jueves, 22 de mayo de 2014

María, Nuestra Señora del Santísimo Sacramento.


La Santísima Virgen María en su coronación como Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, con su dulzura y amor de madre, nos abre la puerta que nos conduce directamente al corazón de su Divino Hijo, Jesús Sacramentado.

Una vez que Jesús ascendió a los cielos, María pasó el resto de su vida ante Jesús en la Eucaristía, donde lo tenía todo para sí misma y ya no había límite en el grado de intimidad y unión divina que compartía con Él.

En la reunión con los Apóstoles, María se consagró totalmente a la gloria Eucarística de Jesús, con lo que  transmitió a todos los seres  humanos el amor rebosante que guardaba el Sagrado Corazón de Jesús Sacramentado, haciéndolo conocido, amado y servido por todos,  para la gloria eterna del Padre Dios Todopoderoso

La Adoración Eucarística Perpetua tiene a su más grande propagador, discípulo y adorador en San Pedro Julián Eymard, quien dedicó su vida entera a establecer los cimientos y difundir la  Adoración Eucarística Perpetua.

La experiencia de la Adoración Perpetua es una gracia que individualmente recibimos de Dios, es la semilla de amor y fe que nos es concedida para que hagamos de ella el milagro de transformación más hermoso que ser humano pueda obtener.

Mediante nuestra devoción total y entrega sin condiciones, con la completa certidumbre de que Jesús Sacramentado está vivo en la Hostia Consagrada, iremos poco a poco sin darnos cuenta, recibiendo los frutos de nuestra constancia, de nuestro amor, y de nuestra infinita fe en Él, que jamás nos dejará solos y a quien nosotros nunca abandonaremos en su sagrada morada, la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua.

Dios tarda pero no olvida, Él sabe de tu sinceridad y de tu fe, de tus infortunios y de tus satisfacciones, día a día Él te demuestra cuanto te ama, tal vez tú no lo percibas, pero la belleza y resplandor de tu alma crecerán sin límite, hasta que toda ella sea plenamente:

¡El alma de Dios en ti!

Las gracias espirituales que todos los que de verdad amamos a Jesús Sacramentado y que recibimos en nuestra hora de adoración contrita, humilde,  y sumisa a su divina voluntad, son:

  • Santificación.- La forma más eficaz de crecer en santidad, es pasar tiempo con Jesús en el
    Santísimo Sacramento.
  • Reparación.- Cada Hora Santa es un consuelo para el corazón de Jesús por aquellos que rehúsan acercarse a Él; la adoración es un gran acto de entrega que repara el mal que hay en el mundo.
  • Transformación.- Cada momento dedicado a estar ante el Señor profundiza nuestra unión con Cristo, somos transfigurados a su propia imagen con un esplendor cada vez más glorioso.
  • Salvación.- Cuando Jesús ve nuestra fe al acercarnos al Santísimo Sacramento derrama su Preciosa Sangre sobre aquellos en el mundo que más necesitan de su misericordia.
  • Restauración.- En la Eucaristía, el mismo Jesús del Evangelio permanece con nosotros; con nuestra fe lo tocamos y Él derrama su poder sanador sobre nosotros y el mundo entero.


El mejor tiempo que pasas en la tierra es con tu mejor amigo…

¡Jesús Sacramentado!

¡Qué valiosa es la conversación con Cristo en el Santísimo Sacramento! porque no hay nada que consuele más en la tierra, nada más cierto para avanzar en el camino de la Santidad.

Queridos hermanos, cuando vayan a visitar en su Hora Santa a Jesús Sacramentado, recen el Rosario de la Santísima Virgen María. No hay mayor deleite y alegría que podamos dar a Cristo, que el de ofrecerle la plegaria de nuestro corazón por medio de su Santa Madre, para que ella con su ternura y amor de madre le lleve a su divino hijo, la humilde palabra de sus hijos terrenales.


Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!



No hay comentarios:

Publicar un comentario