Tal como lo prometimos en nuestra publicación de fecha 9 de Julio del 2013, hoy pasaremos a reflexionar sobre las Seis últimas frases recopiladas de las Doce, que según nuestro humilde criterio, muestran al Santo Padre reflejado en sus palabras.
El dinero y los otros medios. Políticos y económicos, deben servir y no gobernar.
Aquí muestra nuestro Papa el destino que deben tener las fuerzas del dinero, la política y la economía: servir al pobre y al necesitado antes que otra cosa, redimir de su pobreza a la humanidad para que ésta refleje agradecida las palabras de Jesús convertidas en acción.
La iglesia necesita fervor apostólico y no cristianos “de salón”.
Una vez más Francisco nos invita a actuar con entusiasmo, ardor y devoción intensa en la misión de los apóstoles, propagar la palabra de Jesús en calles y plazas por todo el mundo y no quedarnos inmóviles encasillados en las cuatro paredes de nuestra tibieza espiritual.
¡Dios nos ama! … ¡No tengamos miedo de amarlo!
No temas a Dios, Dios no envió a su Unigénito al mundo para castigar sino para redimir y salvar. No pongamos su amor en la desconfianza sino en las Infinitas Perfecciones que Dios nos ofrece: su misericordia infinita, su compasión infinita, su infinita bondad y su amor infinito por nosotros. Recuerden siempre la cita en el evangelio de Lucas 41-13:
“Porque yo, el Señor, soy tu Dios, el que te sostengo de la mano derecha. Soy yo quien te dice: 'no temas, yo vengo en tu ayuda' ”
La fe se profesa con la boca y con el corazón. Con la palabra y con el amor.
¡Qué elocuente belleza expresa esta frase! es la esencia de lo que mandó Jesús a sus apóstoles a llevar a cabo. Propagar la palabra de Dios mediante la palabra, pero con el corazón y el amor por delante siguiendo la luz de la fe.
Cristianos evangélicos, cristianos ortodoxos, cristianos católicos … ¿por qué divididos?... ¡Debemos buscar la unidad!
La unidad es superior al conflicto.
El día de Pentecostés, cuando Jesús creó la Iglesia, no la creó para dividir sino para unir a toda la humanidad bajo la mano protectora y amorosa de Dios Padre. Dios une pero el hombre desune. Luchemos por unir y desterrar los conflictos, sepultemos nuestra soberbia, arrogancia y orgullo, y hagamos que las palabras del Evangelio de Juan 10-16, algún día se conviertan en realidad: “Un solo rebaño, Un solo pastor”.
Tratemos de ser una iglesia que sale de si misma y que va hacia los hombres y las mujeres que no la frecuentan, que no la conocen, que se fueron indiferentes.
Seamos misioneros, evangelizadores, propagadores de la palabra de Jesús Nuestro Señor. Salgamos de nuestro confinamiento, de nuestro encierro espiritual y llenos de amor, fe y alegría, dejemos en la orilla la barca y convirtámonos en pescadores de hombres y mujeres infrecuentes, de los que no saben ni la conocen y de aquellos que la encontraron y perdieron a la única y Santa Iglesia de Dios Nuestro Creador.
Hermanos, nuevamente nos hacemos copartícipes del pedido de nuestro Papa Francisco: que oremos por él a Jesús Sacramentado para que su misión de renovación, unión y de la eliminación de la pobreza se lleven a feliz término para la Gloria de Dios Nuestro Señor y Creador.
Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado
¡¡¡Viva Cristo Rey!!!
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