jueves, 27 de octubre de 2016

Amor, Fe y Humildad: Bases de la Santidad


El Amor, la Fe y la Humildad son las piedras angulares en las que se cimienta el logro de la Santidad. Son los fundamentos necesarios e indispensables que necesitamos para edificar en nuestro ser el estado de la Santidad.

El amor, bajo el concepto puramente espiritual, es el sentimiento que nos inspira a expresar, mediante pensamientos y acciones, el profundo cariño y estima hacia cualquier ser viviente. 

El amor es el principio que establece la relación humana con verdadera dignidad y profundidad que nos lleva a tener el poder de  unir, guiar y liberar a todo el que ama y también al que es amado.

El amor espiritual no es solo un deseo o una pasión hacia una persona o un objeto, sino la conciencia absoluta, completa y desinteresada; este amor se da cuando el alma se da totalmente a otra alma, desinteresadamente con el fin de establecer la vigencia del amor que Cristo nos enseñó a practicar.

El amor proviene de Dios, 
porque Dios es Amor; 
no tiene más limite que la eternidad, 
porque emana de un Ser Eterno 
y nos fue entregado para que lo prodigáramos sin reservas 
a todo aquel que lo necesitara.

Cuando esto sucede, es imposible que haya enemistad, odio, desconfianza, recelo, bajas pasiones, solo existirá la paz, la armonía, la bondad y la más pura relación de amistad entre el que da y recibe el verdadero amor espiritual.


“La Fe es un acto personal: la respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela. Nadie puede creer solo, como nadie puede vivir solo. Nadie se ha dado solo la fe a sí mismo, como nadie se ha dado la vida a sí mismo. El creyente ha recibido la Fe de otro y debe transmitirla a otro. 

Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra Fe. Cada creyente es  como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. "Yo no puedo creer sin ser sostenido por la Fe de otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de otros”

La Fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve: 
Esperamos que Jesús venga de nuevo a la tierra para juzgar a vivos y muertos.
Creemos en la Santísima Trinidad, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, sin que la hayamos visto.

En las Sagradas Escrituras hay muchos pasajes en los que se narran los efectos de la Fe y de la falta de Fe.
Cuando Jesús se apareció a los apóstoles le dijo a Tomás: “Porque me has visto has creído, dichosos los que no han visto y han creído.”

Cuando Jesús caminaba sobre las aguas invitó a Pedro a seguirle, éste saltó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua, pero una duda le acometió y empezó a hundirse, a lo que Jesús le extendió la mano y levantándolo le dijo: “Levántate hombre de poca Fe”

En cambio, como ejemplo de Fe se narra el caso de la mujer que padecía de hemorragias por más de 18 años, se acercó por detrás al Maestro y tocando su túnica pidió curarse, al darse cuenta Jesús se volvió a la mujer y le dijo: “Véte, estás sana, tu Fe te ha curado.”

La Fe es el fundamento de nuestra Doctrina Católica
y de los dogmas instituidos por la Santa Iglesia.
La fe, por lo tanto, es la semilla 
que crece día a día
en el alma y corazón de aquellos seres
destinados a la Santidad.


La Humildad es la virtud del hombre que reconoce que de sí mismo solo tiene la nada y el pecado. Y que todo lo bueno es un don que recibe de Dios. El hombre humilde no aspira a la grandeza personal solo se satisface en servir a Dios y a sus semejantes. Da todo sin esperar recibir nada a cambio.

La Humildad no solo se opone al orgullo sino también a la auto humillación porque de esta manera dejaría de reconocer los Dones de Dios y de usarlos según su Divina Voluntad.

La Humildad es la virtud
opuesta al mayor de los pecados
que es la soberbia.


En conclusión el Amor, la Fe y la Humildad es el trino inseparable de la Santidad.

¡¡Ninguna puede ser eficaz sin el concurso de las otras dos!!



