Meditemos un poco en nuestras respuestas sean de cualquier tipo o calidad espiritual, abramos nuestros corazones con auténtica naturaleza y hagamos un escrupuloso examen de conciencia basado en la verdad.
Veamos primero, ¿Qué, cuánto y cómo recibimos de Dios?... Vayamos poniendo estos hechos en el platillo derecho de una báscula imaginaria o tal vez mejor tomemos unas hojas en blanco y dividámoslas en dos grupos cuyos títulos serán uno: “Recibido de Dios” y el otro grupo: “Dado a Dios”
Recibido de Dios
Comenzamos por el principio, Dios nos dio unos padres que con amor nos trajeron al mundo, al cual llegamos sanos y sin defecto físico alguno. Luego nos regaló el Bautismo y nos dio al Espíritu Santo mediante el cual nos convertimos en Santos sin pecado.
Después nos permitió recibir la Sagrada Eucaristía mediante la cual entró Dios a nuestros corazones envolviendo a nuestras almas con su amor infinito.
Luego nos dio el Sacramento de la Confirmación por el cual nos reafirmamos como fieles seguidores de nuestra fe.
¡Qué hermoso principio, qué innegables y verdaderas muestras del amor de Dios!
Seguimos con nuestras vidas...y en ellas Dios nos dio y nos sigue dando incontables muestras de su infinito amor y misericordia, que no podríamos relatar completamente, porque ellas nos seguirán siendo dadas hasta el último segundo de nuestras vidas terrenales.
¡Cuántas veces nos dio el perdón por nuestros pecados! ¡Cuántas otras nos protegió de males, desgracias y enfermedades! ¡Cuántas más nos reconfortó en nuestros sufrimientos, fracasos y desengaños! ¡Cuántas innumerables veces nos dio a escoger entre el bien y el mal, entre la soberbia, la avaricia, lujuria, ira, gula, envidia, pereza y la humildad, generosidad, castidad, paciencia, templanza, caridad, diligencia… y escogimos el mal… y Dios nos perdonó!
Por último a nuestra muerte con el sacrificio de su vida en la cruz nos dio la Resurrección a la vida eterna. ¿Quién podría darnos más de lo que Dios nos dio, nos da y nos sigue dando? La respuesta es obvia, NADIE.
Dios es nuestro padre, nuestro eterno benefactor y que nos da a todos lo que todos con justicia merecemos, la vida eterna a su derecha en unión de Jesucristo Dios nuestro Señor, el Espíritu Santo y acompañado de la Santísima Virgen María, los ángeles y santos de su reino celestial.
Dado a dios
Nada, absolutamente nada. ¡Comparado con todo lo que Él nos da!
Hermanos, oremos con toda nuestra devoción, respeto y amor a nuestro Señor y creador. Cumplamos sus mandamientos, sobre todo, el primero:
Amar a Dios sobre todas las cosas.
Vayamos a visitar a Dios vivo en persona a nuestras Capillas de Adoración Eucarística Perpetua, no una hora a la semana, sino dos, tres hasta que lo hagamos todos los días, para poder retribuirle en algo todo lo que Dios nos da.
Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado.
¡¡¡Viva Cristo rey!!!
ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
ResponderEliminarProclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
DIOS HA HECHO GRANDES MARAVILLAS EN MI VIDA ESPIRITUAL...SE QUE NUNCA LLEGARE A SER LA MEJOR DE SUS HIJAS PORQUE SIEMPRE LE HE DADO MISERIAS,SIEMPRE DANDOLE UN POQUITO DE MI TIEMPO,PERO QUE EL SABE QUE ESE POQUITO QUE LE DOY ES CON ENTREGA EN CUERPO , ALMA Y ESPIRITU,,, QUE LA PAZ DEL SEÑOR ESTE CON TODOS USTEDES!!
ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
ResponderEliminarProclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
DIOS ME HA DADO MUCHO, SOBRE TODO EN MI VIDA ESPIRITUAL, LE DEBO TANTOO A DIOOS QUE A VECES ME DA CORAJE CONMIGO MISMA NO ATENDERLO COMO EL MERECE, SIEMPRE DANDOLE MISERIAS, SIEMPRE DEDICANDOLE UN POQUITO DE MI TIEMPO, PERO EL SABE QUE ESE POQUITOO QUE YO LE DEDICO, SE LO DOY Y SE LO ENTREGO EN CUERPO, ALMA Y ESPIRITU.. NUNCA LLEGARE A SER LA MEJOR DE SUS HIJAS, PERO LUCHO POR SER LA MEJOR DE LAS MADRES.. QUE LA PAZ DEL SEÑOR ESTE CON CADA UNO DE USTEDES.. AMEN