miércoles, 28 de diciembre de 2016

Escuelas Pastorales Diocesanas. Continuamos

Hoy por la segunda semana seguiremos insistiendo sobre el tema de las Escuelas Pastorales


Es nuestro propósito que nuestras palabras lleguen a estremecer las conciencias dormidas de todos los católicos que forman parte de las Parroquias del Decanato de San José de la Diócesis de Veracruz en México

Igualmente, con todo respeto, también, nuestra súplica solicitando su invalorable apoyo, está dirigida a los Párrocos de las Parroquias que conforman el Decanato de San José.

No es posible concebir, ni siquiera imaginar, que la Escuela Decanal, la única existente en el decanato, ¡No haya tenido el presente año ni una sola persona inscrita para iniciar el ciclo del año de 2016!. El resultado que avergüenza y lastima nuestra misión evangelizadora, es, que para el próximo año lectivo que iniciará la tercera semana de Enero, no habrá ningún alumno en el Segundo Año de nuestra Escuela.

Hace siete días, con la ayuda de Dios, hemos iniciado nuestra campaña para interesar a la grey católica en inscribirse para iniciar los estudios correspondientes al curso de Agentes de Evangelización, que también los faculta para ser Ministros de la Comunión y de la Palabra.

Conminamos a todos los fieles, pertenecientes a las Parroquias del Decanato de San José,  para que se acerquen a sus respectivas oficinas parroquiales a informarse sobre las clases a iniciarse el próximo mes de Enero.

Nos estamos refiriendo a las parroquias de las ciudades de Cardel, Paso de Ovejas, Cempoala, Úrsulo Galván, La Antigua, Tolome, Puente Jula, Tamarindo.

Nuestro pequeño grupo de actuales alumnos de la Escuela Pastoral nos comprometemos a visitarlos en sus Parroquias para darles a conocer personalmente el motivo de nuestra misión prioritaria sobre todas las que nos corresponden como laicos comprometidos.

Para conocimiento de los que semanalmente nos leen, a continuación detallamos el Plan de Estudios establecido para cada uno de los cuatro ciclos que forman parte del Curso de Agentes de Evangelización.


Primer Año
  • Vocación y Misión de los Laicos
  • Sagradas Escrituras
  • Manejo del Catecismo Básico
  • Historia de la Salvación


Segundo Año
  • Pedagogía y Metodología Catequética
  • Sacramentos  I
  • Sacramentos  II
  • Liturgia


Tercer Año
  • Cristología
  • Apologética
  • Doctrina Social de la Iglesia
  • Eclesiología


Cuarto año
  • Antropología Teológica
  • Documentos Magisteriales 
  • Espiritualidad Laica
  • Teología Moral


Les pedimos en nombre de nuestro apostolado y para la gloria de Dios Todopoderoso, que las personas que tengan la facilidad de recibir esta invitación, se la hagan llegar a todos sus familiares, amigos y conocidos que carecen de este medio de comunicación.

Ojalá que los Párrocos también nos ayuden, apoyándonos en nuestra misión evangélica. Como lo expresamos al comienzo, su apoyo es invaluable. Gracias, muchas gracias a los Párrocos de nuestro Decanato: 
P. Ismael,  P. Rafael, P. Jesús, P. Ernesto,  P. Francisco Javier,
P. Armando,   P. Marcelo,
P. José Antonio,   P. Guadalupe.

¡¡Señor y Dios mío, en ti esperamos, en ti confiamos y en ti creemos!!

¡¡Virgen Santísima de Guadalupe intercede por nuestra misión evangelizadora,
ante tu Divino Hijo, Nuestro Dios y Señor Jesucristo!!


Alabado y adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Escuelas Pastorales Diocesanas


En nuestro concepto, las Escuelas Pastorales Diocesanas, son la columna vertebral del conocimiento de nuestra santa religión, a la que todo buen católico debería de asistir.