Queridos hermanos procuremos con nuestras acciones fortalecer los dones del amor, fe y humildad que hemos recibido de nuestro Dios y Creador.




Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado


¡¡¡  Viva Cristo Rey  !!!



jueves, 20 de octubre de 2016

La Plegaria de mi Oración


Parecería que el título del presente es una repetitiva descripción del acto de rezar, pero no lo es en sí. 

Este título describe la fuerza emocional-espiritual de la oración, es una súplica ferviente y ardiente de una fe verdadera. 

Es el principio básico que debe tener nuestra plática espiritual con Dios, nuestro creador, Dios único y nuestro divino Amo, Padre y Señor.

Es, pues, nuestra intención presentar a nuestros amados hermanos en Jesucristo un sencillo y humilde ejemplo de una de las formas en que nuestra alma se debe dirigir a nuestro Dios, transubstanciado en la Santísima Eucaristía.

No es una imposición, es tan solo una leve insinuación. No es obligación, no es necesario que la repitamos de memoria, palabra por palabra, letra por letra; porque la continua reproducción de una oración llega a convertirse en soliloquio mecánico que pierde su esencia espiritual.

Cada persona tiene su propia inspiración y de esa propia inspiración debe brotar con pura espontaneidad, llena de amor y fe, la plegaria de su oración a Jesús Sacramentado, Dios Nuestro, para toda la eternidad.

Esa es la plegaria de mi oración:

Dulce y buen Jesús, creo que estás vivo frente a mí. No te he visto desde ayer y ya mi alma suspiraba, hace un instante por volverte a ver, sentir la paz infinita que a raudales invade todo mi ser, presentir tu presencia en la Hostia Sagrada y percibir en mi entorno el latir de tu amoroso corazón.
Hoy, como siempre, quiero con todo mi ser agradecer tu infinita bondad y misericordia en los beneficios que me colmas sin que yo, pobre pecador, pueda merecerlos. Toda la unidad de mi vida, en un núcleo de amorosa plegaria reconoce la pobreza de mi ofrenda en este humilde agradecimiento.
Tú que todo lo sabes, ves y conoces, supiste de antemano de la verdad de mis gracias eternas por todos los favores recibidos, desde que fui engendrado hasta este último respiro de mi corazón agradecido; y cada día que pasa me doy cuenta que mi agradecer es pequeñito como un granito de arena comparado con el infinito amor que tú me das.
       Tú que eres tan bueno y yo tan malo,
       Tú que diste tu vida por mi salvación y yo que no sé aún cuánto debo adorarte y agradecerte.
    Tú que siempre me perdonas y yo que siempre vuelvo a ofenderte.
       Tú que me tomas de la mano y me devuelves al camino recto y yo que pecando muchas veces me alejo de ti.
Jesús, Bendita Eucaristía, te ruego que me des un tantito de tu humildad para que pueda yo adorarte sin ufanarme de ello, que mi adoración sea el reflejo de mi espiritual sumisión y no la de mi material satisfacción.
Jesús, Bendita Eucaristía, te ruego que me des la fortaleza física y espiritual que me permita seguir el camino que tú me señalas, no obstante los embates del demonio y la tentación de los mundanos placeres.
Jesús, Bendita Eucaristía, te ruego que cada día practique tus palabras y las convierta en acciones de amor para todo aquel que necesita de ti.
Jesús, Bendita Eucaristía, te ruego me hagas paciente y obediente. Paciente ante las pruebas  a las que Tú me sometes y a las ofensas que recibo de mis semejantes. Y obediente para cumplir ante y sobre todo tu Santa Voluntad.
Jesús, Bendita Eucaristía, te ruego que cada día sea mi alma más agradable a ti, para que con tu ayuda sea yo un verdadero adorador de tu Divina Entidad.

 Todo esto, te lo ruego y te lo pido con la intercesión de la Virgen María, tu santísima, purísima y castísima Madre Celestial y también procreadora terrenal.



