jueves, 2 de junio de 2011

Cierre del Mes de María


En días pasados, el 31 de Mayo, se dio fin a las celebraciones de la Virgen Santísima Madre de Dios. Muchas parroquias en el epilogo de las fiestas coronaron a la Virgen María como Reina del Cielo y de la tierra. Es el reconocimiento de la Iglesia Católica a la divinidad jerárquica solamente por debajo e incomparable con Dios Padre, Jesucristo Dios Hijo, y con el Espíritu Santo.

La Virgen María tiene su vida estrechamente ligada a la de Nuestro Señor Jesucristo, es la mujer escogida por Dios Padre para ser la Madre del Salvador de la humanidad. Es la mujer que le acompaña como madre dolorosa y amorosa durante su ascensión al Gólgota lugar de su crucifixión.

Y después de su muerte lo recibe en sus brazos y le da sepultura. Y es testigo al igual que sus apóstoles de su gloriosa resurrección y con ellos recibe el fuego sagrado del Espíritu Santo.

Y durante toda su vida terrenal le venera y adora en el Santísimo sacramento de la Eucaristía sin apartarse un solo día de el.

Y más tarde a su muerte, es ascendida a los cielos en cuerpo y alma para vivir en Dios y con Dios por toda la eternidad.

El día 31 de Mayo la Iglesia Católica también celebra una fecha importante en la vida de la Virgen María y es “La visitación de María a su prima Isabel.” Hecho relatado en la Santa Biblia en Lucas 1, 39-56 y que dice:



“En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró a casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: “Bendita tu entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mi que la madre de mi Señor venga a mi? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!” Y dijo María:

“CELEBRA TODO MI SER LA GRANDEZA DEL SEÑOR Y MI ESPIRITU SE ALEGRA EN EL DIOS QUE ME SALVA PORQUE QUISO MIRAR LA CONDICION HUMILDE DE SU ESCLAVA, EN ADELANTE, PUES, TODOS LOS HOMBRES DIRAN QUE SOY FELIZ.
EN VERDAD EL TODOPODEROSO HIZO GRANDES COSAS PARA MI RECONOZCAN QUE SANTO ES SU NOMBRE QUE SUS FAVORES ALCANZAN A TODOS LOS QUE LE TEMEN Y PROSIGUEN EN SUS HIJOS.”


Es con esta visita que aparecen signos relevantes en nuestra liturgia como son: El Avemaría, El Magníficat y luego la tenemos en el Rosario en el Segundo Misterio Gozoso.




Una vez en el cielo La Virgen María no descansa e inicia su misión misionera por toda la tierra, pidiendo a la humanidad que oren por la salvación del mundo tal como lo hace desde México en la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe; en Europa en varios países como La Virgen de Fátima en Portugal; la Virgen de Lourdes en Francia y después de muchas otras, la más reciente en la ex Yugoeslavia como la Virgen de Medjugorje.

Hermanos, en honor a la santísima Madre de Dios y para la Gloria de Dios Padre y del Hijo y del Espíritu Santo pidamos rezando el Santo Rosario para que interceda por nosotros y nos proteja de todo mal y nos socorra en el momento de nuestra muerte.


“María tu eres mi Madre,
María tu eres mi amor,
María Madre Mía
Yo te doy mi Corazón.”



ALABADO Y ADORADO SEA POR SIEMPRE JESUS SACRAMENTADO.
¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!

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