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miércoles, 29 de febrero de 2012

La Familia: Iglesia Doméstica.

El título del presente artículo lo hemos obtenido de los versos que componen la “ORACIÓN POR LA FAMILIA”, y al celebrarse este próximo domingo 4 de Marzo el Día de la Familia en México, nos hemos animado a escribir algo sobre ella.

La Iglesia Católica enfatiza la necesidad de mantener la unidad familiar mediante la Bendición del Sacramento del Matrimonio. Porque manteniendo la unidad de la familia mantenemos la unidad física del elemento constitutivo de nuestra nación y la unidad espiritual de la célula primaria de nuestra Santa Iglesia Católica.

Es deber de todos los católicos, hombres y mujeres, que deseen unirse para formar un hogar recibir el sacramento del matrimonio antes de consolidar su unión física. Aquella pareja que vive en concubinato sin la bendición de Dios comete pecado grave y no le es válido recibir el Sacramento de la Eucaristía.


Es en una familia católica donde por lo general se establecen los vínculos de amor verdadero entres sus componentes, padres e hijos. Es el crisol donde se forjan los siervos de Dios, sacerdotes y religiosas, al amparo y guía de unos padres respetuosos y activos practicantes de las leyes de la Santa Iglesia Católica.

El mejor ejemplo de un matrimonio católico lo representa la Sagrada Familia, conformada por Jesús, María y José. Verdadera escuela de amor y responsabilidad hogareña y excepcional respeto y observancia de sus compromisos con Dios. Toda familia católica debería seguir las enseñanzas que nos dejó la Sagrada Familia de Nazaret y fielmente seguir la escuela de amor y sabiduría con que María y José embellecieron los primeros años de Jesús Nuestro Señor y el respeto que mostraron hasta sus muertes por el supremo designio que Dios había establecido para su divino hijo.

Los méritos de La Madre de la Sagrada Familia son bien conocidos por todos nosotros y su recompensa ha sido la de estar junto a su hijo en el Reino Celestial en compañía de Dios Padre. Dios Hijo, Nuestro Señor Jesucristo tiene en sí los méritos que todos conocemos. San José, el Padre de la Sagrada Familia, también ha sido dignificado por Dios y los hombres por su hermosa participación en la vida de Jesús y María. San José es el Patrono de la Familia y su fiesta se celebra el día 19 de Marzo, además es el Santo que más cerca está de Jesús y María en el cielo.

A continuación les transcribo la ORACIÓN POR LA FAMILIA para que la aprendan los que no la conocen y la recuerden aquellos que ya la saben:




ORACION POR LA FAMILIA

Oh, Dios, fuente de amor y de vida
Te pedimos que mires con misericordia a nuestras familias.
Haz que se conviertan en verdaderos santuarios de amor y vida.
Que los esposos se amen, se perdonen y ayuden.
Que los papás eduquen y formen a sus hijos
en los valores humanos y cristianos.
Que los hijos vivan y crezcan
En los valores del evangelio de Jesucristo.
Que cada familia asuma su compromiso,
De defender la unidad e integridad familiar.
Apartando de ella los signos de muerte
Y destrucción que la amenazan.

Promoviendo los dones de la vida,
Del amor, de la justicia y de la paz.
Reforzando su estabilidad al defender sus derechos.
Haciendo de cada familia una iglesia doméstica,
Escuchando la palabra de Dios y celebrando
La Eucaristía dominical,
Orando para que Tú, Padre y dueño de la mies,
Bendigas nuestras familias
Con vocaciones sacerdotales y religiosas.
Te lo pedimos por la intercesión de la
Sagrada Familia de Nazaret
Jesús, María y José.
Amén

Queridos hermanos, celebremos llenos de gozo el día de la familia este próximo domingo 4 de Marzo y pidamos orando con alegría y fe a Jesús Sacramentado que bendiga y proteja a todas nuestras familias y las mantenga unidas en y por el eterno amor de Dios Nuestro Señor.

ALABADO Y ADORADO SEA POR SIEMPRE JESUS SACRAMENTADO
¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!

miércoles, 22 de febrero de 2012

¡Hablemos con Dios!

¿Sabemos hablarle a Dios?... Muchos pensamos que sí, pero ¿no estaremos equivocados en la manera que lo hacemos?... ORAR no es hablar, orar es rogar o pedir, hablar es articular palabras para darse a entender de lo que pensamos o sentimos.



