miércoles, 17 de abril de 2013

Jesús Repite Dos Veces el Milagro de la Pesca


Estos dos sucesos coinciden en el hecho de una Pesca Milagrosa y abundante, no obstante que sus discípulos no habían logrado pescar un solo pez en toda la noche.

Seguramente somos muchos los católicos que no sabemos que son dos acontecimientos diferentes y ambos los confundimos creyendo que es uno solo. Ambos hechos se producen en el Mar de Galilea también llamado lago Genesaret o lago Tiberíades.

La gran diferencia reside que el primero lo realiza Jesús al comienzo de su vida pública y el segundo en la tercera aparición a los apóstoles, ya Resucitado.

A continuación transcribimos el Primer Milagro tal como es narrado en la Santa Biblia en el Evangelio de Lucas Capítulo 5; 4-11:

Cuando terminó de hablar dijo a Simón: ”Lleva la barca a la parte más honda y echa las redes para pescar” Simón respondió: ”Maestro hemos trabajado toda la noche sin pescar nada, pero si tú lo mandas, echaré las redes” Así lo hicieron, y pescaron tantos peces que las redes estaban por romperse.
Pidieron por señas a sus compañeros que estaban en la otra barca que vinieran a ayudarlos; llegaron, pues, y llenaron tanto las dos barcas, que por poco se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrodilló ante Jesús, diciendo: “Señor, apártate de mí, porque soy un pecador.”
Pues tanto él como sus ayudantes estaban muy asustados por la pesca que acababan de hacer. Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón.
Pero Jesús dijo a Simón “No temas, de hoy en adelante serás pescador de hombres.” Entonces llevaron sus barcas a tierra, lo dejaron todo, y siguieron a Jesús.


Este milagro de Jesús es otra manera suya de enseñar. Aclara lo que será para los apóstoles de todos los tiempos “pescar hombres”. Cristo tiene muchos oyentes, busca hombres que se entreguen para ser sus verdaderos enviados. Hombres que le obedezcan y abandonen todo por seguirle.


Continuando escribimos la exposición hecha en la Santa Biblia en el Evangelio de Juan Capítulo 21; 1-14:

Después de esto, nuevamente Jesús se hizo presente a sus discípulos en la orilla del lago Tiberíades. Y se hizo presente como sigue.

Estaban reunidos Simón Pedro, Tomás el Gemelo, Natanael de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: “Voy a pescar.” Le contestaron: “Nosotros vamos también contigo.”
Partieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada.

Al amanecer, Jesús se presentó en la orilla. Pero los discípulos no podían saber que era él. Jesús les dijo. “Muchachos, ¿tienen algo de comer?” Le contestaron: “Nada.” Entonces Jesús les dijo:” Echen la red a la derecha y encontraran pesca.”

Echaron la red y se les hicieron pocas las fuerzas para recoger la red, tan grande era la cantidad de peces.
El discípulo a quien Jesús más quería dijo a Simón Pedro: “Es el Señor.” Cuando Pedro oyó esto de “Es el Señor”, se puso la ropa (se la había sacado para pescar) y se echó al agua. Los otros discípulos llegaron a la barca, arrastrando la red llena de peces; estaban como a cien metros de la orilla.
Cuando bajaron a tierra, encontraron un fuego prendido y sobre las brasas,  pescado y pan.
Jesús les dijo: “Traigan de los pescados que acaban de sacar.” Simón Pedro subió a la barca y sacó la red llena con ciento cincuenta y tres pescados grandes. Con todo no se rompió la red.
Jesús les dijo: “Vengan a desayunar”, y ninguno de los discípulos se atrevió a hacerle la pregunta: “¿Quién eres tú?”, porque comprendían que era el Señor. Jesús se acercó a ellos, tomó el pan y se lo repartió. Lo mismo hizo con los pescados.
Esta fue la tercera vez que se manifestó a sus discípulos después de haber resucitado de entre los muertos. 


De nuevo se presenta Jesús, esta vez junto al lago Tiberíades. Este hermoso relato está saturado con la presencia de Cristo Resucitado, quien aparece de pie en la orilla desierta, a la luz del amanecer.

Los apóstoles arrastran en sus redes 153 peces grandes, ahora bien, en ese tiempo esta cifra tenía un valor simbólico  y expresaba Plenitud y Universalidad

Así será la acción de la Iglesia: los pastores de la Iglesia llevaran en sus redes hacia Cristo a todas las naciones de la tierra.

Hermanos, demos gracias  a Jesús Sacramentado y al Espíritu Santo que por su amor eterno y su infinita sabiduría nos han permitido entregarles estas palabras llenas de fe y obediencia y  que son los designios de Dios Padre Todopoderoso.



Alabado y Adorado sea por Siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡Viva Cristo Rey!!! 


No hay comentarios:

Publicar un comentario