Es menester que los Obispos, cabeza jerárquica de toda Diócesis, apoyen decididamente el establecimiento, funcionamiento y continuidad de estos Centros de Evangelización Laica a los cuales deberían asistir obligatoriamente y graduarse al final de sus estudios, los futuros militantes activos de la propagación, enseñanza y defensa de la religión católica.

Otro eslabón importante en la  cadena de esta importante catequesis, son los Decanatos, que agrupan a varios grupos de Parroquias que pertenecen a una misma región o zona y todas ellas forman en conjunto una Diócesis

A cargo de cada Decanato se encuentra un presbítero perteneciente al mismo Decanato y es nombrado por el Obispo de la Diócesis para un mandato rotativo y por un periodo determinado por el mismo Obispo.

Es importante que toda Escuela Pastoral sea la única en dictar los cursos para los diferentes servicios que puedan prestar los laicos en sus respectivas Parroquias. Ya sea, como ejemplo, 
  • Ministros de la Comunión, 
  • Ministros de la Palabra, 
  • Catequista y/o 
  • Agentes de Evangelización.


Deberìa evitarse que las Parroquias sean las encargadas de dictar estos cursos ya que se provocaría, sin desearlo, una diversidad de temas sobre la misma materia, es decir que el Plan de Estudios no sería uniforme y se contribuiría a la confusión de los fieles.

Los horarios, días de clase y duración así como los grados en que dictara cada curso completo, como también el lugar para el dictado de las clases, seria de acuerdo a la disponibilidad del alumno y del profesorado.

El personal docente seria escogido por el Director de la Escuela Pastoral según sus cualidades pedagógicas, conocimiento necesario para dictar la materia, vocación de servicio, vida cristiana ejemplar y de ser posible experiencia previa en la enseñanza.

El costo para los alumnos por la enseñanza seria gratuito. Y solamente cada alumno semanal o mensualmente contribuiría, con una suma simbólica, y al alcance de sus posibilidades económicas, para sufragar pequeños gastos de mantenimiento y útiles didácticos.

Estas son pequeñas sugerencias que nos hemos atrevido a poner a disposición de los que estén interesados en la propagación de estos Seminarios Laicos para el bien de todos los católicos, el crecimiento de nuestra Santa Iglesia y para la gloria de Dios Padre, Creador de todo el Universo.

En lo que respecta al aspecto exclusivo de nuestra propia experiencia y a motivo de un testimonio de prevención, les presento a todos los fieles católicos de nuestro Decanato la situación actual de la Escuela Decanal Diocesana.


Alumnos graduados en el presente año
3
Alumnos que entran al 4° año
5
Alumnos que entran al 3° año
3
Alumnos que entran al 2° año
1
Alumnos que entrarían al 1° año
*

* Depende de la cantidad de alumnos que se registren a partir de esta fecha hasta la tercera semana del mes de Enero 2017.


Las cifras son elocuentes, no deseamos señalar culpables ni responsables de ellas, todos, absolutamente todos somos los responsables de ellas.

Invocamos a todos los bautizados que deseen contribuir a su propio desarrollo y al engrandecimiento de su iglesia para que 

¡Acudan a su Parroquia! 

y soliciten información sobre nuestra 

Escuela Pastoral Decanal para Agentes de Evangelización.


¡En Dios esperamos, en Dios confiamos y en Dios creemos!



Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!


miércoles, 14 de diciembre de 2016

San Juan de la Cruz, Doctor de la Iglesia



La Iglesia Católica celebra hoy 14 de Diciembre la festividad de San Juan de la Cruz, Sacerdote Carmelita Descalzo que vivió en España por los años de 1500. 

San Juan es poco conocido dentro de la feligresía popular y su devoción no es tan grande como la de otros santos. Su hermosa vida espiritual de oración y contemplación mística y la notable y extraordinaria capacidad de su expresión literaria con que Dios lo distinguió, fueron los méritos por los que la Santa Iglesia Católica le otorgó la canonización.

