Jueves 24 de Enero, en un día como éste, en el año 2010 del Señor, iniciamos nuestras publicaciones de: “Adora al Santísimo en Cardel"
Con la ayuda infinita de Dios, nuestro Señor, de Jesús Sacramentado y del Espíritu Santo durante 155 semanas hemos podido escribir un número igual de artículos para alabanza y gloria de Nuestro Creador.
Han sido un poco más de 125,000 visitantes de todo el mundo, que se han acercado a nuestro humilde blog, y a quienes les damos nuestro más sentido reconocimiento.
Queremos hacer público que esta labor ha sido posible gracias a la intervención divina del amor de los amores, ¡Jesús Nuestro Señor!. Porque sin Él no somos nada, sin Él no hubiéramos podido ni un solo día cumplir con nuestra misión.
¡¡¡Gracias a Ti, Hijo Unigénito de Dios,
tuyo es el mérito, tuyo el poder y la gloria!!!
Mañana jueves en nuestra Hora Santa en la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua hablaremos con Jesús Sacramentado y humildemente le suplicaremos por medio de la intercesión de la Virgen María, su Santísima Madre, que nos de la fe y la salud física para poder gozar de la inmensa gloria de seguir escribiendo este jironcito desprendido de nuestro corazón por el amor que el Señor nos da cada día.

¡Qué bueno es nuestro Dios! ¡Qué infinita Gracia Divina nos regala al darnos de comer y de beber el cuerpo y la sangre de su Hijo amado en la Hostia Consagrada.!
No me explico como no caemos muertos al experimentar la dicha tan grande que nos da la Santa Comunión.
¡Bendito seas por siempre Señor por hacer en mí, Tu voluntad!

Y cuando recibo la Comunión, inmerecida retribución amorosa de un Dios que perdona, de un Dios que ama, tanta felicidad hay en mi alma que no soy yo más yo, sino que Dios está en mi y juntos en la eternidad de un pensamiento nos unimos en este efímero momento.
Dios bendito lleno de gracia y misericordia, a veces en mi soledad me pregunto...
¿Cuándo será el día que acabe mi peregrinaje terrenal?
¿Cuándo podré desechar este cuerpo lacerado por las llagas del pecado y envenenado por la cicuta de la soberbia?
¿Cuándo Dios se hará tu voluntad de conducir mi alma por el túnel de las tinieblas hacia la luz esplendorosa de tu Divinidad, donde por fin te encontraré? ...
No se cuando a esta pregunta hallaré tu divina respuesta, mas por el camino voy alegre rezando contigo Jesús mío, soñando, tus pasos siguiendo y siempre diciendo:
¡Maestro, Padre y Hermano, no permitas que me aleje de ti,
te lo pido lleno el corazón de mi fe y el alma repleta por tu amor!.
Queridos hermanos sigamos a Jesús Sacramentado y jamás le dejemos abandonado en la capilla, ¡antes, el castigo más horrendo, la pena más cruel, que dejarte llorando en triste soledad!
Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado
¡¡¡Viva Cristo Rey!!!
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