jueves, 23 de junio de 2011

Corpus Christi



Hoy jueves 23 de Junio la Iglesia celebra llena de júbilo el día más grandioso de nuestra religión, paradigma de todos los misterios y milagros de su santidad, el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo transformado en la Hostia Sagrada.



En este día recordamos la institución de la Eucaristía por nuestro Señor Jesucristo y que se llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena.



Corpus Christi surgió como festividad en la Edad Media, en el año 1208, siendo el encargado de difundirla Santo Tomas de Aquino con su obra Oficio y Misa del Corpus. La Fiesta Litúrgica del Corpus Christi fue instituida el 8 de septiembre de 1264 por el Papa Urbano IV.




La Sagrada Eucaristía es un Sacramento que celebramos todos los días en la Santa Misa, pero el día especial de su celebración litúrgica por la iglesia es el siguiente Jueves al octavo Domingo después del Domingo de Resurrección, bajo el nombre de Fiesta de Corpus Christi.



Corpus Christi es Jesús Sacramentado, es la Divina Eucaristía, es el pilar fundamental de nuestra fe, nadie puede ser católico si no cree en ella. Aunque fue implantada en nuestros corazones por el Espíritu Santo hay muchos que la rechazan sin saber lo que hacen, apartándose del camino de Nuestro Señor Jesucristo, perdiéndose así la gracia de la vida eterna y no tener la felicidad de estar algún día en el reino celestial.



Hoy todos los católicos que creemos y adoramos a la Sagrada Eucaristía debemos festejar llenos de amor y fe la festividad del Corpus Christi, porque en ella festejamos a Dios Padre, a Dios Hijo y al Espíritu Santo.


La Eucaristía es Fuente y Cima, Alfa y Omega de toda la vida cristiana. Los demás Sacramentos y todos los ministerios de la iglesia y obras de apostolado, están unidos a la eucaristía y a ella se ordenan. En la eucaristía está todo el bien espiritual de la iglesia, es decir, Cristo mismo.



Hermanos, es por esto que hoy cuando en nuestra Hora Santa visitemos al Santísimo en nuestra Capilla de Adoración Eucarística, digámosle personalmente a Cristo que hoy le amamos un poquito más que ayer pero menos que mañana y queremos, en compañía de su bendita madre la Virgen María y de todos los ángeles y santos del cielo ofrecerle nuestra alma vida y corazón diciéndole con una sola voz de silencio más fuerte que el de las trompetas que destruyeron las murallas de la tierra prometida: ”Alabado y Adorado sean por siempre tu Cuerpo y Sangre Bendito Jesús Sacramentado, para la gloria y complacencia de Dios Nuestro Padre Celestial"


Alabado y adorado sea por siempre Jesús Sacramentado.

¡¡¡Viva Cristo Rey!!!

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