Conozco una persona que durante 60 años estuvo orando y rezando creyendo que hablaba con Dios. Pero hace apenas cinco años, cuando ingresó a la Adoración Eucarística Perpetua, y conoció a Jesús Sacramentado, a Dios Vivo, aprendió a hablar con Él. Supo por la intercesión del Espíritu Santo que hablar con Dios era decirle a Dios de todo corazón lo que sentimos y pensamos para que Él, con su comprensión infinita, nos escuche y nos de la respuesta que satisfaga por entero a nuestras dudas e inquietudes.


Hablar con Dios es el íntimo coloquio entre el hijo y el Padre, enterándolo de nuestras alegrías y sufrimientos, de nuestros bienes y males para que Él nos de el consejo paternal que se desprende de su sabiduría y de su amor infinito por nosotros pobres pecadores.


Hablar con Dios es darle Gracias por toda la felicidad que nos proporciona al dejarnos que Jesús, su amado Hijo, nos tome de la mano y nos lleve por el camino que nos conduzca a nuestra santidad, que es su voluntad divina.


Hablar con Dios es abrir nuestros corazones y dejar que nuestro espíritu se postre de rodillas y humildemente le ofrezca los frutos que de nosotros Él, ansioso y paciente espera.


Hablar con Dios es sentir en el alma la luz eterna de su Paz Celestial.


Hablar con Dios es en resumen repetir las palabras que Jesús en el Huerto de Getsemaní dijo: “Hágase tu Voluntad y no la mía.”


Hermanos, aprovechemos la proximidad de la Cuaresma para renovar nuestros votos de amor a Nuestro Redentor y decirle con integridad de verdad que somos totalmente suyos y que nos permita ayudarle a cargar la Cruz de su Martirio enviándonos las pruebas que según su justa voluntad merezcamos para ser dignos de aliviar su sufrimiento.

La meditación es la Luz espiritual interior que nos ayuda a concentrar nuestros pensamientos en una capa superior del entendimiento a la cual podemos tener acceso mediante el dominio de nuestra voluntad.

Es una de las puertas que nos abre la comunicación con Dios y nos deja percibir sus palabras con pleno conocimiento de lo que desean manifestarnos.


Meditemos profundamente en nuestro coloquio espiritual con nuestro Creador y hallaremos nuestro destino final dictado por nuestra fe y la voluntad de Nuestro Dios y Señor.


Hermanos hoy empezamos la Cuaresma, los cuarenta días en que nos prepararemos espiritualmente para celebrar la pasión, muerte y resurrección de nuestro Redentor, Jesús Dios Y Señor Nuestro.




Hablemos con El cuantas veces nos sea posible y demostremos con hechos de penitencia santificante nuestra voluntad de erradicar de nuestras vidas el pecado y poder ofrecerle al Señor un corazón puro que sea digno de compensar el sacrificio que hizo Él por nosotros en la Cruz.


Hoy ante su divina presencia en la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua, digamos cuanto le amamos y cuanto nos duele ser la causa de su dolor en la Cruz y cerrando los ojos meditemos estas palabras para que brillen en su inmaculado Corazón y pueda sentir la Luz de Nuestro verdadero y eterno AMOR.




ALABADO Y ADORADO SEA POR SIEMPRE JESUS SACRAMENTADO

¡¡¡ VIVA CRISTO REY !!!

miércoles, 15 de febrero de 2012

“Amarás a tu Prójimo como a Ti mismo”

Como epílogo a la fiesta de San Valentín que celebramos el día de ayer, 14 de Febrero, también recordado en casi todo el mundo como el Día del Amor y la Amistad, deseamos recordar el segundo mandamiento de la Ley de Dios, que junto con el primero que dice: “El Señor, Nuestro Dios, es el único Señor, y amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”, el segundo es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” No existe otro mandamiento mayor que éstos.


Debemos de tener conocimiento exacto de lo que Jesús nos dice cuando nos induce a amar al prójimo, primeramente amar es demostrar y expresar un sentimiento de bien desinteresado hacia alguien o algo. Y prójimo es el ser que esta próximo o junto a nosotros.


A todos estos seres debemos mostrarles los mismos sentimientos de seguridad, de bondad, de caridad, de buen consejo y de piedad que tengamos para con nosotros mismos. Es decir hagamos a nuestro prójimo todo lo bueno que desearìamos que nos hicieran a nosotros y evitemos hacer el mal como esperamos que nadie nos lo haga a nosotros.


Tenemos que cumplir con los dos primeros mandamientos de la Ley de Dios, para obedecer a nuestro Creador y Señor y ser dignos de su paz y misericordia. Pero es necesario que lo hagamos con sinceridad absoluta y sin que obre de por medio ningún interés de beneficio personal, solo que permanezca en nuestros corazones la satisfacción de haber cumplido con la voluntad de Dios Nuestro Señor. Tengamos muy presentes las palabras de Jesús Nuestro Señor: “Lo que hicieres por la más humilde de mis creaturas, lo estarás haciendo por mi.”