En reconocimiento a su vida ejemplar de servidor de Dios y del poco conocimiento que tenemos de este insigne Santo y Doctor de la Iglesia, es que humildemente,  hemos estimado necesario darles a conocer brevemente algunos aspectos de su paso por este mundo terrenal.

Nació, San Juan de la Cruz, el 24 de junio del año 1542, con el nombre de Juan de Yepez Álvarez, en el pueblo de Fontiveros en la provincia de Ávila, España. Fue el menor de tres hermanos hijos de Gonzalo de Yepez , toledano tejedor de sedas y de Catalina Álvarez. El padre de Juan falleció, cuando Juan solo tenía 4 años de edad, lo que dejó a la familia en una situación de extrema pobreza, por lo que se ven obligados a trasladarse a Arévalo donde viven por cuatros años para luego mudarse, en el año 1551, a Medina del Campo.

Entre el año 1559 y 1563 estudia con los Jesuitas, allí, además de recibir instrucción retórica, aprende a escribir en latín, a construir versos en este idioma y a traducir a Cicerón, Julio Cesar, Virgilio, Ovidio, Marcial y Horacio.

A los veintiún años, en 1563, ingresa en el Convento de los Padres Carmelitas y adopta el nombre de  Fray Juan de San Matías.  Tras realizar el noviciado entre 1563 y 1564 se traslada a Salamanca donde estudia los tres cursos preceptivos para bachillerarse en Artes.

En el año 1567 regresa a Medina del Campo por unos días para ser Ordenado Presbítero y celebrar su primera Misa y allí conoce a Teresa de Cepeda y Ahumada, futura Santa Teresa de Jesús, que había llegado a la ciudad para fundar una nueva sede de su “Reforma Carmelita” llamados los Carmelitas Descalzos.

Teresa convence a Juan y lo une a su causa de reforma de su orden.

El 28 de noviembre de 1568, funda en Duruelo (Ávila) el primer convento de la rama masculina del Carmelo Descalzo. Durante la ceremonia cambia su nombre por el de Fray Juan de la Cruz.

Juan se convierte en uno de los principales formadores para los nuevos adeptos de la Reforma Carmelita. En 1572, invitado por Teresa de Jesús, viaja al convento de la Encarnación de Ávila, donde asumirá la tareas de Vicario y Confesor de las monjas. Donde permanecerá hasta el año 1577.

Finalmente en el año 1588 el Carmelo Descalzo es reconocida como Orden.

La obra literaria de San Juan de la Cruz es imponente y sus escritos tanto en prosa como su poesía enmarcan los destellos de una mente e inspiración privilegiadas.

La obra de San Juan ha sido siempre enfocada entre dos perspectivas, la teológica y la literaria, que, en muchas ocasiones, se han presentado mezcladas. Su obra más importante, el llamado “Cantico Espiritual”, creada para una finalidad didáctica como resultado de las dificultades de adaptar la estructura del poema al esquema del itinerario místico.

Su obra poética está compuesta por tres poemas considerados mayores: 
  • Noche Oscura, 
  • Llama de Amor y 
  • Subida al Monte Carmelo.


Tras un nuevo enfrentamiento doctrinal es destituido en el año 1591 de todos sus cargos quedando como simple miembro de la Comunidad Carmelita.

Durante un viaje a Segovia cae enfermo y es trasladado a Úbeda  donde muere la noche del 13 y el amanecer del 14 de diciembre de 1591.

Fue beatificado en 1675 por Clemente X y canonizado en 1726 por Benedicto XIII. Posteriormente en 1926 es proclamado por Pio XI, Doctor de la Iglesia Universal.

Sus restos reposan actualmente en la Catedral de Segovia.

Es ésta, pues la historia, de una lumbrera que perenne ilumina el firmamento de nuestra Santa Iglesia Católica y que dentro de sus más destacados actos de devoción figura principalmente su inmensa y amorosa adoración a la Santísima Eucaristía.




Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!


jueves, 8 de diciembre de 2016

La Muerte: Epilogo de la Vida Terrenal y el Nacimiento a la Vida Celestial

Nuestros principios religiosos, inculcados en nuestro ser por 


  1. Las Palabras Sagradas de Jesús
  2. El Magisterio de nuestra Santa Iglesia Católica, 
  3. El Catecismo Católico Romano y 
  4. Los Dogmas de nuestra fe, 


nos confirman que:

Después de nuestra muerte física 
renacemos espiritualmente a la vida celestial

Jesús, que murió en la cruz por nuestra redención, venció a la muerte, dándonos en este excelso acto de amor, la virtud divina, de también poder gozar de la vida eterna en el cielo, en unión, de de todos los ángeles y coros celestiales y de todos los santos, en perpetua adoración a Dios Padre, creador de todo lo visible e invisible tanto en la tierra como en el cielo.

Es pues,  innegable, que la vida después de la muerte existe.

Encontramos muchos testimonios que acreditan la afirmación anterior, los podemos hallar en las Sagradas Escrituras y en testimonios de santos videntes, que inspirados en el Espíritu Santo, han recibido revelación divina de la existencia de las almas después de la muerte.

Por otra parte, abundan leyendas y cuentos alegóricos con referencia a la vida después de la muerte; muchos de estos son alucinaciones o falacias no mal intencionadas, pero carecen de la confianza o veracidad confirmada por la iglesia. Sin embargo no se prohíbe su lectura solo como una ayuda, que permite hacernos una imagen o actitud hacia lo que podría significar, por ejemplo la muerte de un ser querido para los familiares que le sobreviven.

Aprovechando la oportunidad de utilizar una de estas narraciones, a continuación les relato una ficticia consecuencia, escrita por alguien que pretende darnos a entender lo que sucedería en un caso hipotético.

Un pequeño, de apenas ocho años de edad, hermoso y lleno de vida y amor, sufre un trágico accidente donde desgraciadamente fallece. La madre desconsolada casi enloquece ante lo acontecido a su pequeño y único hijo, nada la consuela y después de algunas semanas de la tragedia continua derramando lagrimas que le brotan de un corazón herido.
Día y noche el recuerdo del hijo desaparecido
aumentan su dolor.
 Una de esas noches rendida por el infortunio acaecido y ya casi sin fuerzas para resistir mas, se queda profundamente dormida.
En sueños, ve que una larga fila de almas vestidas con túnicas resplandecientes de color blanco, desfila ante ella, ¡¡¡Pasan miles!!!. Hombres, mujeres, niños y ancianos.
Ella trata de reconocer a su hijo entre ellos, más no lo divisa... En eso, junto a ella aparece lleno de celestial luminosidad, Jesús. La madre emocionada y con los ojos llenos de lágrimas, arrodillándose le pide a Jesús que le permita ver a su hijo, y en su infinita bondad, Jesús le pide que espere que pronto pasará ante ella.
Después de un no corto esperar, divisa a su hijo también vestido de blanco y que lleva en sus manos una luz muerta y apagada, mientras todos los demás llevan sus luces brillantemente encendidas. 
Levantando su rostro hacia Jesús, la madre le pregunta por qué su hijo no tiene la luz encendida en sus manos. Y Él le responde diciéndole que ella misma se lo pregunte a su hijo.
Corriendo va hacia el hijo, lo abraza y lo besa desesperadamente  y amorosa le pregunta sollozando: 
  • ¿Hijito de mi alma, por qué no tiene vida y está  apagada la luz que llevas en tus manos?

Pasados unos segundos de angustioso suspenso, el hijo le responde: 
  • Madre mía, la luz que llevo en mis manos no se enciende porque tus lagrimas me la apagan en cada momento que pretendo encenderla, ya no llores más, vive con alegría porque ahora ya pertenezco a Dios y tú no me permites ser feliz.

La madre despierta de su revelador sueño y sin lágrimas ya en los ojos y con una sonrisa de felicidad dice: 

Desde hoy solo será la alegría la que reine en mi alma,
ya nunca lloraré por tí, porque serás feliz en la compañía de Dios.



 Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!