En este grandioso acto, Jesús regresa a la Casa de Dios Padre, donde es recibido con toda la solemnidad y amor con que el Padre glorifica a su unigénito, el cordero sacrificado para la salvación de toda la humanidad.
La fiesta de la Ascensión del Señor tradicionalmente se ha celebrado 40 días después del Domingo de Resurrección, en jueves, (jueves 17 de mayo del 2012) si bien puede ser trasladada por motivos pastorales al domingo siguiente (domingo 20 de mayo del 2012). Como generalmente se celebra en la actualidad en todo el mundo católico occidental.
Las sagradas escrituras consignan este glorioso acontecimiento en el libro del Nuevo Testamento: Hechos de los Apóstoles, Capítulo 1, 9-11 que a la letra dice:
“Y habiendo dichos estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que lo ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entretanto que Él se iba, he aquí que se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: varones galileos ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo."
Así que después de resucitado Jesús estuvo 40 días en la tierra enseñando y hablando de todas las cosas que los apóstoles debían hacer; entre ellas principalmente del Reino de Dios. También les mandó que no se fueran de Jerusalén porque como ya se los había antes dicho, que si Juan los había bautizado con agua en unos días más ustedes serán bautizados por el Espíritu Santo y recibirán su poder y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y en todo confín de la tierra.
La Ascensión del Señor es el testimonio contundente con que el mismo Dios nos demuestra la Divinidad de Jesús. ¿Necesitamos acaso una prueba más rotunda para creer en la obra del Padre por intermedio de su muy amado hijo, que se inmoló en la cruz por la redención del género humano?...
Quien no ve en la Ascensión del Señor la verdad indiscutible de un acto de Dios, no merece que la sangre del cordero lave sus pecados y por consiguiente no obtenga la dicha y gloria, una vez muerto, de contemplar eternamente el rostro iluminado de Jesús el rey del amor.
En otro detalle divino, poco después de su ascensión a los cielos, Dios Padre cumpliendo la promesa de Jesús hecha a los apóstoles envía sobre estos al Espíritu Santo, llenándolos de la fortaleza, entendimiento y sabiduría para cumplir con lo ordenado por Jesús, Nuestro Dios y Señor, de divulgar la palabra de Dios y evangelizar a toda la humanidad.
Ese día de la venida del Espíritu Santo se conoce como Pentecostés, es el inicio de la misión evangélica de la nueva iglesia que Dios envía para salvar al hombre de su propio mal: la iglesia constituida por Cristo y abierta a los hombres por el Espíritu Santo.
La iglesia, nuestra iglesia, inspirada por el Espíritu Santo, es sin embargo obra de hombres que cometen errores, errores que nos desmerecen la obra inspirada por Dios, y que todos los católicos debemos aceptar y asumir con humildad.
Hermanos, que nuestra misión evangelizadora guiada por el Espíritu Santo, sea la de multiplicar la presencia de adoradores y visitantes a nuestras Capillas de Adoración Eucarística Perpetua para que sus frutos de caridad, paz, fe, bondad y modestia sirvan como espiritual incienso para la gloria de Dios Nuestro Señor.
Alabado y adorado sea por siempre Jesús sacramentado
¡¡¡Viva Cristo Rey!!!
AVANZA Y NUNCA TE DETENGAS
ResponderEliminarTú, sigue avanzando en la obra que Dios te ha encomendado, pues Él mismo se hará cargo de tu amparo y provisión. El mismo nos garantiza.
Dios, como Padre Nuestro, conoce todos tus caminos y necesidades.
A medida que camines por donde Él te ha mostrado, irás comprobando todos los días, su amor y apoyo incondicional hacia cada uno de nosotros, sus hijos.
Nada pasa por casualidad, todo llega en el momento propicio...
Por eso, cuando las dificultades se hagan presentes, no te detengas...
¡Avanza! Que no hay tiempo que perder, camina junto a Él,
y verás las cosas de otra manera, porque confías solo en Tu Padre.
Nuestro Señor Jesucristo nos Prometió:
Mas busquen primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán dadas. Mateo 6:33.
Muchas veces dudamos de esta promesa del Señor, sobre todo cuando nos encontramos en momentos difíciles; pero no temas, desesperes o entres en depresión.
No temas! ¡Sigue avanzando y confiando fielmente en Tu Padre Dios, que te ama y ¡Nada te faltará!
Recuerda siempre las palabras Salmo 23.1
El Señor es mi pastor, nada me faltara...
DIOS TE DE UN BUEN DIA!!