Es hora hermanos de borrar la hipocresía de nuestras acciones, arrojar a un lado del camino las vestiduras impregnadas de orgullo y soberbia y vestirnos con la inmaculada pureza del amor de Dios y mostrar al mundo que somos seguidores del camino que nos señaló nuestro Redentor. En la medida de nuestras posibilidades vistamos al desnudo, demos de comer al hambriento, demos posada al desamparado y ayudemos al necesitado.


Cada quién debemos de obrar conforme nos lo dicte nuestro corazón teniendo siempre la certeza de hacerlo por el amor que le tenemos a Dios Nuestro Señor y sabiendo que en una buena acción vamos abriendo el camino de nuestra salvación.


Hermanos escuchemos el llamado que nos hace Jesús desde este humilde Post y salgamos llenos de alegría a cumplir nuestra misión en la tierra, para Honor y Gloria de Dios Nuestro. Y para con nuestro ejemplo invitar a que nos imiten todos aquellos que estén cerca de nosotros y hacer de este mundo un mundo mejor.



Por último queridos hermanos cuando estemos en nuestra capilla de AEP frente a Jesús Sacramentado roguemos para que El nos haga llegar la Gracia del Espíritu Santo y mediante su Fortaleza, Fe y Sabiduría nos permita hacer la voluntad de Dios Padre y que junto con María la Virgen Santísima recorramos el camino que nos lleve a la morada celestial de su amado hijo, Jesús Nuestro Señor.


ALABADO Y ADORADO SEA POR SIEMPRE JESUS SACRAMENTADO.

¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!

miércoles, 8 de febrero de 2012

¡A la Santísima Virgen María!


Empezando a escribir nuestra semanal página se nos vino a la mente y corazón el recuerdo de que pronto celebraremos el Milagro de la Aparición de la Virgen de Lourdes.

El día 11 de Febrero, se conmemora la primera aparición de la Virgen en Lourdes, Francia en el año de 1858. Hace ya 154 años de este acontecimiento con el cual Nuestra Madre Santísima se dirigió al mundo por intermedio de una humilde niña llamada Bernardita.


A continuación deseamos transcribir una humilde ofrenda a la Virgen María que publicamos para honrar a la Dulce Madre de Dios en su día:




Hoy quiero escribir Madre Mía
Lo que mi corazón te diría
Si me encontrara contigo
Expiando mi justo castigo.

Aquí entre flores de alabanza
Donde habita fiera la venganza,
Crisol donde el amor se funde
Con el odio que ciego nos confunde.

Aquí entre plegarias que elevamos
Diciéndote lo mucho que te amamos
Nuestra mente en traición desdeña
Lo que el alma amorosa nos enseña.

Hoy quiero pedirte perdón
Que me brota del corazón,
Hoy quiero de verdad decirte
Que no quiero volver a herirte.

Hoy quiero juntar mis oraciones
Que de niño en tantas ocasiones
Te decía lleno de inocencia infantil,
Con el más candoroso aroma sutil.

Y hacer con ellas el más bello ramito
Para que lo tengas tierna en tu manito
Y siempre recuerdes que son flores
Para que nunca por mis pecados llores.

Hoy quiero Santísima Virgen María
Decirte con el alma en paz y armonía
Gracias por haber con tu amor llevado
Mi vida toda, ¡a Jesús Sacramentado!



También el día 11 de Febrero la Iglesia Católica celebra a la Santísima Virgen de Lourdes como la Patrona de los enfermos, que concurren año con año a orar ante Ella en procura de su salud, llegando a alcanzar la cantidad de 6´000,000 (seis millones) de peregrinos, y muchos de ellos han alcanzado su recuperación total.
Se han establecido irrefutablemente 65 casos debidamente documentados por autoridades eclesiásticas y médicas las sanaciones que corresponden a actos milagrosos ante los cuales la ciencia médica no encuentra explicación.



Es en nuestros días en los que el mundo se encuentra hundido en una indiferencia religiosa y alejado de Dios, que la Virgen María ha efectuado nuevas apariciones (que aunque aún no han sido confirmadas por el Vaticano) nos dan su mensaje de amor, solicitándonos que oremos y hagamos penitencia constante, que nuestras almas se dirijan a Dios y que abandonemos el camino del mal que nos conduce directamente al lugar de las tinieblas donde reina Satanás.


Queridos hermanos, abramos nuestros corazones a la invitación de nuestra Santa Madre Celestial, sacudámonos de pecado, retornemos al redil como ovejas descarriadas y arrepentidas, que Jesús Dios y Señor Nuestro, nos perdonará y tomándonos en sus brazos nos depositará en el camino que conduce al Padre.



