Luego accidentalmente pasamos al tema de la religión, y he aquí la opinión de este joven católico apostólico:
"Creo yo que la iglesia debe renovar su Liturgia, debe ponerse más a tono con la actualidad, por ejemplo, la Santa Misa debería cambiar su forma, pero entiéndame, no su esencia; quiero decir, que las monótonas letanías que repetimos como robots deben de cambiarse a expresiones con más sentido práctico y que lleven un mensaje nuevo y no una repetición arcaica ya casi sin objetivo espiritual... Que sea una oración interactiva donde el oficiante y el oyente se unan en un ritmo sincrónico que amalgame las almas de ambos.
Debería ser el explosivo agradecimiento y alabanza a nuestro Dios por el sacrificio de su Unigénito, reconociendo la magnificencia del acto y su infinito amor por la humanidad. Dejando que la música y el coro de nuestros corazones en la armonía de nuestras voces se conviertan en celestial incienso que se eleve y llegue al trono de Nuestro Señor para su deleite y complacencia... En síntesis lo que yo desearía es que en la Misa tengamos nuevas canciones, nueva música... algo que nos renueve desde muy dentro y fije en nuestras mentes la verdad del holocausto que celebramos".
Un señor que escuchaba -mayor ya él- intervino diciendo:
“No es descabellada la opinión de este joven amigo, creo que cada etapa de nuestras vidas está marcada por el ritmo de los años que tenemos y así como no podemos pedirle a un adolescente que se entusiasme y deleite hasta el éxtasis escuchando una Sinfonía de Beethoven, tampoco podemos pedirle a un anciano que se ponga a bailar frenéticamente con una música de moda. Cada momento tiene su preferente inclinación y cada época se desenvuelve en el ámbito de los compases que le marcan los gustos y caprichos de la moda. Y la política, la cultura, la vestimenta, la música, los deportes, las costumbres y hasta los ritos religiosos no escapan de esta ley natural y tampoco se excluye a la Religión Católica".
Muchos son los cambios introducidos en la Liturgia y Práctica de nuestra Religión. Muchos de ellos tratan de adecuarla a la modernidad y a la exigencia del tiempo, esto no es sacrilegio ni pecado, es ponerla al alcance del pensamiento y sentir religioso de la época actual. Las formas pueden y deben cambiarse pero sin comprometer ni afectar a la esencia y a los principios básicos de nuestra fe.
En conclusión los dos conceptos son valederos, demos a los niños lo que corresponde para los niños, a los jóvenes lo de los jóvenes y a los adultos mayores lo que a ellos les corresponde. No tratemos de imponer que lo que es bueno para unos, lo sea para todos; que cada quien escoja por su propia voluntad, lo que mejor acomode a sus principios sin menoscabo del Amor, Fidelidad y completa sumisión a la Voluntad de Dios.
Hermanos, si alguna duda les preocupa, ¡Únanse a la Adoración Eucarística Perpetua! y cara a cara, en presencia de Jesús Sacramentado, pidámosle que nos de su respuesta y nos señale el camino que debemos seguir... porque Él es el Único que conoce nuestros corazones y sabrá tomarnos de la mano para llevarnos paso a paso al Reino del Padre, Dios Omnipotente.
Bendito y alabado sea Jesús sacramentado.
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