¿Sabe en verdad alguien cómo orar en una Capilla de AEP?....
Nadie sabe orar en verdad en cualquier lugar y menos en una Capilla de AEP.
El único hombre que supo en toda la tierra de verdad fue nuestro Señor Jesucristo. Él nos lo enseñó muchas veces cuando rezaba a Dios Padre en el huerto de Getsemaní. Pero nunca lo llegamos a comprender. Tampoco entendemos su Santa Palabra que proclamó durante los tres años de su vida pública.
No sabemos orar los habitantes de este mundo porque no comprendemos por qué lo hacemos, ni a quien nos dirigimos.
Hemos perdido la distancia entre el cielo y la tierra, no podemos distinguir quién es Dios y quienes somos nosotros aunque hayamos sido creados por Él a su imagen y semejanza. Somos creaturas de Dios pero no somos Dios. Ya lo dice claramente el Salmo 46, 11 "Basta ya; sabed que Yo soy Dios".
No podemos negar que hay seres que sí alcanzan un nivel de oración merecedora de la complacencia divina, pero no es un nivel de suprema perfección. Porque ni los más grandes santos ni los Papas más santos podrán siquiera muy lejanamente compararse con Jesús, nuestro Dios y Señor.
Pero nuestro fin y única razón de nuestra existencia terrenal es tratar de imitar a Cristo y seguir el camino que Él nos señala, para que llegando a nuestro final, seamos dignos de ser purificados mediante el perdón de Dios para tener la felicidad eterna de poder contemplar la luz de su divino rostro.
Mientras esto sucede, debemos tener pleno conocimiento y completa certidumbre de que cuando oramos nos dirigimos a Dios. Y a Dios, por mas bueno, amoroso y misericordioso que sea con todos nosotros, debemos siempre amarlo sobre todas las cosas y respetarlo con el temor en nuestros corazones de saber su excelsa majestad ante nuestra miserable personalidad.
Para quien dude y equivocadamente después de haber sido resucitado a la vida de Dios por nuestro bautismo, crea que es digno único del cielo, como nos creemos erróneamente todos nosotros, me permito transcribirles lo escrito por San Pablo en su carta a los colosenses capítulos 2:20-23 y 3:1-8:
"Si ustedes han muerto con Cristo y así se han liberado de los reglamentos del mundo, por que se dejan adoctrinar ahora como si fueran del mundo? No tomes esto, no gustes eso, no toques aquello. Siempre se trata de cosas que se usan, se desgastan y desaparecen, lo que es propio de mandatos y doctrinas de hombres. Todo eso pretende pasar por sabiduría, religión, humildad y desprecio del cuerpo, pero solo sirve para satisfacer la voluntad propia."
"Si han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Preocúpense por las cosas de arriba, no por las de la tierra. Pues han muerto, y su vida está ahora escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste el que es nuestra vida, también ustedes se verán con Él en la gloria."
''Por lo tanto hagan morir en ustedes lo que es terrenal, es decir, libertinaje, impureza, pasión desordenada, malos deseos y el amor al dinero, que es una manera de servir a los ídolos. Tales cosas atraen el castigo de Dios."
Queridos hermanos sigamos adelante en el camino de Jesús y a pesar de nuestras imperfecciones tratemos humildemente de imitar a Jesús para alcanzar nuestra salvación que es la voluntad de Dios.
Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado
¡¡¡Viva Cristo Rey!!!
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