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miércoles, 21 de octubre de 2015

¿Nos Castiga Dios por Nuestras Ofensas?


La pregunta sobre si Dios castiga o no castiga, es el punto de innumerables controversias entre teólogos y eruditos en la materia. 

 Es la línea que separa el del no, es el fermento de la inquietud humana por polemizar, basándose en sus propias interpretaciones. Cada cual utiliza las Sagradas Escrituras en su favor, citando, ambas corrientes,  pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento. 

En principio veamos el significado de la palabra “Castigar”

  1. Ejecutar algún castigo en un culpado.
  2. Mortificar y Afligir.
  3. Estimular con el látigo o con las espuelas a una cabalgadura.
  4. Escarmentar (Corregir con rigor a quien ha errado).
  5. Corregir o enmendar una obra o un escrito.
  6. Aminorar gastos.
  7. Enamorar por puro gusto o jactancia.




Significado de la palabra “Castigo” 

  1. Pena que se impone a quien ha cometido un delito o falta.
  2. Enmienda, corrección de una obra o escrito 




Significado de la palabra “Reprender” 


  1. Corregir, Amonestar a alguien vituperando o desaprobando lo que ha hecho o dicho.



Cuando pecamos ofendiendo a Dios...  ¿Nos castiga Él?...

Es muy común en nuestro concepto de la Justicia de Dios,  decir, que Dios castiga al que actúa mal. O expresiones tales como: ”Cuidado que Dios te puede castigar”.

Muchos de nosotros procedemos en nuestras vidas, teniendo como premisa el castigo de Dios:

1) Si actúo bien, es para no ser castigado y 
2) Si de otra parte actúo mal, es para ser castigado.

Por otro lado en nuestra propia e íntima indulgencia nos consolamos diciendo que Dios no castiga porque es Amor y nos ama,  porque es Misericordioso y siempre nos perdona. Al menos nos advierte del mal hecho con una amonestación o penitencia. Es el salvavidas de nuestras almas que nos permite reincidir en el pecado y en la ofensa porque siempre se nos perdonará eliminando todo castigo. 

Entre la polémica si Dios castiga o no castiga, desde el punto de vista de otros católicos,  esta la posición de aquellos que dicen que Dios no castiga, somos nosotros los que nos castigamos escogiendo entre el mal y el bien. Imponiéndonos nosotros mismos el castigo del remordimiento dictado por nuestra conciencia.

Sin tratar de llegar a una verdad absoluta sobre el tema expuesto me limito a que medites sobre el Numeral 55 del Catecismo de la Iglesia Católica que dice: 

Esta revelación no fue interrumpida por el pecado de nuestros primeros padres. Dios, en efecto, “Después de su caída alentó en ellos la esperanza de la salvación con la promesa de la Redención, y tuvo incesante cuidado del género humano, para dar la vida eterna a todos los que buscan la salvación con la perseverancia en las buenas obras.” 

Para terminar en una humilde opinión digo de todo corazón que los hombres siempre tendremos pensamientos humanos porque estos no son los de Dios y en esta polémica pretendemos analizar una de las muchas cualidades que pertenecen a la Divinidad de la Suprema Majestad de Dios Todopoderoso


Hermanos, esperemos confiados que al final de nuestro paso por este mundo, siguiendo los mandamientos de Dios y el de nuestra Santa Iglesia Católica, Dios mismo nos revelará el misterio de nuestro eterno destino.


Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado 

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!  



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