Hermanos Adoradores Perpetuos de la Santísima Eucaristía, en nuestra próxima visita a la casa de Jesús Sacramentado, tomemos de la mano a la Virgen Santísima y junto con ella recemos con devoción el Santo Rosario para que sus gracias lleguen a todos nuestros hermanos enfermos y puedan, libres de su enfermedad, alabar y glorificar con todas sus fuerzas restablecidas al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


ALABADO Y ADORADO SEA POR SIEMPRE JESUS SACRAMENTADO


¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!

miércoles, 1 de febrero de 2012

El Silencio

El Diccionario lo define como la ausencia de ruido o sonido. Pero sin embargo su concepto es más que eso. El silencio es la predisposición del espíritu a percibir a través de él las vibraciones íntimas de nuestro Yo superior. Es la relación excelsa que existe entre un acto o acción que nos transmite su esencia para deleite del alma.


Así vemos como ciertas órdenes de religiosos optan por el silencio total para poder comunicarse entre ellos no con la palabra sino con la dulce armonía del bendito silencio que traspasa el oído y se clava en la mente. En sus miradas se reflejan sus sentimientos de amor al hermano.


Otro aspecto del valor del silencio lo encontramos cuando asistimos a un concierto, la orquesta no empieza su actuación si en el teatro no se observa el más absoluto silencio, es la preparación espiritual que necesita el Director, los músicos y el público para abrir sus almas a la interpretación y audiencia del recital musical.


También en los hospitales se invoca observar el silencio mediante cuadros en las paredes que invitan a tal actitud de respeto hacia el lugar donde yacen en dolor seres humanos víctimas de una enfermedad.


Y del mismo modo en muchas actividades de nuestra vida cotidiana expresamos con el silencio nuestra sincera manifestación de comprensión para con el hermano que experimenta un mal momento en su vida.


Hemos tratado de emplear estos sencillos ejemplos para recordarles que el silencio es una manifestación de un ser humano hacia otro u otros seres humanos. Ahora trataremos de expresar lo que es el silencio en nuestra relación con Dios Nuestro Señor.


En aquellos momentos en que Nuestro Señor Jesucristo, durante su vida pública, confrontaba enormes problemas, se retiraba a la soledad y en silencio exponía al Padre sus tribulaciones, y el Padre amoroso le daba la consolación y fortaleza de su infinita bondad.



Igualmente nosotros, pobres pecadores, cuando nos vemos agobiados por nuestros pecados o por situaciones que nos llevan a él, acudimos a orar en silencio y pedirle a Dios Padre Todopoderoso que por la intercesión de su amado hijo nos perdone y nos libre de los males que nos aquejan. Y Dios que es infinito en su misericordia nos escucha y nos perdona.



Pero he aquí que nuestra silenciosa plegaria lleve los esenciales atributos de sincero arrepentimiento y promesa de alejarnos del pecado y que no vaya a ser que perdonados volvamos a la senda del mal, una y otra vez, sin respetar juramentos y promesas, ganándonos así nuestra eterna condenación.



Queridos hermanos, para terminar deseamos repetir que un lugar donde se nos exige el más absoluto silencio es en La Capilla de Adoración Eucarística Perpetua, La Casa Sagrada de Jesús Sacramentado. Que más demostración de respeto y veneración por medio del SILENCIO que la que debemos a nuestro Dios y Señor.


Es inadmisible cierta actitud de algunos adoradores que dentro de la capilla gesticulan grotescamente distrayendo a los otros adoradores y sobre todo faltando el debido respeto que le debemos a la Sagrada Eucaristía.





Otros asistentes a la capilla, por ignorancia o desconocimiento, piensan que esta es un lugar de descanso y solaz, quitándose los zapatos y estirándose largamente, esto es una irrespetuosidad, y no lo debemos permitir.


Hay otras personas que entran a la capilla a dar recados a los que están orando y salen de inmediato sin hacer la correspondiente genuflexión, esto tampoco es correcto. Ninguna conversación entre adoradores es permitida dentro de la capilla.


Por último mencionaremos los celulares, que deben de apagarse antes de ingresar a la capilla. Para lo que hemos colocado un Aviso en la puerta de entrada, recordándoles que los deben de apagar.



Estas pequeñas pero grandes faltas que hemos señalado nos impiden tener la íntima relación con Jesús Sacramentado, mediante el silencio, que es una de las más preciosas ofrendas que un ser humano pueda dar al mismo Dios en Persona.


ALABADO Y ADORADO SEA POR SIEMPRE JESUS SACRAMENTADO


¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!