Jesús, una vez más nos demuestra el inmenso amor que tiene por el hombre, y no obstante estar crucificado en agonía de muerte, nos da el más precioso regalo… concedernos a su Madre Santísima como Madre de toda la Humanidad, diciéndole a Juan: ”He ahí a tu Madre.”
¡Qué sublime y bello momento en que el Hijo del Padre Todopoderoso reconoce a María Inmaculada como nuestra Madre Eterna!... Y nosotros agradecidos, con el corazón henchido de amor la aceptamos como nuestra Madre Celestial en todas sus advocaciones habidas y por haber, desde María Madre de Dios hasta la más reciente Virgen de Medjugorje.
La Virgen Santísima se nos ha presentado en muchos lugares, en muchas épocas y en diferentes formas con el único fin de darnos un mensaje: “que hagamos oración”. Oración que brote de la mas intima raíz de nuestro ser; oración que esté rebosante de amor y fe; oración en la que se fundan nuestra alma y corazón en un solo crisol de adoración a su bien amado Hijo, Nuestro Señor Jesucristo. Ella, madre nuestra, nos promete interceder por nosotros ante su Santo Hijo, para que escuche nuestra voz de arrepentimiento por todos los pecados cometidos y nos conceda con su infinita bondad y misericordia el perdón que no merecemos.
En Mayo, el mes de María Santísima, ¡Oh Virgen Inmaculada! en la más humilde plegaria te rogamos por todos aquellos que no creen en tu divinidad, por todos aquellos que te condenan y blasfeman y también por todos aquellos que creyendo en tí te ofendemos con nuestros pecados, que nos perdones y nos des cabida en tu amoroso corazón. Y permítenos que vuelvan a nuestras almas el candor e inocencia infantil, cuando llenos de amor y ternura te alabábamos cantando con la voz del corazón:
“María tu eres mi madre,
María tu eres mi amor,
María Madre mía
yo te doy mi corazón”.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres y
bendito es el fruto de tu vientre: Jesús!!
Hermano, te invitamos a rezar el Santo Rosario en nuestra Capilla de Adoración Eucarística Perpetua para que la Virgen Santísima le entregue personalmente a su muy Amado Hijo, Nuestro Señor Jesús, tu ofrenda de fe y alabanza.
A MI MADRE
ResponderEliminarA TI MAMA ELEVO MIS PLEGARIAS EN ESTE DIA!!!
A TI QUE ME DISTE LA VIDA, A TI QUE SIEMPRE
TE PREOCUPASTE POR CADA UNO DE TUS HIJOS
CUANTO TE EXTRAÑO!!, CUANTO AÑORO TUS
MANOS CUANDO ME ACARICIABAN,
CUANTO AÑORO TUS CONSEJOS, CUANDO ME EQUIVOCABA
CUANTO AÑORO TU SONRISA
SIEMPRE DANDOME ANIMOS CUANDO ESTABA TRISTE
A TI QUE SIEMPRE ME AMASTE SIN ESPERAR NADA
A TI QUE ME DISTE TODA TU PACIENCIA EN MI ADOLESCENCIA
¡ CUANTAS VECES ME ENOJE CONTIGO
CUANDO ME LLAMABAS LA ATENCION!!
MAMA!! AUNQUE HAYAN PASADO LOS
AÑOS SIEMPRE PERMANECERAS EN MI CORAZON
PORQUE HOY ENTIENDO LO QUE QUERIAS DECIRME!!
A DIOS GRACIAS PORQUE ESTUVE HASTA EL
ULTIMO MOMENTO DE TU VIDA!!
TE IMAGINO EN UN MUNDO DE MUCHA
PAZ, DE MUCHO AMOR Y SOBRE TODO QUE
HOY TE ENCUENTRAS A UN LADO DE "MARIA"
A LA QUE SIEMPRE LE ROGABAS QUE NOS CUIDARA
QUE NOS PROTEGIERA Y QUE NOS
GUIARA POR EL BUEN CAMINO!!
BENDITA SEAS MADRE MIA!!
FELIZ DIA DE LAS MADRES!!
FELICIDADES
A MARIA
ResponderEliminarMadre, dame Tu mano y no me sueltes,
Déjame apoyarme en Ti al andar,
Enséñame el camino que sólo me conduzca
A Tu Hijo con quien anhelo un día estar.
Pídele a El que perdone mis falencias,
Mi falta de paciencia, también de piedad,
Que me dé fuerzas para sobrellevar el peso
De las injusticias que me hacen a menudo llorar.
Enjuga mis lágrimas con Tu dulzura de siempre,
Cubre con Tu manto mis penas y ansiedad,
Regálame la paz que de Tus ojos mana
Y muéstrame las huellas del amor y la humildad.
AMEN.
ORACIÓN DE SAN BERNARDO A MARÍA SANTÍSIMA
ResponderEliminarSalve Reina de misericordia, Señora del mundo, Reina del cielo, Virgen de las vírgenes, Sancta Sánctorum, luz de los ciegos, gloria de los justos, perdón de los pecadores, reparación de los desesperados, fortaleza de los lánguidos, salud del orbe, espejo de toda pureza. Haga tu piedad que el mundo conozca y experimente aquella gracia que tú hallaste ante el Señor, obteniendo con tus santos ruegos perdón para los pecadores, medicina para los enfermos, fortaleza para los pusilánimes, consuelo para los afligidos, auxilio para los que peligran.
Por ti tengamos acceso fácil a tu Hijo, oh bendita y llena de gracia, madre de la vida y de nuestra salud, para que por ti nos reciba el que por ti se nos dio. Excuse ante tus ojos tu pureza las culpas de nuestra naturaleza corrompida: obténganos tu humildad tan grata a Dios el perdón de nuestra vanidad. Encubra tu inagotable caridad la muchedumbre de nuestros pecados: y tu gloriosa fecundidad nos conceda abundancia de merecimientos.
Oh Señora nuestra, Mediadora nuestra, y Abogada nuestra: reconcílianos con tu Hijo, recomiéndanos a tu Hijo, preséntanos á tu Hijo.
Haz, oh Bienaventurada, por la gracia que hallaste ante el Señor, por las prerrogativas que mereciste y por la misericordia que engendraste, que Jesucristo tu Hijo y Señor nuestro, bendito por siempre y sobre todas las cosas, así como por tu medio se dignó hacerse participante de nuestra debilidad y miserias, así nos haga participantes también por tu intercesión de su gloria y felicidad.