jueves, 5 de junio de 2014

La Ascensión del Señor y Pentecostés


La Ascención del Señor y Pentecostés, estos dos Eventos Portentosos, junto con la Resurrección del Señor, encierran en un Triángulo de Eterno Amor, la Infinita Sabiduría y Omnipotencia de nuestro Dios Todopoderoso.

En las palabras que siguen  encontrarán la humildad, y la revelación de un corazón que lleva una verdad inspirada por la dulzura y el sentimiento de amor espiritual, que solo puede emanar de nuestro buen Dios.

La Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo, inicia el regreso del Hijo al Padre, después de haber cumplido su voluntad de inmolarse por la salvación de los hombres.

Esta fue la primera tarea, que fue amorosamente cumplida por Jesús, con su Vida, Muerte y Resurrección. Esta labor se distingue por su alcance universal para toda la humanidad presente y futura.


Pentecostés, la segunda y no menos esencial que la primera, fue la del Llamado y Preparación de sus discípulos y escogidos Apóstoles para que continuaran propagando la Buena Nueva por toda la tierra. 

Estos hombres humildes y sencillos fueron el más ilustre y selecto grupo con los que Jesús compartió sus enseñanzas y testimonios de su divina procedencia.

Los cuarenta días previos a su ascensión a los cielos, Jesús Resucitado, los fue instruyendo con todos los misterios y dones de su divino conocimiento, haciendo de ellos su verdadera imagen y semejanza. Sin  más, fue el día que Jesús ascendió al encuentro con el Padre, en que sin parábolas, directamente, les confirmó ser el Unigénito de Dios

Antes de elevarse al Reino de los Cielos, Jesús les dijo: 

“Esto es aquello que Yo os decía, cuando estaba con vosotros, que es necesario que todo lo que está escrito acerca de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos,  se cumpla. Así estaba escrito que el Cristo sufriese y resucitase de entre los muertos, al tercer día, y que se predicase en su nombre, el arrepentimiento y el perdón de los pecados a todas las naciones.”.

”Vosotros sois testigos de estas cosas. Y he aquí que yo envío sobre vosotros la promesa de mi Padre. Mas vosotros estaos quedos en la ciudad hasta que desde lo alto seáis investidos de fuerza. Recibiréis potestad, cuando venga el Espíritu Santo y seréis mis testigos en Jerusalén y en toda la tierra.”

Luego se encaminaron en dirección a Betania, cuando llegaron al Monte de los Olivos, Cristo los bendijo y, mientras lo hacía, se fue elevando hacia el cielo y se perdió en una nube. Se les aparecieron dos ángeles que les dijeron: 

“Este Jesús, que de enmedio de vosotros ha sido recogido en el cielo, vendrá de la misma manera que lo habéis visto ir al cielo.”

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos con la Virgen María en oración. De pronto vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban. Se les aparecieron una lenguas como de fuego, las que  separándose, fueron posándose sobre cada uno de ellos; y se quedaron llenos del Espíritu Santo. Era el mismo fuego de Amor Divino, el Amor de Dios que había sido derramado en sus mentes y corazones, en toda su integridad personal.

El Día de Pentecostés fue el nacimiento de la Iglesia Católica.  Día, a partir del cual, los apóstoles y los discípulos, ungidos por el Espíritu Santo, inician la propagación de la Palabra de Dios por toda la tierra, tal como Jesús se los había ordenado.

Gracias a que en el momento de nuestro Bautismo recibimos al Espíritu Santo, somos partícipes de los dones que Él derrama sobre todos los bautizados.

¡Qué bendición tan excelsa nos confiere Dios al insertar en nuestra humanidad, la gracia divina de su Espíritu Santo!


¡Dios se da a nosotros con el mismo amor con que nos dio a su Unigénito!


Queridos hermanos, mantengamos siempre la humilde obediencia de cumplir los mandamientos de Dios y seguir el camino que nos señala Jesucristo, para  ser dignos de recibir en nuestro ser,  a la Sacrosanta Trinidad,  nuestro Dios Todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.



Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!


  

No hay comentarios:

Publicar un comentario