Bendito, Alabado y Adorado sea Jesús Sacramentado


¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!

miércoles, 12 de octubre de 2016

La Doctrina Social de la Iglesia


La Iglesia Católica desde sus inicios ha seguido la Palabra de Jesús, y sobre todo en lo referente a la Justicia y Derecho Social del ser humano. El testimonio de esta  aseveración, la encontramos en las siguientes palabras escritas con la humildad y conocimiento, que  fueron inspiración del Espíritu Santo.

La Doctrina Social de la Iglesia es un conjunto de Normas y Principios referentes a la realidad social, política y económica de la humanidad basados en el Evangelio y el Magisterio de la Iglesia Católica.

Los grandes cambios del Siglo XIX como la Revolución Industrial y el consiguiente crecimiento de las ciudades produjeron grandes desigualdades sociales y económicas

El Papa León XIII afrontó este tema en su Carta Encíclica Rerum Renovarum, cuyas principales ideas fueron:

  • Denunciar el empobrecimiento de las masas y el enriquecimiento de un grupo reducido.
  • Hacer notar la falta de una autoridad que proteja el derecho de los trabajadores.
  • Declarar que todos hemos sido creados por Dios, por lo que tenemos la misma dignidad y deberíamos tener una igualdad de derechos y oportunidades.
  • El bien común debe ser el fin de la sociedad a la que todos pertenecemos.
  • Todos tienen derecho a la Propiedad privada y a los frutos de su trabajo, siempre que estén al servicio del bien común.
  • La Iglesia debe ayudar a la reconciliación y a la unificación de clases.
  • Los Trabajadores tienen derechos, entre otros, tienen derecho a:
    • La propiedad privada,
    • Trabajar, 
    • Tener un salario justo y 
    • Sindicalizarse. 
  • Los deberes de los trabajadores son:
    • Trabajar bien y 
    • No atentar contra el empleador.
  • Los Empleadores tienen derechos, entre otros, a tener propiedad privada.
  • Sus deberes son: 
    • Tratar a los trabajadores con dignidad, 
    • Pagar salarios justos y 
    • Repartir bienes entre los pobres.
  • La Autoridad Pública debe apoyar el bien común, prestar el derecho de los pobres, defender la propiedad privada y promover su posesión universal, y defender a los sindicatos.

Mediante sucesivas Encíclicas emitidas por los Santos Padres, la Iglesia Católica ha continuado renovando y enriqueciendo su Doctrina Social

A continuación detallamos los nombres de algunos de los Papas y de las Encíclicas referentes al tema:

      • Pacem in Terris (Juan XXIII); 
      • Populorum Progressi (Pablo VI); 
      • Laboren Excersens (Juan Pablo II) 


Además se han venido publicando Documentos relacionados con la Doctrina Social de la Iglesia para el entorno Latinoamericano, como son:

    • Los de Rio de Janeiro, 
    • Los de Medellín Colombia, 
    • Los de Puebla 
    • Los de Santo Domingo y 
    • Los de Aparecida.


Es pues innegable la participación de la Iglesia Católica en defensa de  los trabajadores en lo que respecta en este caso a sus derechos sociales en sus relaciones particulares y comunitarias con sus semejantes. En ellos se refleja el amor y la justicia proclamada por Jesucristo, nuestro guía, Dios y Señor.


Queridos hermanos, nosotros como laicos comprometidos y por nuestra obligación cuando fuimos bautizados, de ser proclamadores de la Palabra de Dios, debemos apoyar decididamente a la Iglesia en su misión de Renovación Social.

Que Jesús Sacramentado nos de la fe y la fortaleza física y espiritual para cumplir con nuestra tarea evangelizadora para la gloria eterna de Dios Todopoderoso.




Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!


miércoles, 5 de octubre de 2016

Los Testimonios y Revelaciones Sobrenaturales


Desde tiempos inmemoriales, mucho antes de la venida de Jesús para reconciliarnos definitivamente con Dios mediante nuestra redención, el ser humano ha buscado en mitos y leyendas la fuerza exterior que le proteja de todo mal. Todo este cúmulo de falsas deidades, dio origen al paganismo e idolatría a los elementos naturales o extra naturales, que escapaban de su entendimiento debido a su ignorancia sobre la verdad de la esencia y realidad de los mismos.

Fue con el correr de los siglos que la mentalidad humana fue descubriendo y conociendo las causas de todos los fenómenos que afectan el entorno de nuestro mundo. Y las antiguas creencias  y falsas idolatrías fueron cayendo en el desuso y el olvido.

Demos un salto enorme en la historia y dejemos atrás la aparición de doctrinas religiosas como el judaísmo, el cristianismo, el budismo, el islamismo y el sinnúmero de religiones y doctrinas que nacieron en los últimos dos mil años de nuestra era moderna.

Situémonos hoy en el siglo XXI, con toda su tecnología y conocimiento casi total de la vida humana y descubrimos muchas corrientes espirituales, que no obstante, el adelanto de nuestra cultura religiosa, nos encandilan y nos hacen nuevamente esclavos de nuestra propia soberbia, siguiendo caminos falsos que nos degradan a los tiempos ancestrales del fetichismo e idolatría

El ejemplo más representativo de las nuevas corrientes que afectan este mundo en crisis es la conocida con su nombre en inglés “new age” en español “nueva era”, la que básicamente proclama el fin de la Era de Piscis o era del Cristianismo y la llegada de la Nueva Era de Acuario. El espíritu de esta nueva religión universal se explica de manera muy popular en el musical Hair del año 1960 (Año de los Hippies) cuando a todo el mundo se le dijo que esta era el Alba de la Era de Acuario, basada en la armonía, la comprensión y el amor; que en la nueva era el mundo sería totalmente transformado y el modo de pensar de la gente y ya no existirían antiguas divisiones entre hombres y mujeres. Los seres humanos deberían ser sistemáticamente llamados  asumir una forma de vida andrógina, es decir no es la presencia de características físicas de los dos sexos en una persona, sino una conciencia de la presencia de los elementos masculinos y femeninos en cada persona.

La Nueva Era se presenta como una falsa utopía para responder a la sed profunda de la felicidad del corazón del ser humano, sometido a la insatisfacción  ante la infelicidad del mundo actual.

Junto con la Nueva Era han surgido o revivido movimientos esotéricos y gnósticos que representan también un peligro para las religiones cristianas, especialmente la católica. Entre ellos podemos mencionar a los siguientes: Chanelan, Expansión de la Conciencia, Esoterismo, Feng-shui, Gnosis, Gran Hermandad Blanca, Holismo, Mística, Monismo, Neo paganismo, Ocultismo, Panteísmo, Pensamiento Nuevo, Psicología Profunda, Rosacruces, Teosofía, Yoga y muchos otros.

Tanto el Concilio Vaticano II como el actual Papa Francisco han determinado que la Nueva Era es una negación a la Doctrina de Jesucristo que es el agua de la vida que es ofrecida a todos los que se acercan y permanecen en ella.

Es nuestro deber como católicos estar preparados para combatir estos falsos movimientos, que inspirados por el maligno tratan de socavar muestras creencias, para hacernos presas fáciles de su falsa  e hipócrita espiritualidad.

¡Mantengámonos unidos, practicando los valores religiosos y morales que nuestra Santa Iglesia nos confiere desde que somos parte de ella al recibir el Sacramento de nuestro Bautismo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.Y en los momentos de duda o confusión pidamos a la Santísima, Purísima y Castísima Virgen María, Madre de Dios, que nos brinde su maternal y celestial protección!



Alabado y adorado sea por siempre Jesús Sacramentado

¡¡¡ Viva Cristo Rey !!!