Coros Celestiales derramen la gloria de sus favores en nosotros,  para convertirlos en oraciones de amor, para el Niño Dios, nuestro salvador!

Sean éstos nuestros objetivos durante el tiempo de Adviento y podamos disfrutar con nuestras familias el nacimiento del Mesías,  con la paz, amor y alegría con que lo disfrutó hace más de dos mil años, la Sagrada Familia en Belén, Jesús, María y José.

El próximo 8 de Diciembre festejamos con todo el esplendor de nuestros corazones, la Fiesta de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, la Madre de Dios y nuestra también.

¡Qué más podríamos decir en alabanza a la Reina de los Cielos y Señora nuestra que no lo hayan dicho ya los escritos, testimonios y revelaciones por boca de profetas, videntes, y santos y santas que desde el nacimiento de los siglos hasta hoy nos confirman el sagrado destino celestial de María Santísima!

¡Indigno soy, humilde pecador, de tratar de buscar en mi oscura mente las palabras que puedan expresar la maravillosa creación que Dios hizo en tí!...  No me queda otro camino que el de postrarme a tus pies y sin mirarte a los ojos murmurar para no herir la tersura y suavidad de tus oídos, una plegaria que salga de lo más puro que aun queda en mi corazón y que te diga:

¡Dios te salve María!
Madre de Dios y nuestra también 
llena eres de gracia
por la voluntad de Dios Padre.

¡El Señor sea contigo
eternamente en el infinito!
Bendita eres
repetirán los coros angelicales en el cielo, 
entre todas las mujeres... 
más que Tú... ¡Sólo Dios!

Es la humilde ofrenda que hoy pone a tus pies, reina y señora nuestra, el blog de la Adoración Eucarística Perpetua de Cardel, en el día de tu más grande festividad.

Alabado y adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo rey!!!     



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