miércoles, 10 de septiembre de 2014

¡El Católico debe ser Decidido y Resuelto... Constante y Consistente!

Todos sin excepción hemos alguna vez fracasado
 por falta de consistencia o constancia, decisión o resolución.

Estos cuatro atributos son necesarios para cumplir un anhelo, una misión o un fin predeterminado.

Nosotros los católicos somos un claro ejemplo de esta indecisión que nace de nuestra inconsistencia. Es por ello que esta última es la base o fundamento de cualquier proyecto, deseo o aspiración.

  • Consistencia

La consistencia es la solidez, firmeza, estabilidad inalterable. 
Un argumento o creencia establecidos con razones fundamentales. De allí que en materia de religión, para que nuestra creencia en ella sea consistente debemos primordialmente conocerla cabalmente, es decir en forma exacta y precisa.

Debemos saber de nuestra Religión Católica, sus Antecedentes, sus Orígenes, sus Principios y Dogmas; sus Mandamientos y Preceptos.  Conocer no con el significado gramatical de las palabras, sino lo que ellas espiritualmente contienen y por qué debemos creer en ellas con la verdad de la Fe del Espíritu Santo que vive en nosotros desde el día en que fuimos Bautizados.

Es obvio que nuestros conocimientos los adquirimos conforme vamos avanzando en edad y en el estudio de nuestra Santa Religión, porque así como para obtener una profesión tenemos que estudiar y practicar por varios años para con nuestros conocimientos ganarnos el sustento diario, así igualmente,valga la comparación, para obtener la titulación de Católico, también tenemos que estudiar y practicar durante toda la vida, para con nuestro total conocimiento de Dios podamos ganarnos la vida eterna y el cielo prometido.

Pero he aquí que los que nos decimos Católicos pensamos que con haber sido bautizados, haber recibido alguno de los Sacramentos y asistir a la Santa Misa los días domingos y otros días de Precepto, además de ser parte de un Grupo Parroquial, ya podemos decir que somos Verdaderos y Fieles Católicos….

¡NO!, hermanos, eso no nos califica ante Dios como fieles seguidores de su Iglesia y Verdaderos Católicos. Quizá podremos convencer a los demás que somos “Muy Buenos Católicos” y que Amamos a Dios. Pero ellos no ven nuestros corazones ni leen nuestros pensamientos; ni saben lo que ignoramos. Porque también muchos de los que juzgan las apariencias son también tan ignorantes como aquellos que erróneamente somos juzgados como “Buenos y Fieles Católicos, Verdaderos Hijos de Dios”.


  • Decisión

Es el momento en nuestras vidas en que ya con suficiente razón y conocimiento de lo que es nuestra Religión, con verdadera conciencia de nuestra determinación de compromiso moral y espiritual renunciamos –con conocimiento de causa- totalmente a Satanás y a sus tentaciones y nos comprometemos a seguir a Dios por el resto de nuestra vida y poder llegar a conocerlo totalmente por intermedio de Jesús, con la ayuda del Espíritu Santo y la Bendición de la Santísima Virgen María, Madre de Dios.


  • Resolución

El hombre ya resuelto; su audacia, valentía y amor lo acaban de convertir en un católico decidido y comprometido. Habrá de seguir adelante con su misión de conocer más sobre la Iglesia, la Vida de los Santos, la perfección de los Santos Padres, Vicarios de Dios en la Tierra. Su sabiduría donada por el Espíritu Santo habrá hecho de él un digno discípulo de Jesús, amará a Dios sobre todas las cosas y cuando el demonio quier tentarlo, lo que hará muchas veces, lo rechazará y ¡Vencerá al pecado!… 

Y así podrá con humildad llamarse Católico, por la voluntad y amor del Padre Dios Todopoderoso.


  • Constancia

Esta es una parte del último peldaño a la Santidad. Es la paciencia y perseverancia para llegar al final, al definitivo encuentro con la Luz de Dios. Es el fruto de la firmeza de nuestras ideas y sentimientos hacia una irrenunciable creencia en nuestra religión Católica y de todo lo que de ella emane.

Es el testimonio donde eternamente constará nuestra Fe para la gloria de Dios Nuestro Señor.



Bendito, Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado


¡¡¡Viva Cristo Rey!!!


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